'Fake news', tabloides británicos y Benidorm, el cóctel que pone en alerta al turismo
Hace un año saltaron las alarmas en Tenerife. La prensa sensacionalista británica lo había vuelto a hacer. Con un fotomontaje del volcán hawaiano Kilauea hizo creer a sus lectores que el Teide iba a entrar en erupción en una isla con un 30% de turistas ingleses. La información era falsa y rápidamente rebatida pero el daño ya estaba hecho. Ahora, de nuevo, esos mismos medios han vuelto a poner el foco en Benidorm donde han denunciado la existencia de bandas que se dedican a drogar a turistas de aquel país para robarles sus pertenencias.
“No nos consta ninguna banda que actúe así”, aseguran fuentes de la Policía Nacional. El desmentido también llega desde la Guardia Civil, que opera en localidades próximas a la capital turística de la Costa Blanca. La novedad, esta vez, es que la Asociación de Comerciantes Británicos de Benidorm ha dicho basta y ha emitido un comunicado crítico con tabloides como The Sun o The Mirror a los que acusan de crear falsas alarmas.
“Ya estamos hartos, nuestro mensaje es que no hay que hacer caso a las fake news”, asegura su presidenta Karen Mailing-Cowles a este medio. “Además, no tiene sentido que se diga que hay bandas que drogan a turistas ingleses para robarles si muchos de ellos acaban emborrachándose y por lo tanto no haría falta drogarles para despistarlos”, afirma con ironía.
Cowles recuerda otras mentiras firmadas por estos periódicos, como la del supuesto tiburón que “atacó” a un niño de 10 años en la costa benidormense con un fotomontaje de un gigantesco tiburón blanco que resultó ser un pez mucho más pequeño que apenas produjo lesiones en el menor. Amarillismo en todo su esplendor que en los últimos años se manifiesta como una serpiente de verano por estas fechas con titulares alarmistas que sitúan a los turistas británicos en España “en el punto de mira” de posibles atentados terroristas del ISIS.
“Son informaciones que se basan en un incremento de la policía con motivo de la Operación Verano, por lo que son tendenciosas sin olvidar que ha sido Londres la que por desgracia ha sufrido atentados en los últimos años”, insiste la representante de los comerciantes en Benidorm. A su juicio, solo en los últimos años ha notado la proliferación de noticias falsas al calor de las redes sociales de los 28 años que lleva esta británica viviendo en la provincia de Alicante.
Darren Parmenter coincide con Crowles en que el fenómeno es nuevo. Este periodista británico vive en San Fulgencio donde ha sido elegido concejal por el PSOE. “Son informaciones lamentables, cuando lees la historia muchas veces no tiene nada que ver con el titular”. El motivo, es evidente, “ya casi no venden periódicos y ahora se inventan noticias para ganar audiencia en internet”, asevera. Asimismo, Parmenter desliza otra posible razón. “Con este tipo de informaciones lo que hacen es atacar por ejemplo Benidorm porque son un poco racistas con España, algo que hemos visto con el Brexit”, esgrime.
Mailing-Cowles no comparte el componente racista. “Es una cuestión de dinero. Si The Sun paga hasta 1.200 euros a los periodistas que les traen este tipo de historias que muchas veces extraen de bulos encontrados en redes sociales que no contrastan es porque les sale rentables y punto”, señala. “Y lo hacen sin pensar en el daño que producen”.
Consecuencias
La Asociación de Comerciantes Británicos de Benidorm se ha visto obligada a alzar la voz por las consecuencias que acarrea la prensa sensacionalista. “Nos afecta mucho al turismo, comerciantes y campings aseguran que este año lo han notado, que hay menos turistas británicos”, dice con tono de preocupación. “Si insisten cada verano en que puede haber atentados aquí, y ahora salen con que los quieren drogar, al final acaba afectando y el turista inglés busca otro destino”, concluye.
Por ello se han propuesta utilizar a partir de ahora las redes sociales donde abundan los bulos y se comparten las fake news, para concienciar a sus compatriotas para que sepan reconocer el tipo de noticias en función del medio y discriminar la información sensacionalista. Por su parte, el Ayuntamiento de Benidorm reconoce sus limitaciones: “No podemos hacer mucho más que desmentir, o pedir que ante la duda se acuda a la fuente” ante ese lector “que puede verse influenciado por las fake news”, puntualizan. Aunque aclaran que “la realidad es que las personas que leen estos medios sensacionalistas, saben que lo son, con lo cual la credibilidad de sus publicaciones no tiene la misma confianza que otros medios más rigurosos”.
0