Las demandas contra Bankia colapsan los juzgados de Valencia
Las denuncias contra Bankia, el banco resultado de la fusión de varias cajas de ahorros con dificultades que fue finalmente rescatado por el estado, están agravando el colapso de la justicia. Los juzgados de Valencia recibieron en 2015 al menos 7.500 denuncias contra la comercialización de productos financieros de la entidad, casi el 80% de las presentadas (9.500) en este apartado.
Según el juez decano de Valencia, Pedro Viguer, la litigiosidad por la colocación de preferentes, acciones -singularmente, en la salida a bolsa de Bankia- y otros productos fnancieros “complejos”, es un palo en las ruedas de los juzgados de primera instancia, los encargados de estos asuntos. “La avalancha de denuncias crea un trastorno y un daño enorme, generando retrasos notables que perjudican la resolución de pleitos relacionados con el tráfico, arrendamientos, disputas sobre contratos y otros”.
Según las cifras de Viguer, que ha repasado la actvidad de los juzgados de Valencia ciudad en 2015, este “aluvión inédito” de denuncias no decrece. En marzo de 2016, pese, por ejemplo, a la oferta de Bankia para recomprar las acciones a los minoristas que acudieron a la oferta pública de suscripción de acciones, se han registrado 1.700 demandas. Desde 2013, se han dictado 10.500 sentencias por asuntos de esta naturaleza.
En resumen, los jueces de primera instancia (hay 22, más seis de refuerzo) no dan abasto. Casi triplican la carga de trabajo recomendada por el órgano de gobierno de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial, y en este apartado soportan la mayor carga de trabajo de España.
Bajan los desahucios de primera vivienda y suben los de arrendamiento
De acuerdo con la memoria del juez decano, el número de ejecuciones hipotecarias tramitadas en Valencia en 2015 ha descendido un 30%. Hubo 950 casos. Sin embargo, los lanzamientos por impago de alquileres crecieron un 11% hasta los 1.700. Viguer especula con que los desahucios se han podido trasladar de la casa en propiedad a la alquilada tras la recuperación del inmueble por parte del banco y su posterior arrendamiento al propietario que perdió su techo.