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La semana de la revolución en Canal 9

Canal 9 podría cerrar en las próximas semanas

Toni Cuquerella

VALENCIA —

Esta semana ha sido la semana de la revolución en Canal 9. Todo ha cambiado. Los trabajadores que estaban fuera han entrado y los fieles al régimen se han sublevado; los políticos que se sentían cómodos en la emisora han anunciado su cierre y los que la rechazaban la han defendido; y la programación anodina con mínimos de audiencia se reventó para triplicar el número de televidentes.

Martes

La semana que se iniciaba felizmente cuando el President de la Generalitat, Alberto Fabra, adelantaba una bajada del paro en la Comunitat Valenciana, se tornó en pesadilla el martes a mediodía cuando la justicia tumbó el Expediente de Regulación de Empleo de RTVV y obligaba a readmitir al millar de trabajadores despedidos.

Pero la euforia de los trabajadores y las felicitaciones de sindicatos y oposición se enrarecía e incomodaba por el silencio de la Generalitat que se alargaba, no había ninguna reacción oficial. Hasta que llegó la bomba: el diario El Mundo avanzaba que Fabra iba a cerrar Canal y Radio 9.

Las formas perdían a Fabra. La Directora General de RTVV, Rosa Vidal, se enteró también por este periódico cuando esperaba para una reunión con el President. Nadie decía nada a los trabajadores. Desconcierto, estupefacción, nadie lo podía creer pese a que el vicepresidente de la Generalitat ya había amenazado. Entonces llegó el puñetazo encima de la mesa de los trabajadores, se hacían protestas a las puertas del Palau de la Generalitat y se tomaron las redacciones de Canal 9 y Ràdio 9 para empezar emisiones especiales en las que contar la situación, la que conocían ellos, y se hacía público un comunicado que cargaba contra el gobierno del PP y sus predecesores, e instaba a la negociación.

Miércoles

Fabra se preparaba para comparecer el miércoles por la mañana, pero ya había dado explicaciones en radios estatales, a nadie de RTVV, y contaba con el apoyo incondicional de la prensa conservadora. En su aparición pública dijo fundamentalmente dos cosas: que el cierre era “innegociable” y que prefería cerrar Canal 9 que un hospital. Pero también dijo que se lavaba las manos y apuntaba a Vidal como cabeza de turco.

Ante esto Vidal dijo basta, acusó al President de mentir en sus explicaciones, y dimitió, ella y los consejeros nombrados por el PP. Este vacío de poder se sumaba a la rebelión de los trabajadores que hacían especiales informativos muy duros contra el PP, explicando que la deuda generada era por su mala gestión, aprovecharon para recordar los casos de corrupción que se le investigan a este partido, y dieron voz a aquellos que antes no la tenían, y entre ellos colectivos tan sensibles como la asociación de víctimas del metro. Periodistas afines al ‘régimen’ del PP, entonaron el ‘mea culpa’ y reconocían la manipulación informativa.

Por Canal 9 pasaban voces hasta entonces mudas, y voces de instituciones que les daban su apoyo. Hasta un clímax con un debate monográfico nocturno en el que se debatió sobre esta medida, sentando en una mesa al secretario general del PP valenciano frente a los líderes de PSPV, Compromís y EU. Lo nunca visto.

Jueves

Convertida RTVV en una maquinaria de agitación contra el PP que había perdido el control, ya que en el consejo de administración del ente sólo estaban los partidos de la oposición, Fabra dio el golpe de efecto (de Estado para otros). Tras una reunión por la mañana en la que el PP acataba la decisión de Fabra, por la tarde sería otro periódico conservador, Las Provincias, el que avanzaba los nuevos hechos: se aprobaba un ‘decretazo’ urgente para nombrar de forma inmediata el PP a un director-liquiador que cierre Canal 9, y a los consejeros vacantes para no alargar la situación de “desgobierno”, según afirmó el vicepresidente Císcar. El PP retomaba el control administrativo, pero el huracán de críticas continuaba.

Viernes

Durante el viernes RTVV continuaba recibiendo apoyos, entre ellos los de la Academia Valenciana de la Llengua, que alertaba que la desaparición de los medios públicos podía ser “letal” para el valenciano.

Por otro lado empezaban a fraguar las primeras acciones jurídicas y Compromís anunciaba un recurso contencioso-administrativo para que se paralice de forma cautelarísima el nombramiento de los nuevos miembros ‘express’ del consejo de administración de RTVV; por la noche el mismo partido interponía una denuncia por prevaricación.

Sábado

Por la mañana los principales líderes del PP se ratifican en diferentes entrevistas y actos de partido. Desde la oposición las medidas judiciales suben diversos escalones: el PSPV, a través de su secretario general Ximo Puig, anuncia un recurso de inconstitucionalidad al cierre.

Por la tarde decenas de miles de valencianos reclaman la pervivencia de Canal 9 y Ràdio 9. Posiblemente salen a las calles más gente que espectadores tenía, más que aquella televisión pública hundida que tocaba fondo como juguete roto del PP.

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