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Carmen Montón, la 'consellera roja' en apuros

La ministra de Sanidad, Carmen Montón, cuando era consellera del ramo

Miguel Giménez

Valencia —

Carmen Montón (Burjassot, 1976), salpicada también por el escándalo de los másteres de la Universidad Rey Juan Carlos, fue fichada por Pedro Sánchez el pasado mes de junio para formar parte de su Consejo de Ministras procedente del Gobierno valenciano de Ximo Puig, donde también ocupaba la cartera de Sanidad. En el Consell del Pacte del Botànic, formado por PSPV-PSOE y Compromís con el apoyo parlamentario de Podemos, la 'consellera roja' protagonizó algunas de las decisiones clave de la legislatura: la eliminación del copago farmacéutico, la recuperación de la sanidad universal -que fue recurrida ante el Tribunal Constitucional por el Ejecutivo de Mariano Rajoy- o la reversión del modelo de privatización de la sanidad pública valenciana impulsado por el expresident de la Generalitat y exministro de Trabajo Eduardo Zaplana, hoy en prisión como consecuencia de la 'operación Erial'. También se mostró contraria a la homeopatía, una práctica a la que le declaró la guerra desde la conselleria.

Feminista reconocida y vinculada al partido desde Joves Socialistes, Montón ha sido diputada en el Congreso, donde fue ponente de la ley del aborto y de la ley del matrimonio homosexual en la época de José Luis Rodríguez Zapatero.

Responsable de Igualdad en la ejecutiva federal socialista de Pedro Sánchez, fue uno de los apoyos del entonces secretario general del PSOE. Posteriormente, en octubre de 2016, se hizo a un lado durante el golpe de estado impulsado por la presidenta andaluza Susana Díaz que acabó con la cabeza del hoy presidente del Gobierno. Esa indefinición, que contrastó con su respaldo a Sánchez en su carrera a la secretaría general del PSOE, estuvo provocada por el hecho de que formaba parte del Consell de Ximo Puig, uno de los barones que propició la caída de Sánchez.

Montón confirmó esa alineación con Puig respaldando su candidatura a la reelección como secretario general de los socialistas valencianos en contraposición con Rafa García, el candidato avalado por el actual ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y por tanto, por el propio Sánchez. Antes, Montón siempre había visibilizado su apoyo al líder del PSOE a pesar de que éste y el presidente valenciano estaban claramente enfrentados.

Este distanciamiento de Sánchez no impidió que el nuevo presidente del Gobierno la eligiera para su Consejo de Ministras, tal vez por sus políticas progresistas en la Generalitat Valenciana, tal vez porque era considerada por Puig y sus afines una piedra en su zapato.

Como ministra, en los apenas cien días que lleva como responsable de Sanidad ya ha protagonizado una de las decisiones clave en el Gobierno: la recuperación de la sanidad universal, revirtiendo la decisión adoptada en su día por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Montón, quien ya respondió en las Corts Valencianes sobre su título de máster a una pregunta del diputado no adscrito (ex del PP) Miquel Domínguez, se convierte así en la segunda ministra en serios apuros en el Gobierno de Sánchez. El primero fue el también valenciano Màxim Huerta, extitular de Cultura, quien apenas duró unos días en el Consejo de Ministras. Huerta tuvo que abandonar el cargo después de que se conociera que fue condenado por defraudar a Hacienda.

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