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El cardenal Cañizares no pidió permiso a la Delegación del Gobierno para mostrar a la Virgen y provocó una aglomeración vetada por el estado de alarma

Momento en el que sale la celebración con la imagen de la Virgen de los Desamparados ante la expectación de decenas de personas.

Sergi Pitarch

València —

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Media Comunitat Valenciana, incluida la ciudad de Valencia, no ha pasado a la fase 1 de desescalada por la evolución de los contagios detectados en 14 de sus áreas sanitarias. El pasado fin de semana, las sanciones por saltarse el confinamiento se dispararon en la capital y la policía tiene que seguir lanzando mensajes a la ciudadanía para que no se confíe y cumpla con las medidas de distanciamiento. El virus sigue ahí y la prueba es Corea del Sur que tras haber abierto su economía ha tenido que cerrar 2.100 bares y clubes por un rebrote.

Pese a que la situación no está controlada, este pasado domingo el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, decidió mostrar la Virgen de los Desamparados hacia la plaza que lleva su nombre, lo que provocó una aglomeración prohibida expresamente por el estado de alarma. En ningún momento, Cañizares ni la Iglesia valenciana habían comunicado su intención de abrir las puertas de la basílica de la Mare-de-Déu y mostrar su imagen a los fieles.

¿Por qué Cañizares no comunicó esta situación a las autoridades? Posiblemente porque la respuesta hubiera sino negativa ante el peligro de concentración que este acto supone debido a la gran cantidad de fieles que la Virgen de los Desamparados arrastra en València. De hecho, la subdelegación del Gobierno de Alicante ya se opuso a que la Santa Faz fuera subida al castillo de Santa Bárbara para una bendición por ese mismo motivo, las posibles aglomeraciones y el peligro de contagio. Un juzgado avaló la decisión.

El Arzobispado de Valencia quiso quitar hierro a la situación con un comunicado este mismo domingo aportando una imagen en la que se ve a varias decenas de personas concentradas a las puertas de la basílica. “Tras la celebración de la misa, desde el interior del templo, la imagen peregrina ha sido orientada hacia la Plaza de la Virgen. Sólo quienes se encontraban en la plaza han podido contemplar la imagen peregrina durante el instante que ha durado la interpretación del himno regional, guardando los presentes las indicaciones de distancia exigidas y en presencia de las fuerzas de seguridad que se encontraban en ese momento en la Plaza de la Virgen”, explicó.

También quisieron restar gravedad al incidente el alcalde de València, Joan Ribó, y la vicepresidenta del Consell, Mónica Olta, que defendieron la presencia de los feligreses porque habrían mantenido la distancia de seguridad suficiente. Pero el debate en este caso no es la distancia física, sino la concentración y los riesgos que hubiera supuesto esta actuación del arzobispo en caso de que no hubiera intervenido la Policía Local de València, que nada más abrirse las puertas de la basílica dio instrucciones a la gente para que no se agolpara.

Según el artículo 11 del decreto que aprobó el estado de alarma el pasado 14 de marzo, “la asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro”.

En este caso, la basílica había tomado medidas las semanas anteriores cuando solo se permitía el culto individual y se suspendieron las misas. De hecho, la celebración del día de la Virgen de los Desamparados se retransmitía en directo por Tele 8, la televisión de la Iglesia. Los cámaras de ese canal estaban preparados fuera de la basílica cuando se abrieron las puertas, por lo que la actuación estaba totalmente prevista. Los propios portadores de la imagen iban totalmente preparados, lo que apuntala esta actitud premeditada.

Además, esa misma mañana la basílica llegó a llenarse con un centenar de personas, según fuentes presenciales. Como se observa en la imagen, compartían espacio personas mayores y niños, algo totalmente prohibido en la fase 0 de desconfinamiento.

La Policía Local de València prepara un informe que entregará a la Delegación del Gobierno para que decida en qué medida se saltó el cardenal Cañizares el estado de alarma.

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