Chez Lyon, el referente de la cocina francesa en el centro de València, cierra sus puertas
Chez Lyon no volverá a servir un plato. El restaurante francés, un referente gastronómico de la ciudad, cierra cocina y puertas, tras haberse tomado un periodo vacacional.
El espacio, que evocaba los aires parisinos en pleno centro de Valencia, no se convirtió en un referente únicamente por sus platos, sino que sirvió de nexo cultural en el centro de la ciudad.
A degustar los platos que ofrecía Francisco Mateu, entre los que destacaban el steak tartar o el confit de pato, acudían poetas, escritores, músicos, periodistas y políticos que improvisaban tertulias en sus mesas.
Francisco, Paco para los amigos, ha publicado varios libros de poesía, su gran vocación. No es casual que su local fuera centro de tertulias literarias, ni que un día adoptara la iniciativa de solicitar a quienes acudían a ellas que improvisaran un verso, escrito o dibujo en pergaminos que metía en pequeños frascos, los cuales vendía a sus clientes con fines benéficos.
Los responsables de Cinema Jove, el festival de la Generalitat valenciana, tenían mesa frecuentemente, así como los invitados del Teatro Olympia durante las grandes representaciones.
Casi 40 años de anécdotas y de confidencias de todo tipo. Por ejemplo, la fallecida exalcaldesa de València, Rita Barberá, llevó engañado al local a Manolo Bernardos, su jefe de prensa desde que alcanzó la vara de mando en 1991, donde le había preparado una fiesta sorpresa de despedida con motivo de su jubilación junto a los periodistas que habitualmente cubrían la información municipal.
En sus mesas se han sentado personalidades como el famoso crítico literario Harold Bloom, por citar una figura internacional, o como el desaparecido experto en arte Carlos Pérez, por referirse a la vida cultural valenciana, que concitó a su alrededor a un grupo de gente que se ha mantenido fiel al establecimiento hasta el final.
El restaurante mantuvo su esencia, tanto a nivel de imagen como de gastronomía, desde que inició su actividad hasta que la ha finalizado, ajeno a los cambios experimentados en el comercio y en la restauración del entorno, volcada en un turismo creciente con todo tipo de negocios de comida rápida, franquicias y tiendas de souvenirs.
Con el cierre de Chez Lyon se pierde, además de un restaurante frecuentado en pleno centro de València, un comercio tradicional de los pocos que quedan en los alrededores de la plaza del Ayuntamiento. Y por supuesto, uno de los foros en los que se han decidido y debatido los devenires de la València moderna. Bon vent, Paco!!