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“La transparencia debería ser un derecho constitucional y es un derecho Frankenstein”

El conseller de Transparencia Manuel Alcaraz en Bruselas

Laura Martínez

Bruselas —

“La transparencia debería ser un derecho constitucional y es un derecho Frankenstein”. Con esta analogía ironizaba el conseller Manuel Alcaraz sobre las dificultades con las que se topa su departamento en el día a día de la gestión. El representante del Ejecutivo valenciano ha participado en unas jornadas del Parlamento Europeo en Bruselas para tratar cómo se pasa del concepto teórico de transparencia a la práctica en los distintos niveles de la administración, moderadas por el que fue eurodiputado de Compromís Jordi Sebastià y el parlamentario de Equo Florent Marselesi.

El conseller, también responsable de Buen Gobierno y Cooperación, considera que hay un peso “excesivo” de la lucha contra la corrupcion cuando hablamos de transparencia. “Debe existir aunque no haya corrupción; es un profiláctico, no la vacuna definitiva”, reflexionaba Alcaraz, quien ha puesto en valor leyes del Gobierno valenciano y de las Corts como la de cuentas abiertas, la de incompatibilidades o la de gobierno abierto. “Nuestro punto de partida era muy complicado. Veníamos de un escenario con récords de corrupción, con falta de financiación (...) hemos hecho lo que hemos podido, que aún no es suficiente, pero es más de lo que imaginábamos hace 5 años”, ha señalado. “Olvidémonos de la transparencia con mayúsculas y pensemos en qué necesitan nuestros ciudadanos para acceder a la información”, ha sentenciado.

En las jornadas ha participado también el representante de Transparencia Internacional, Daniel Freund, que ha valorado la mejora en materia de gobierno abierto tanto en el parlamento europeo como en las administraciones nacionales. No obstante, ha lamentado “cada vez los ciudadanos confían menos en las instituciones y en Bruselas. Creo que se debe a la desigualdad, a la distancia”, para lo que receta como remedio, precisamente, favorecer el conocimiento de la ciudadanía de aquello que hacen las instituciones.

En los últimos años, en el seno de las instituciones europeas, se han dado una serie de casos de corrupción o de relaciones de dudosa honradez entre lobbys, empresas y las institucones, “Escándalos sobre influencia de empresas, Barroso, Goldman Sachs, ‘dieselgate’ -ha enumerado- ayudan al distanciamiento (…) la transparencia podria evitar esos casos y la elaboración de malas leyes”, ha señalado. En el parlamento “hacemos leyes que afectan a 500 millones de personas y no se pueden hacer con un puñado de hombres blancos fumando un puro y tomando un whiskey en un despacho aterciopelado”, ha concluido.

En el turno de preguntas, donde se ha cuestionado duramente la ley de transparencia española, la representante de la Unió de Periodistes, Cristina Chirivella, ha reflexionado sobre si la transparencia es un arma de doble filo para los periodistas que no están bien preparados en la materia, además de apelar a un verdadero compromiso en esta materia por parte de las instituciones.

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