La estación de servicio 'El Rebollet' de Oliva de 1962 reconocida como uno de los edificios de arquitectura moderna más importantes de España

La estación de servicio 'El Rebollet de Oliva', abierta en 1962, ha sido reconocida como uno de los edificios de Arquitectura Moderna más importantes de España.

Así lo acredita la Placa Docomom integrando así el catálogo Docomomo Ibérico, que la distingue como uno de los ejemplos de edificios modernos mejor conservados.

'El Rebollet' ha sido seleccionado por el Colegio de Arquitectos de la Comunitat Valenciana y el Colegio Territorial de Arquitectos de València con motivo de la celebración de la Semana de la Arquitectura, organizada alrededor del Día Internacional de la Arquitectura 2023, que será el próximo 2 de octubre, y que este año quiere reconocer especialmente la arquitectura para comunidades resilientes.

La estación del servicio 'El Rebollet' estuvo diseñada por el arquitecto Juan de Haro Piñar y se inauguró el 8 de septiembre (día de la Virgen María del Rebollet, patrona de Oliva) de 1962.

La catedrática en Arquitectura, Carmen Jordá Such, define desde la Fundación Docomomo Ibérico la estación de Oliva: “Obra que presenta originalidad y una cierta exhibición de ligereza, en correspondencia con la técnica escogida para resolver sus dos tipos de cubiertas laminares de hormigón armado que, a la vez, ofrecen la imagen característica de esta estación de servicio. Para la zona administrativa y comercial –en parte ya modificada– se emplearon unos paraboloides hiperbólicos que bien se podrían emparentar con la producción de Félix Candela, mientras que los surtidores de gasolina se protegen bajo unas marquesinas que son estructuras fungiformes -tal vez de genealogía wrightiana- cuyas diferentes alturas crean un dinámico paisaje junto a la carretera, actuando de llamativo reclamo para un programa complementario y que consistía en un negocio de venta de vehículos. En conjunto se trata de unas formas que, aunque hoy nos resultan peculiares, eran funcionalmente adecuadas, económicamente ventajosas y, además, fáciles de construir. Las geometrías regladas y las curvas alcanzaron una enorme popularidad gracias a la gran aceptación internacional que tuvieron en la arquitectura de los años cincuenta y sesenta”.