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“Los telediarios no responden a lo que la gente espera de una televisión pública”

Pilar Requena durante una entrevista concedida a TVE (foto de TVE)

Natalia González de Uriarte

Vitoria-Gasteiz —

Pilar Requena, actual reportera del programa ‘En portada’ de TVE, ha sido corresponsal durante 25 años en numerosos países. Al año de nacer su hija reprochó a sus jefes que no la enviarán a cubrir la Guerra del Golfo. Y a los tres días estaba a pie de campo. La experta periodista no resta importancia a la labor del reportero de internacional pero iguala su valía a la del redactor capaz de desmenuzar unos presupuestos y localizar la trampa. Aún así no se deshace en elogios con el gremio. Es crítica con los medios en general y con su casa en particular. Asegura que Televisión Española no otorga a la información la importancia y tratamiento que merece y que sus espacios informativos nos responden a lo que la gente espera de un ente público.

El paternalismo hacia las mujeres que cubren conflictos armados ¿sigue instalado en las redacciones?

Yo nunca lo he vivido y el Televisión Española somos muchas las que hemos ido a cubrir conflictos. Sí percibí, durante la primera guerra del Golfo, la del 91, que la dirección, a pesar de que yo había cubierto la crisis, no me proponía ir a la guerra. Entonces pedí explicaciones pero sus recelos no estaban provocados por mi condición femenina. Era porque era madre de un bebé y pensaban que la niña tan pequeña no podría quedarse sola, que podía pasar algo...Pero les repliqué que esa decisión no tenían que tomarla ellos, era personal, consensuada con mi pareja. Desde el primer día en que llegó mi hija al mundo lo advertí: yo sigo siendo una más en la redacción. Sí puedo ir a la guerra. A los tres días estaba en Jerusalén. Es muy lícito que una empresa tome esa decisión, pero si no se manda a madres, no se manda a padres.

No le gusta el término reporterismo de guerra, ¿por qué?

Me resisto a que se me llame reportera de guerra. Soy reportera de internacional. Es fallido hablar de reporterismo de guerra y además convertirlo poco menos que en el gran periodismo. ¿Qué diferencia hay entre un periodista de guerra y aquel que sabe realmente desmenuzar unos presupuestos generales y sacarles la trampa? Es tan válido lo uno como lo otro. Lo recomendable, además, es que las coberturas en las guerras las desarrollasen profesionales que trabajan habitualmente en esa zona del mundo, que son los que conocen el contexto y la idiosincrasia del conflicto y no acuden como un paracaidista a guerras ajenas. Este es un de los defectos que se perciben en el periodismo internacional. Y así es más fácil manipular a los periodistas porque llegan sin fuentes, sin contextualizar...

Afganistán ha sido uno de sus campos base. ¿Se lo ha puesto muy difícil el machismo imperante en las sociedad islamista? ¿Ha tenido que extremar las medidas de seguridad?

Las precauciones las tienes que extremar siempre seas mujer u hombre. Es verdad que tienes que usar el velo, vestir de una forma determinada...pero por lo demás tenemos una ventaja como mujeres en esas sociedades más conservadoras, segregadas por género: las mujeres tenemos acceso a los dos lados mientras que el hombre solo tiene acceso al de los hombres. Tenemos esa posibilidad tan rica que los hombres no tienen. Lo que es una desventaja para las mujeres de allí juega a favor nuestro, a favor de las mujeres periodistas a la hora de hacer nuestro trabajo.

Precisamente una de las excusas para intervenir en Afganistán fue la situación de represión que ahogaba las mujeres. ¿Ha habido avances desde entonces?

Esa fue la excusa, la realidad fueron motivos políticos y estratégicos, no nos vamos a engañar pero se necesitaba un pretexto muy llamativo para conseguir el favor de las opiniones públicas y el tema de la mujer era muy agradecido en ese sentido. Pero sí han cambiado cosas, no todo lo que quisiéramos, claro. Se ven avances sobre todo en las ciudades, pero se conservan costumbres ancestrales en la zona pastuna, que son pre-islámicas incluso. Pero para cambiar eso se requiere mucha educación, estabilidad y bienestar. Mientras todo eso no se dé es muy difícil avanzar en el tema de las mujeres. Hay mujeres trabajando, en el Ejército, en la Policía. En la universidad hay mujeres...se han dado pasos, las mujeres denuncian, hay centros de acogida. Han cambiado las cosas. Yo me emociono cada vez que voy y observo a las niñas, a las puertas de los colegios, como salen de clase. Sí, van con su velo y demás, pero en el 2011 eso era imposible, estaban encerradas en sus casas.

En España los avances en igualdad han sido muchos en los últimos años aunque también ha habido retrocesos. Nos seguimos levantando, por ejemplo, con declaraciones como las del alcalde de Valladolid, que han provocado un reguero de críticas e incluso la petición de dimisión por parte de colectivos feministas. ¿Qué lectura hace de estos hechos?declaraciones como las del alcalde de Valladolid

Es que aquí, en este país no se ha aprendido a conjugar el verbo dimitir. Podíamos empezar a aplicar, en lugar de dimitir, el de abdicar, que parece que sí hemos aprendido a conjugarlo. Aquí no se dimite, es el gran problema. Pero no solo por esas declaraciones sino por problemas más graves, tampoco se dimite. Se permiten ciertas declaraciones como si no pasase nada. El problema no es la declaración en sí, que también, sino que hay una parte de la sociedad a la que le parece bien esa declaración. Esto nos demuestra que queda mucho por andar en el campo de los derechos de la mujer. Comparando con etapas anteriores, lo de ahora es un lujo, pero todavía sigue habiendo bastante machismo, incluso en las generaciones más jóvenes.

