Las dunas para renaturalizar las playas del Cabanyal y la Malva-rosa de València, pendientes de una decisión del PP
La recuperación de un sistema dunar para renaturalizar las playas del Cabanyal-Canyamelar y la Malva-rosa fue uno de los proyectos más ambiciosos del anterior equipo de Gobierno municipal de València formado por Compromís y el PSPV que se quedó pendiente de desarrollo.
La actuación quedó incluida en el Plan Especial del Cabanyal (PEC) que se aprobó el pasado mes de mayo, poco antes de las elecciones municipales que provocaron el cambio de color político en el Consistorio, dirigio ahora por el PP con la alcaldesa María José Catalá a la cabeza.
Ahora serán los populares los que deberán decidir si impulsan la remodelación y renaturalización del paseo marítimo tal y como está previsto en el PEC, una actuación que va en consonancia con la capitalidad verde europea que ostentará la ciudad el año que viene.
El proyecto pretende aprovechar la gran cantidad de espacio existente entre el paseo y la orilla para implantar nuevos servicios y comercios rodeados de pinos de porte alto como los del Saler o de bosques de palmeras, creando sombras, facilitando la aparición de terrazas sin toldos artificiales.
De esta forma, se rompe la frialdad y dureza del Paseo, haciendo que la vegetación salte ocasionalmente al propio paseo y llegue hasta la misma arena de la playa, donde, sin crear un bosque tupido y lineal que impida la visión del mar, sí que se cree zonas de sombra donde poder disfrutar de la playa de otra forma.
Es decir, no se trata de implantar un cordón dunar virgen, pero sí una playa bastante naturalizada, con vegetación autóctona y locales de diseño adecuados para integrarse en la vegetación y armónicos con la tradición del Cabanyal, manteniendo el Paseo accesible a personas mayores o con movilidad reducida, implantando los servicios y comercios propios de una playa urbana, pero en un entorno de aspecto más natural y de gran calidad paisajística.
El concejal de Compromís, Sergi Campillo, destacó recientemente que cada vez que se produce un temporal en nuestra ciudad tenemos el mismo problema en las playas del norte y es que aparte de todos los residuos que se generan provenientes del mar, muchísima arena termina en el paseo marítimo y después debe activarse un dispositivo especial por parte del servicio municipal de limpieza y recogida de residuos para retirarla y devolverla a las playas. En este último temporal, los equipos de limpieza llegaron a recoger 15 toneladas de residuos y arena. “Con un proyecto que recuperara un cordón dunar, toda esa arena no acabaría en el paseo marítimo y quedaría retenida en el mismo cordón, ya que daría el conocido efecto de trampa de arena”.
Por eso, Campillo recuerda: “Hace tres años, en el 2020, ya presentamos una propuesta desde el gobierno municipal encabezado por Joan Ribó para avanzar en la renaturalización de las playas del norte y especialmente en la Malva-rosa, quitando esa obra dura del paseo marítimo y adaptándolo al siglo XXI con soluciones basadas en la naturaleza”.
Esto supone, como explica el concejal, recrear otra vez el primitivo cordón dunar que existía en esas playas y que fue destruido, al igual que el de las playas del sur, aunque después éste último fue recuperado y por ello en esta zona no ha sido tal la afección. “No hace falta un cordón dunar que impida ver el mar desde el paseo pero sí un pequeño cordón dunar que retenga la arena en el caso de temporales y, además, quitar mucha de la obra dura construida, introducir la vegetación adecuada a esta zona cerca del mar e incorporar elementos como la madera, para que sea un sitio más bonito y amable compatible con la actividad hostelera de la zona, y donde la naturaleza tenga cabida”.
En este sentido, para el concejal de Compromís Sergi Campillo “es momento de que el gobierno municipal reanude ese estudio que dejamos hecho, que redacte un proyecto acorde con la Demarcación de Costas y el Ministerio de Transición Ecológica (por estar en parte dentro de dominio público marítimo-terrestre) para preparar nuestra ciudad ante los futuros temporales que cada vez serán más intensos y afectarán más a los barrios marítimos del norte de la ciudad. Es hora de seguir avanzando en la renaturalización de nuestra ciudad y aprovechando que el próximo año Valencia será Capital Verde Europea este podría ser un proyecto muy interesante para que el actual equipo municipal mostrara su compromiso con esta capitalidad y la transformación del urbanismo de esta ciudad con soluciones basadas en la naturaleza”.
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