Carlos Perales, una vida con Memoria y el homenaje a quien doblegó desde Cádiz el relato de Franco
Dicen que hay personas irremplazables, necesarias, ejemplares, sensibles, empáticas, comprometidas. Y luego está quien de algún modo reúne esas cualidades. Es el caso de Carlos Perales Pizarro (Alcalá de los Gazules, 1958 - Cádiz, 2018), al que quienes conocieron definen como “pionero en España” en la recuperación de la Memoria Histórica. Pero no solo, también se partió el lomo, sin estridencias, por la cooperación internacional y causas como las de los pueblos palestino y saharaui. Ahora recibe el homenaje póstumo de su tierra a “una vida con Memoria”.
Quiere el calendario que la cita sea un 20N, que coincidan los 50 años de la muerte de Franco con la ofrenda a quien doblegó el relato de la dictadura. Antes que los verdugos importan aquellos que miran a los olvidados, a los sin nombre, a las víctimas. El recuerdo a Carlos Perales subraya su labor institucional, en los despachos, y humana, en las calles y en los desiertos cotidianos.
Y el reconocimiento ‘in memoriam’ llega con el III Premio de Memoria Histórica de La Janda ‘Luis Vega Sevillano’ en las jornadas memorialistas que organiza la Mancomunidad de La Janda en colaboración con la Diputación de Cádiz. Al acto de entrega del galardón, en su pueblo natal, Alcalá de los Gazules, asiste su familia.
Retorcer las entrañas a la Memoria
“Carlos fue, en el ámbito de la Memoria, un precursor”, define David Doña, periodista de Memoria Democrática de la Diputación gaditana. “Le echamos de menos porque el mundo es peor sin él”, resume. “Qué verdad que nadie es imprescindible”, pero, a veces, “a los pilares de la vida se le desprenden ciertos sillares que sólo cuando faltan eres consciente de lo que has perdido”, en palabras del historiador gaditano Santiago Moreno.
La muerte de Carlos Perales retorció las entrañas del mundo memorialista. Él estaba ahí cuando las manos empezaron a abrir la tierra y los huesos comenzaron a hablar. Cuando Cádiz arranca a ser paradigma en la búsqueda de los desaparecidos por el franquismo. Todo un reto impensable hace acaso un par de décadas en Andalucía, con 50.000 víctimas civiles y 900 fosas comunes.
Un desafío a la desmemoria ganado un buen puñado de veces, como en los primeros trabajos con criterio arqueológico y “metodología científica” en suelo andaluz: “En el año 2004 logró que Diputación participara en la exhumación de las fosas de El Bosque”, recuerda David Doña. Y en la fosa de las mujeres de Grazalema, en la crónica genocida de los falangistas Leones de Rota en Benamahoma, en la impronta del terror vivo de los golpistas en Puerto Real y en ese “nido al que dan con una escoba” de Luis Vega en Paterna de Rivera, entre otras.
Carlos, en declaraciones a un programa de televisión, manifestó sobre la búsqueda de los desaparecidos por el franquismo: “Después de la exhumación, contrariamente a lo que la derecha siempre decía que pretendíamos abrir heridas, pudimos comprobar que al menos la herida de las mujeres de Grazalema se cerraba de una manera muy digna con el enterramiento y el homenaje a esas mujeres”.
“Mancharse” de Memoria
“Si bien podía haber escogido el fácil camino de la burócrata mesa y el ordenador, se arremangó hasta mancharse en algo que desde finales del siglo XX iba tomando forma y fuerza: la Recuperación de la Memoria Histórica”, resume Santiago Moreno. “Consiguió en poco tiempo, e incluso en situaciones políticas adversas, que nuestra provincia fuera un ejemplo a seguir en materia memorialística”, subraya el historiador.
‘Fallece Carlos Perales’, titulaban los periódicos aquel 3 de julio del año 18. Era director del área de Coordinación Política de la Diputación de Cádiz, en cuyo seno funciona el Servicio de Memoria Histórica y Democrática. Y “pionero en España y referente de otras corporaciones provinciales”, dicen en la institución. Como herencia queda el alma del concepto ‘verdad, justicia y reparación’ y patrimonio vivo como el Aula Itinerante de Memoria Histórica.
Perales era también secretario de Memoria Histórica y Democrática del PSOE de Andalucía e impulsor de los grupos regional y federal de su partido en la materia. Presidía, además, la Fundación Alfonso Perales. “Un luchador incansable, un socialista comprometido con esta tierra y un referente en la recuperación de la memoria histórica”, destacó el PSOE en una nota de prensa.