La violencia de género raya la epidemia. ¿qué hacemos mal?

La educación contra el machismo, además de todas las medidas concretas institucionales, empieza en las casas. En educar a la niña igual que al niño y darles las mismas posibilidades. En enseñarle a la niña a respetarse a sí misma y ha no convertirse en una 'barbie superstar', pero en enseñarle a la vez al niño a respetar también a esas 'barbies'. Todo eso empieza en la familia. Insistimos poco en la educación y en las medidas legales.

El tratamiento de los medios de comunicación, ¿es el correcto?

Sigo teniendo mis reparos sobre la forma en que se hacen las coberturas. Eso de: “ya son treinta y tantas muertas por violencia de género en lo que llevamos de año”, suena a competición. A partir de ahí se repite el esquema informativo en cada caso; se cuenta cuándo la han matado, cómo, ofreciendo muchos detalles que sobran. El tratamiento no es el adecuado y creo que tiene un efecto negativo en muchos sentidos. Tenemos que ser muy cuidadosos con estas informaciones. Algo hacemos mal. De hecho, la gran cobertura informativa no ha llevado a una disminución drástica de la violencia de género. Debemos plantearnos que lo importante no es difundir con detalles esos hechos sino extendernos en explicaciones sobre la necesidad de denunciar y los cauces. En eso sí que debemos ser repetitivos. Hay que mentalizar a la ciudadanía de que debe denunciar. Hay que concienciar de que no debemos permitir, ni hombre ni mujer, que nos violenten, que la primera bofetada ya sobra.

Usted trabaja sobre todo para el programa en Portada, pero reconocerá que el plato fuerte de la información de la Televisión Pública Española ha sido durante muchos años Informe Semanal, desterrado desde hace un tiempo del 'prime time'. ¿La Televisión Española actual trata como merece a la información?

No. Llevamos ya un tiempo sin hacerlo. Insistiendo más en temas espectáculo, mucho social y mucho suceso. La información va muy medida, muy controlada e incluso manipulada. Hay un defecto en el seguimiento de la información política y es el dosificarla por tiempos. Se conceden 20 segundos al PP, otros 20 al PSOE, independientemente de que en ese momento tenga más o menos importancia el mensaje de cada cual. No podemos medir la información por el número de segundos igualitarios entre unos y otros. Tenemos que contextualizar y analizar. Tenemos un grave problema y lo sabemos, porque estamos perdiendo audiencia. Los Telediarios no responden a lo que la gente espera de una televisión pública. Y se arrincona a otros espacios informativos y se les recorta presupuesto. En En Portada tenemos menos días de viaje por cobertura, eso va en detrimento del producto final y aún así es un nicho privilegiado. Es un lujo seguir participando en un programa así. En cuanto a Informe Semanal debería volver a horario de máxima audiencia pero también deberán revisar muchas prácticas equivocadas denunciadas por el Consejo de Informativos. Deben imprimir un giro en su forma de hacer reportajes.

En su conferencia en las II Jornadas de Periodismo a pie de calle de Vitoria ha hablado de Ucrania. ¿Se repite la historia?. ¿Los intereses partidistas encuentran terreno abonado entre una sociedad civil indignada y en nombre de una 'revolución prefabricada' se cometen impunidades?

Lo que ha habido es sobre todo injerencia de la Unión Europea y de EEUU en Euromaidan. Occidente se ha pasado de frenada poniendo a Ucrania entre la disyuntiva de la UE o nada. Eso no puede ser. Ucrania tiene dos almas y tiene que estar vinculada a las dos almas, una más pro-europea y una alma más pro-rusa. Lo que era una protesta de jóvenes pro-europeos se convirtió al final en una mal llamada revolución de la plaza contra Yanukovich que era el presidente elegido democráticamente en su momento. Se aprovechó una situación para dar la vuelta a la tortilla porque lo que quieren es quitar ese espacio de influencia a Rusia. Les encantaría colocar a la OTAN delante de las banderas rusas y eso Putin no lo va a permitir.

Usted habla de conflicto innecesario. Ha declarado que podía haberse evitado si los medios de comunicación hubieran intensificado sus esfuerzos en informar sobre el pre-conflicto, en advertir lo que allí se fraguaba. ¿No ha cambiado de parecer?

No, por supuesto que se podía a haber evitado si no hubiésemos montado tanto numerito haciendo un favor a los de la Plazade la Independencia. Hicieron una escenificación de la violencia clarísima y la difundimos. ¿Desde cuándo un movimiento cívico ataca? Yo no he visto eso en la plaza de Madrid de la Puerta del Sol, no he visto paramilitarización en la Puerta del Sol en el movimiento 15M, ni en muchos otros. Tenían que haber saltado las alarmas y no saltaron o no quisieron hacerlas saltar.

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