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Cultura Valenciana o cómo enseño lo que me da la puta gana

Patricia Canet

Pasadas ya dos semanas de agradables condiciones en las aulas del siempre Levante feliz (ironía fina, fina), muchos pueden haberse sentado ya con sus vástagos a cumplir con la titánica tarea de ayudarles con sus deberes, montañas de ejercicios que muchas veces parecen impuestos por el alcaide de Guantánamo, dicho sea de paso. En uno de esos momentos pueden haberse encontrado con la nueva asignatura de denominación de origen Cultura Valenciana, en cuyo caso, a excepción de ser un estómago agradecido, pueden también haberse encontrado serias lagunas más grandes que los páramos de Escocia. Digo esto tras haberle echado un vistazo al contenido o, mejor dicho, contenedor que es el libro de la materia.

Cultura Valenciana no es una asignatura, es una putada. Para empezar, y empezaré por lo más obvio, el material está redactado en castellano. Olé tú. Así es cómo se posterga la desagradable imagen de escuchar a los representantes del gobierno valenciano masacrando la lengua autóctona. No importa. ¿A que no, Mari Jose? Total, el valenciano queda muy provinciano. Además, como no está Canal 9 tampoco hay necesidad de forzarse ni tampoco de escuchar a la fallera mayor y preguntarse si está demostrando su dominio del élfico. En fin, todo ventajas.

Para, según el libro, ser el valenciano una lengua cooficial, tal y como recoge nuestro ¡oh! sagrado Estatut, acaba por tratársele con una indiferencia bastante abrumadora y una nula seriedad académica. De él únicamente se dice que es una lengua románica derivada del latín, verdad ésta a medias porque no se completa su definición con la lección de que fueron los repobladores del reino quienes la extendieron. No es de extrañar esto pues es un síntoma más del regionalismo barato y la catalanofobia de las instancias de poder valencianas.

Siguiendo con el tema de la lengua, una de sus más bellas manifestaciones, la literatura, es manipulada a instancias del mismo regionalismo de escaso compromiso con la realidad. Me explico. En este apartado se ensalza el Segle d'Or i la Renaixença, que no digo que no tengan peso, que lo tienen y mucho, pero otra cosa bien distinta es otorgarles a estos dos períodos todo el peso de la literatura valenciana por medio de la no mención de nombres tan importantes como Vicent Andrés Estellés y Joan Fuster y el fenómeno de la Nova Cançó. Qué feliz coincidencia que la literatura más comprometida, la que más enseña por cierto, sea escondida. Lo sublime en los mensajes de Mari Jose y los suyos no tiene parangón.

Y por último, me gustaría destacar algunos despropósitos del apartado de historia, una de las disciplinas más vulnerables a la manipulación educativa. Como siempre, en este punto Mari José & cía no han aportado nada nuevo, el año 0 en la historia de Valencia llega con la conquista de las tierras por parte de Jaume I, quien más que como el Conqueridor debería ser llamado el Desnonador. Es asquerosamente lógico que en un país católico como el nuestro se trate a un genocida cristiano como héroe. O lo que es lo mismo: moro malo. Los quinientos años de vida musulmana son, literalmente, caca.

Otra parcialidad histórica consiste en la no inclusión del reino de Valencia bajo la órbita de la corona de Aragón. No es que se niegue eso, es que directamente no se recalca. Y una verdad que no se dice se parece demasiado a una mentira. Transcurrido el tiempo, la lección continúa con la guerra de sucesión, la pérdida de los Furs y el ascenso al trono de Felipe V, tres hechos éstos que no casan muy bien con particularidad valenciana de la que se presume y que son explicados tan sólo en una hoja. ¿Coincidencia? Que me disculpe Mari Jose y su camarilla pero mi amor por las teorías conspiratorias me conduce a decir que no. Que un nombre que se parece sospechosamente al que ahora está en el trono se haya cargado todo lo “auténticamente” valenciano de lo que antes se presumía no queda muy bien. Tal vez, pero sólo tal vez, ¿eh?, por eso a continuación el liberalismo se desarrolla en seis páginas y del siglo XX no se dice ni una sola palabra. Liberalismo, sí; rojos, no. Forever PP Trending Topic.

En fin, que acabamos en la misma desgracia de siempre, la cual ha sumido a este país a estar en la situación en la que está: la instrumentalización de la educación con intereses sectarios.

No sé si ya se habrán enfrentado al temible momento de abordar una tarea de la asignatura de (in)Cultura Valenciana con sus hijos. En ese momento, puede que la mejor ayuda que podamos darles para combatir el monolitismo ideológico sea crearles más dudas que seguridades para que lleguen al aula con más porqués que con los que se fueron el día anterior. Sólo así conocerán la verdadera Cultura Valenciana.

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