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Las obras maestras de Joaquín Sorolla regresan temporalmente a su tierra natal a través de la Fundación Bancaja

La siesta (1911), una de las obras maestras de Joaquín Sorolla en la exposición.

Parwin Dawari

València —
2 de octubre de 2025 23:00 h

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València se viste de luz mediterránea y de memoria histórica con la llegada de las obras maestras de Joaquín Sorolla, uno de los pintores españoles universales, en una exposición que se abrirá al público desde este viernes 3 de octubre en la Fundación Bancaja. La muestra, que reúne un total de 60 piezas, 59 provenientes del Museo Sorolla de Madrid y una, Triste herencia, que ya se encontraba en la ciudad, constituye un evento excepcional, ya que pocas veces se han podido ver juntas obras que forman parte de la colección permanente del museo Sorolla en Madrid. Como explicó Rafael Alcón, presidente de la Fundación Bancaja, la circunstancia del cierre temporal de la Casa-Museo de Madrid ha hecho posible “mostrar en la ciudad natal del artista las obras más destacadas de la colección del Museo Sorolla”, incluyendo lienzos que rara vez salen de sus salas originales, y que ahora dialogan en València con la luz y el espacio de la Fundación Bancaja, estableciendo un puente artístico entre la capital y la ciudad natal del pintor.

Triste herencia (1899),  Joaquín Sorolla. Fundación Bancaja / Museo Sorolla.

Enrique Varela, director del Museo Sorolla y comisario de la muestra, destacó la excepcionalidad del proyecto: “Las obras hablan por sí solas, y de aquí reunir 60 obras maestras de entre cerca de 4.500 producciones nos da cuenta de los niveles de excelencia artística que alcanzó el pintor”. Cada sección refleja un capítulo distinto de su vida artística: los primeros autorretratos en Roma, en los que Sorolla se representa pintando de espaldas, como ejercicio de introspección artística; sus retratos familiares, donde el cariño y la práctica libre se imponen sobre el encargo; las escenas de mar, desde el Mediterráneo hasta el Cantábrico, mostrando la maestría en la captación de la luz y los fenómenos atmosféricos; los jardines, que actúan como laboratorio de experimentación plástica; y finalmente, la España interior, retratada con mirada crítica y moral, reflejando la sensibilidad del pintor frente al regeneracionismo y la crisis del 98.

A la derecha Paseo a Orillas del Mar (1909) Joaquín Sorolla. Fundación Bancaja / Museo Sorolla.

Entre los lienzos más emblemáticos, se incluyen El baño del caballo, Paseo a la orilla del mar, La siesta, Saltando a la comba, y Triste herencia, la obra con la que Sorolla obtuvo el Grand Prix en 1900 y lanzó su consagración internacional. Según Alcón, la selección no fue casual: “Cerca de 40 de estas obras se exhiben por primera vez en nuestra sede. Es una exposición insólita y emocionante, que permite al público valenciano reencontrarse con el pintor desde su formación hasta la madurez plena de su carrera”. La muestra no solo refleja la calidad técnica y luminista de Sorolla, sino también su capacidad para narrar historias, capturar la intimidad familiar, y documentar la España de su tiempo, desde sus playas y jardines hasta las ciudades monumentales y la vida rural, integrando personajes que luego fueron incorporados a la serie Visión de España.

El baño del caballo (1909), Joaquín Sorolla. Fundación Bancaja / Museo Sorolla.

Varela también subrayó la importancia del diseño museográfico, que organiza las obras en un recorrido arquitectónico que facilita la comprensión cronológica y temática de la producción de Sorolla. La primera sección, dedicada al joven artista, incluye obras recientes adquiridas por el Ministerio de Cultura, como dos autorretratos pintados en Roma. La siguiente se centra en la consolidación de Sorolla en los años 1890, con su afirmación como pintor nacional e internacional, e incluye Triste herencia junto a un autorretrato del propio Sorolla del mismo año. La sección de retratos refleja la sensibilidad familiar del artista, mientras que la pintura de mar contrapone escenas del Mediterráneo y del Cantábrico, evidenciando los distintos retos técnicos que cada región imponía. La pintura de jardines y la España interior cierran el recorrido antes de la serie final en Mallorca, con las rocas de Cabal Bernal en la cara de San Vicente, la última gran exploración lumínica del pintor antes de su muerte.

Algunos de los cuadros costumbristas pintados por Sorolla.

Alcón y Varela coincidieron en destacar la colaboración entre Fundación Bancaja, Museo Sorolla y Fundación Museo Sorolla, así como la contribución del Ministerio de Cultura, que ha permitido que la colección, viva y dinámica, llegue por primera vez a València en esta magnitud. La exposición constituye así un evento singular en el calendario cultural, ofreciendo no solo la posibilidad de ver obras que raramente salen del museo, sino también de entender el proceso creativo de un artista que convirtió la luz en su lenguaje universal y cuyo legado sigue siendo un orgullo para la ciudad que lo vio nacer.

Cuadros inspirados en Castilla de Sorolla.

La Fundación Bancaja abre sus puertas de martes a domingo, de 10:00 a 14:00 y de 16:30 a 20:30, para que los valencianos y visitantes puedan recorrer este viaje visual a través de la carrera de Sorolla, desde sus primeros pasos hasta su madurez artística, y apreciar por qué sigue siendo un referente indiscutible de la pintura española y universal.

Retratos familiares de Sorolla.
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