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¿Los avances científicos aportan a la igualdad?

Martha Janneth Correa Pineda

El mundo y las condiciones de vida han mejorado a través de los tiempos gracias a las aportaciones científicas. Pero, ¿todos los avances científicos son beneficiosos para la existencia del ser humano?, ¿son otorgados en igualdad de condiciones para todas las personas?, o se convierten en un beneficio para unas pocas.

La ciencia hace presencia en los diferentes campos de la existencia humana, tanto para bien como para mal; avances en las telecomunicaciones, innovación en los medios de transportes, fabricación de armas químicas, biológicas y nucleares que son utilizadas única y exclusivamente para el exterminio de la humanidad.

Teniendo en cuenta que el campo de la ciencia es demasiado amplio, ponemos el foco en la medicina en relación con la industria farmacéutica, encargada de la cura de múltiples enfermedades, el mejoramiento de la salud y la calidad de vida de millones de personas.

La industria farmacéutica es una de las economías más prósperas a nivel mundial, muchos señalan que las ganancias obtenidas por este negocio supera los ingresos de la venta de armas, las utilidades obtenidas por los bancos y por las empresas de tecnología; lo cual nos lleva a pensar si las innovaciones farmacéuticas aportan verdaderamente a la sociedad o son un negocio dedicado sobre todo a maximizar las rentas de sus accionistas.

En el diario La Información en un artículo escrito por Diego Caldentey señala de manera acertada que “En plena época donde cada vez hay más diferencias entre ricos y pobres, existen algunos sectores que se erigen como auténticos fabricantes de millonarios. En este sentido, a la cabeza de los rubros que mayor generarán riquezas en el mundo se sitúan el sector financiero, el tecnológico y la industria farmacéutica.” ,

¿Cómo se obtienen dichos beneficios?, muchos señalan que los precios de los medicamentos se fijan a voluntad de las farmacéuticas; especulan y hacen que los medicamentos no sean fácilmente accesibles a toda la población mundial. Así, agravan la situación de las personas más pobres y excluidas de la sociedad, siendo privadas de sus derechos a la salud y a la vida, pero las farmacéuticas se defienden indicando que dichos precios vienen dados en virtud de los recursos que se invierten en innovación y desarrollo.

Además de la especulación, las ganancias obtenidas por la industria farmacéutica se deben a la globalización “(…) que le ha permitido maximizar sus beneficios ya que compran las materias primas en los países donde son más baratas (países en vías de desarrollo), instalan sus fábricas en donde las condiciones laborales son más ventajosas y venden sus productos fundamentalmente en los países donde la población tiene mayor poder adquisitivo y los servicios de salud están más desarrollados.” (Artículo de Nuevatribuna.esNuevatribuna.es )

¿Cuál es la entidad encargada de establecer normas y pautas en relación con la salud a nivel mundial?, pues nada más y nada menos que la Organización Mundial de la Salud – OMS, que hace parte de la Organización de las Naciones Unidas. Este organismo es altamente criticado, se ha puesto en tela de juicio su imparcialidad e independencia pues algunos de sus asesores han presentado conflicto de intereses al favorecer a las farmacéuticas (BBC Mundo vincula a expertos de la OMS con farmacéuticas).

En la actualidad existe una crisis sanitaria en los países empobrecidos, pero las farmacéuticas dirigen todos sus recursos y sus esfuerzos en la producción de medicamentos dirigidos a las personas que tienen el dinero suficiente para pagar el costo de los mismos, dejando atrás las necesidades de la población más vulnerable.

En el informe 109 de Oxfam Internacional: “Invertir en la vida Cómo lograr el acceso a medicamentos esenciales a través de prácticas empresariales responsables” , se indica que:

“Ha llegado el momento de que las compañías se planteen sinceramente nuevas formas de hacer negocio, incorporando en sus razonamientos el punto esencial de la igualdad social, y trabajando de forma más flexible, transparente y práctica con todas las partes interesadas” teniendo en cuenta “que las compañías farmacéuticas podrían contribuir de forma más significativa y eficaz al acceso a los medicamentos de la población pobre en los países en desarrollo” y continúa el informe señalando que “la industria farmacéutica ha sido incapaz de reconocer el acceso a los medicamentos como un derecho humano fundamental consagrado en el derecho internacional, así como de aceptar que las compañías tienen responsabilidades en este contexto”.

No todo es negativo, existen personas maravillosas con fines altruistas que dirigen todos sus conocimientos y sus esfuerzos al servicio de la humanidad, es el caso del científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, quien ha dedicado la mayor parte de su vida a la elaboración de una vacuna sintética para la erradicación de la malaria; así mismo, se ha mostrado como un firme opositor de la industria farmacéutica que reprobó la donación que hizo Elkin de su primera vacuna a la humanidad. En una entrevista realizada por Carmelo Rivero indicó que por esa vacuna las multinacionales farmacéuticas le ofrecieron ciento veinte millones de dólares, no accediendo a ello, por considerar que ayudar a la humanidad tiene más valor que el dinero.

Manuel Elkin ha tenido múltiples adversidades en su trabajo, pero continúa trabajando para alcanzar el 100% de efectividad de la vacuna contra la malaria, desarrollando a la par un modelo universal de vacunas para el tratamiento varias enfermedades infecciosas, argumenta que volverá a donarla y que será su aportación a la humanidad, haciéndolo en nombre de Colombia y España de quienes ha recibido apoyo.

La investigación, producción y elaboración de medicamentos son un gran negocio para las multinacionales farmacéuticas y generan una grave desigualdad. Lamentablemente, los avances científicos están al servicio de quienes pueden pagarlo; los pobres y excluidos no tienen acceso a los medicamentos, ya que no son un sector poblacional relevante para su mercado. Por todo esto, es destacable el trabajo de científicos como el Dr. Manuel Elkin Patarroyo que de manera honesta y desinteresada aportan su conocimiento para mejorar la calidad de vida de todos los seres humanos sin ninguna distinción.

La salud y la vida no pueden ser tratadas como un negocio, es necesario repensar el papel que todas las personas realizamos desde nuestras profesiones u oficios, pero sobre todo es necesario que los gobiernos, lo organismos multilaterales y las empresas asuman la responsabilidad que les corresponde y tomen las medidas necesarias para garantizar el acceso igualitario de los avances científicos a toda la humanidad.

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