El impacto del cambio climático en la costa valenciana acabará con la Albufera en 2100 si no se regeneran las playas
Es una especie de máquina del tiempo que permite saber cómo podría evolucionar la costa en el futuro. Y las predicciones no son buenas. La Consellería de Emergencia Climática y Transición Ecológica ha presentado este miércoles una herramienta visual que define el comportamiento de la franja litoral de la Comunitat Valenciana, a través de escenarios predictivos en 2050 y 2100 en función de las emisiones de efecto invernadero.
La consellera Mireia Mollà ha señalado en su intervención que el objetivo del visor es impulsar a las administraciones con competencias sobre la costa a “adoptar medidas y estrategias valientes que minimicen los efectos del cambio climático sobre el medio natural y la seguridad de las personas”.
Mollà, en un acto que ha contado con la participación de la secretaria autonómica, Paula Tuzón, y la directora general de Cambio Climático, Celsa Monrós, ha dicho que esta herramienta permite diseñar “planes de adaptación, de mitigación y, en algún caso, de retirada de puntos que en estos escenarios futuros anuncian una gran vulnerabilidad”.
El nuevo instrumento de consulta abierta, que se ha presentado a los alcaldes valencianos en el edificio de los Atarazanas de València, se agrupa en torno a tres bloques de Peligrosidad, Riesgos e Impacto que muestran los futuros escenarios de inundabilidad y regresión de la costa.
El visor, que se ha realizado en base a los parámetros utilizados por el panel de expertos de la ONU del cambio climático aplicados a la costa valenciana, lanza ya resultados preliminares de inestabilidad agraviada por los fenómenos meteorológicos extremos cada vez más recurrentes y virulentos.
“El mejor indicador de que la modelización funciona es que ya se están cumpliendo los efectos que pronostica”, ha afirmado la consellera. Es el caso, por ejemplo, de la tendencia erosiva en las playas del centro de la provincia de València; El Saler y Pinedo ya presentan un retroceso de entre 30 y 60 metros en la última década, como consecuencia del dique norte construido en el Puerto de València.
Los resultados del visor señalan también La Marina Alta, en Alicante, o el norte de la provincia de Castellón como otros puntos de presión climática
A largo plazo el frente de playa del litoral de la Albufera llega a desaparecer prácticamente a fin de siglo, dejando completamente expuesto el sistema dunar a la acción del oleaje. Por otro lado, se producen erosiones importantes en la zona central del tramo, llegando la línea de litoral a las construcciones que se encuentran en primera línea de playa, una situación que supondría la destrucción del lago de agua dulce y por tanto de los campos de arroz.
Según la proyección realizada por la nueva herramienta, existe una probabilidad media de que el mar engulla la Albufera cuando se produzcan fenómenos meteorológicos adversos en el horizonte del año 2100 (escenario 3 en el visor).
En este sentido, Mireia Mollà ha incidido en que mantener algunos diseños y proyectos es “insostenible” y que la retirada “obliga a hacer un ejercicio valiente para abandonar proyectos de hoy, o programados o futuribles”.
Preguntada sobre si uno de los proyectos que habría que repensar es la finalización de la ampliación del Puerto de València, e incluso pensar en la retirada del mencionado dique, Mollà ha afirmado que “la planificación de la Autoridad Portuaria en cuanto a la ampliación afecta a la Red Natura 2000 tanto en la parte marina como en la terrestre por la amenaza que ya se evidencia de la intrusión de agua marina en el lago, por lo tanto deberán repensar su proyecto, porque ni siquiera el puerto va a escapar a las consecuencias de ese cambio climático”.
Sobre la posible retirada del dique norte ha explicado que “las acciones de retirada de elementos se deberán planificar y se hará con mucha participación y rigor y con todas las autoridades que formen parte, en este caso el Gobierno de España” y ha añadido que “el Puerto debería estar pensando más en el efecto que hace sobre el litoral y no tanto en hacer nuevos proyectos que suman efectos sobre el litoral”.
Los resultados del visor señalan también La Marina Alta, en Alicante, o el norte de la provincia de Castellón como otros puntos de presión climática, y afirman que en todos los escenarios de predicción la cota de inundación afecta, al menos, al 1% de la población de la Comunidad Valenciana; esto es 50.000 personas.
“No hay soluciones simples ni únicas. Tenemos un sistema complejo de gobernanza que tiene que ayudar a las administraciones a activar fórmulas de protección, acomodación o incluso retirada de proyectos constructivos”, ha asegurado Monrós.
Ha apelado, además, a la responsabilidad de la actividad humana en la emergencia climática que tiene que acompañarse ahora con “la capacidad conjunta de revertir la situación de cambio climático para una mayor acción colectiva”.
Esta herramienta nace con la voluntad de sumarse a otros planes como la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, la Estrategia Valenciana de Cambio Climático y Energía o el Plan Valenciano de Energía y Clima.
La responsable de Transición Ecológica en la Generalitat Valenciana ha remarcado que actuar en adaptación y mitigación del cambio climático es garantizar la actividad económica, la protección medioambiental, el bienestar social y la seguridad. Ha concluido su intervención con un mensaje para los ayuntamientos de los municipios costeros: “Es una herramienta imprescindible y queremos con nuestras estrategias y competencias ayudaros en este camino”.
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