Se llama genocidio
Alto el fuego en Gaza
El alto el fuego en Gaza entró en vigor el 19 de enero y las primeras rehenes israelíes y prisioneros palestinos fueron liberados como parte del acuerdo de liberación gradual de rehenes a cambio de prisioneros palestinos.
Fue la primera fase del pacto que pausa durante seis semanas el conflicto que dura ya quince meses. Más de seiscientos camiones con ayuda humanitaria entraron en la franja y se evacuaron pacientes de Gaza para recibir tratamiento médico en el extranjero al abrirse pasos fronterizos. Miles de desplazados iniciaron su periplo por la zona.
Desde entonces se han efectuado tres intercambios más, el cuarto el 1 de febrero.
Pero con el cese de los bombardeos no termina el genocidio. Es urgente la reconstrucción de hospitales, el restablecimiento del servicio de agua y la entrada de combustible entre tantas acciones imprescindibles para restablecer mínimamente una vida digna.
Informe sobre Genocidio
El 5 de diciembre, Amnistía Internacional, tras llevar a cabo una investigación, hizo público un informe: “Es como si fuéramos seres infrahumanos: el genocidio de Israel contra la población palestina de Gaza”, habiendo encontrado elementos suficientes para llegar a la conclusión de que Israel ha cometido genocidio contra la población palestina de la Franja de Gaza ocupada.
El informe de Amnistía demuestra que Israel ha llevado a cabo actos prohibidos por la Convención sobre el Genocidio, con la intención específica de destruir a la población palestina de Gaza.
¿Sabemos exactamente lo que significa “genocidio”?
La Convención sobre genocidio de Naciones Unidas de 1948 lo definió como una actuación con intencionalidad de exterminio sistemático de un pueblo, grupo étnico, racial, nacional o religioso. Previamente, en 1944, el abogado polaco R.Lemkin había acuñado el término.
La primera vez que se incluyó el término en el derecho internacional fue en el acta de acusación de los juicios de Nuremberg.
Los principales genocidios durante la historia han sido: el Holocausto, las matanzas de Ruanda en 1994, los asesinatos de Camboya en 1975, la masacre de Srebrenica en la guerra de Bosnia (1992-1995), el ataque del Estado Islámico contra la población yazidí en Irak en 2014 y en 2017 la persecución contra la minoría musulmana rohingya en Myanmar.
¿Cuáles son las consecuencias para el país que perpetra genocidio?
Sanciones por parte de la comunidad internacional, intervenciones militares o procesos judiciales en tribunales, como la Corte Penal Internacional, así como aislamiento diplomático, que significa que el país puede ser expulsado de organizaciones internacionales.
Es decir que no se trata de una mera calificación del mayor crimen contra la humanidad, sino que los responsables pueden ser llevados a juicio, además de que el Estado atacante puede ser considerado responsable bajo el Derecho Internacional, enfrentándose a demandas y condenas en tribunales internacionales como la Corte Internacional de Justicia.
Las sanciones económicas pueden ser el congelamiento de activos, restricciones comerciales (como embargos), así como desinversión y boicots.
En casos extremos, la comunidad internacional puede autorizar intervenciones militares, como se vio en los conflictos de Ruanda.
Repercusiones de la declaración de “genocidio” para Israel
En el caso que nos ocupa, el genocidio contra la población palestina, los Estados que continúen transfiriendo armas a Israel en este momento deben saber que están incumpliendo su obligación de impedir el genocidio.
En la ofensiva militar que Israel lanzó, tras los mortales ataques liderados por Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, se han cometido actos genocidas contra la población palestina, desafiando las advertencias sobre la catastrófica situación humanitaria y en contra de las decisiones jurídicamente vinculantes de la Corte Internacional de Justicia, en las que se ordena a Israel tomar de inmediato medidas para posibilitar la prestación de asistencia humanitaria a la población civil gazatí.
A pesar de que Israel sostiene que sus acciones en Gaza son legítimas y que están justificadas por su objetivo militar de erradicar a Hamás, es evidente que la intención genocida puede coexistir con los fines militares de destrucción física de la población palestina de Gaza.
Los crímenes cometidos el 7 de octubre de 2023 y la toma de rehenes no pueden justificar el genocidio de Israel contra la población palestina gazatí. Queriendo eliminar a Hamás, Israel he venido destruyendo a la población palestina, negándose a abrir suficientes puntos de acceso a Gaza o eliminar las estrictas restricciones impuestas a la entrada en el territorio o los obstáculos a la distribución de la ayuda en él.
¿Existe de verdad una impotencia para detener el genocidio?
No, los Estados deben pasar a la acción con medidas internacionales enérgicas y continuadas. La expresión de la consternación ante los hechos no vale para nada. Todos los Estados deben hacer todo lo posible para que se haga justicia, se rindan cuentas y se detenga el genocidio. La inacción de la comunidad internacional debe acabar y se debe levantar el bloqueo de Gaza, así como permitir el acceso de observadores independientes de derechos humanos para poner en evidencia las violaciones de derechos humanos cometidas.
Hamás ha cometido numerosos crímenes de guerra por los que debe rendir cuentas ante la justicia internacional, pero siendo uno de los objetivos de la ofensiva militar de Israel contra Gaza eliminar a Hamás su intención es también destruir a la población palestina de Gaza.
Israel es perfectamente capaz de librar una guerra más selectiva contra el grupo armado, una guerra que cumpla con las exigencias del derecho internacional humanitario, utilizando métodos menos lesivos contra la población.
Para los ataques indiscriminados en Gaza no puede haber ninguna justificación.
La justicia implica abordar el apartheid y la ocupación militar impuesta en el Territorio Palestino Ocupado.
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