La muerte del “histórico dirigente socialista gaditano” provocó un aluvión de mensajes. La entonces presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, expresó así sus condolencias: “Lamento profundamente el fallecimiento de mi amigo y compañero Carlos Perales, un gran socialista y mejor persona, que tanto impulsó la recuperación de la Memoria Histórica en Andalucía”. Un empeño para doblegar el relato de Franco emprendido “cuando nadie creía en ello, cuando aún era un tema tabú y cuando costaba hacer ver su importancia a las instituciones”, como dijo la presidenta de la Diputación gaditana en aquellas fechas, Irene García.
Un “hombre bueno” machadiano
“Era un hombre comprometido con muchas causas justas, con aquellas que no debieran atribuirse de manera patrimonial porque nos pertenecen a todos, al ser cuestiones de derechos humanos”, inmortaliza David Doña. “Y como compañero fue una persona afable, cordial con un humor muy fino y socarrón”, agrega el periodista.
O como avivan los recuerdos del “equipo de Carlos”, sus compañeras de trabajo. “Lo podía definir como un hombre bueno, como dijo Antonio Machado, que a él tanto le gustaba”, sintetiza Lola Ruiz Barbosa. Dice que con él descubrió la Memoria Histórica, “y eso que soy nieta de represaliado”, añade.
Carlos Perales fue un “pionero” en rescatar las crónicas “más olvidadas”, tercia María Belizón. “Animo a que habléis a los más jóvenes de las historias de los abuelos y como él lo haría, desde la serenidad y el respeto”, alienta. Porque en ese desvivirse por los desheredados había “una pasión que nos transmitió a todos los que estábamos cerca de él”, apunta María Estudillo, y de ahí un “legado que nos dejó, como sus hijos, Irene y Pablo, que siguen el camino de su padre”, completa Elena Amaya.
“Echo de menos su voz, sus reflexiones”, siente Encarna Rey. Era una “bellísima persona”, repiten, “llena de valores”, que “siempre había tenido su puerta abierta para todo aquel que necesitaba ayuda”, según Mari Carmen Gómez. Sirva un ejemplo que desvela Mari Ángeles Fernández: “Recuerdo siempre su despacho lleno de gente, que venía a verle, a solicitarle ayuda, a preguntarle por familiares desaparecidos... y él siempre tenía un hueco para escucharlos”.
El homenaje de su tierra
Carlos Perales hincó las manos en la tierra para que la Memoria llegara desde los despachos a los huesos. Y ahora las III Jornadas de Memoria Histórica de La Janda reconocen a una figura esencial en el desarrollo de las políticas memorialistas en la provincia gaditana.
Sus hijos, Irene y Pablo, reciben el homenaje a su labor con el III Premio de Memoria Histórica de La Janda, una distinción que recayó el año pasado ‘in memoriam’ en María Silva Cruz, la Libertaria, como paradigma de la lucha las mujeres, y en la primera edición en una víctima del franquismo, Luis Vega Sevillano –que da nombre al premio–, como ejemplo de la memoria viva.
“Este homenaje público e institucional supone el reconocimiento explícito de la importancia de que las administraciones se involucren en el fomento de la cultura de paz, como hizo Carlos Perales”, subraya Javier Rodríguez (PSOE), presidente de Mancomunidad de La Janda, entidad que organiza el acto.
“El galardón recae este año en una persona que representa el deber de Memoria que tienen las instituciones en materia de Derechos Humanos, como hizo Carlos Perales en su compromiso con las víctimas del franquismo”, en palabras del vicepresidente y responsable de Memoria Democrática de Mancomunidad de La Janda, Francisco Guerrero (IU).
Carlos Perales era maestro y licenciado en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Cádiz e investigaba la represión ocurrida en su localidad natal. Su defunción impidió que acabara y presentara en vida su libro Fragmentos de una memoria por recuperar. Alcalá de los Gazules (1931-1939), pero su compañero Javier Giráldez, ex director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, terminó de ensamblar las últimas piezas de la investigación y darle la forma definitiva a la obra.
Los historiadores Carlos Píriz y Santiago Moreno también publicaron un “libro-homenaje”, titulado Franquismo escalado. Averiguaciones sobre una dictadura. Cuando “la tercera generación de los vencidos por el franquismo, nietos y nietas, comenzaron a preguntarse por sus pasados familiares”, escriben, “al no recibir la respuesta deseada por parte de las instituciones públicas tomaron las riendas de un movimiento ciudadano propio”. En ese desierto del olvido, “Perales fue uno de sus primeros militantes”. Así construyó Carlos Perales una vida con Memoria, desde la empatía con los sin nombre, desde el compromiso eterno de un “hombre bueno” machadiano.
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