El mapa negro de asesinatos machistas en Euskadi desde 2012 hasta hoy: la historia detrás del número y qué fue de ellos

Porque no son un número más y para que no queden en el olvido, elDiario.es/Euskadi ha recopilado la historia de las 33 mujeres residentes en Euskadi víctimas de asesinatos machistas entre 2012 y 2025 y qué ocurrió con cada uno de sus agresores. Se trata de un listado oficial de mujeres empadronadas en municipios y ciudades vascas realizado por el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco hasta este diciembre, cuando ha tenido lugar el último caso del año, convirtiendo 2025 en el año con más crímenes contra mujeres en el territorio vasco con un total de seis. Además del listado, este periódico ha elaborado un mapa, un gráfico y una línea de tiempo para hacer más visible cada caso.

(*) En este mapa faltan los asesinatos de mujeres vascas producidos fuera de Euskadi.

Josune

Josune fue asesinada el pasado domingo 21 de diciembre en Barakaldo a los 54 años. Fueron sus hijas quienes encontraron el cuerpo de su madre sin vida a la mañana siguiente. Por este caso fue detenido el que fuera su compañero de trabajo, un joven de 27 años que se encuentra en prisión provisional acusado de presuntos delitos de homicidio y agresión sexual.

Yoanna

Yoanna fue asesinada por su pareja el 15 de octubre de 2025 en Zarautz a los 53 años. El agresor, de 47 años, contaba con al menos una denuncia por violencia por parte de una expareja y se encuentra en prisión provisional acusado de homicidio en el ámbito de la violencia de género.

Eva Jasmin

Eva Jasmin fue asesinada por su padre el 30 de mayo de 2025 en su casa en Bilbao a los 13 años. La madre de la joven, que también se encontraba en la vivienda, fue herida y trasladada al hospital de Basurto. Él se sucidó tras cometer el crimen.

Miriam

Miriam fue asesinada por su pareja el 25 de abril de 2025 en Haro cuando tenía 35 años. Se trataba de una vecina de Vitoria. El agresor, tras cometer el crimen huyó del lugar de los hechos. El dispositivo de búsqueda y detención comenzó horas más tarde del suceso, cuando la hermana de la víctima la encontró ya fallecida. Finalmente fue detenido y el juez ha decretado la prisión provisional sin fianza por un presunto delito de asesinato machista.

María Antonia

María Antonia fue asesinada por su hijo el 5 de febrero de 2025 en Irún a los 74 años. Una tía del supuesto autor y la pareja de la víctima intervinieron para ayudar a la mujer, mientras que el agresor abandonó el lugar en motocicleta. Finalmente fue detenido y se encuentra en prisión acusado de homicidio en grado de tentativa.

Alicia

Alicia fue asesinada por su hijo el 3 de enero de 2025 en Barakaldo a los 84 años. El hombre, de 63 años, se encuentra en prisión acusado de un delito de homicidio.

Yaneli

Yaneli fue asesinada por su pareja en Bilbao el 12 de septiembre de 2024 a los 31 años. Vecinos de la zona avisaron a la Ertzaintza por los gritos y ruidos que se escuchaban en la vivienda y de inmediato se desplazaron al lugar patrullas de la Policía Municipal de Bilbao y de la propia Ertzaintza. “Dentro de la casa, los agentes han encontrado a una mujer con importantes lesiones efectuadas con un arma blanca. Posteriormente, un médico ha certificado su fallecimiento. En el lugar también se encontraba el presunto autor de los hechos, con el que la víctima convivía”, informó la Policía. Finalmente el varón fue controlado y detenido por los efectivos de la Policía Municipal de Bilbao en actuación conjunta con recursos de la Ertzaintza. La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Bilbao acordó tras tomarle declaración junto a la comitiva judicial su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por la presunta comisión de un delito de homicidio.

Leonor

Leonor con 45 años fue asesinada en Pasaia por su expareja el 30 de noviembre de 2024 en su vivienda y delante de sus dos hijas. Una vez cometido el homicidio, el autor huyó del lugar a bordo de un vehículo, pero posteriormente, se personó en las dependencias de la Policía Municipal de Villabona donde se procedió a su arresto. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Donostia acordó su ingreso en prisión provisional por la supuesta comisión de un delito de asesinato en el ámbito de la violencia de género. La mujer, de 45 años, había interpuesto una denuncia en 2020 contra el que era su pareja por malos tratos y amenazas y había solicitado ayuda al movimiemto feminista de Pasaia. Un año después, en 2021, la Ertzaintza actuó de oficio y abrió diligencias contra el hombre, según informó el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco. En aquel momento la Policía vasca actuó porque el hombre quebrantó la orden de alejamiento de 100 metros que tenía con la víctima. Finalmente el expediente se archivó en 2022.

Lourdes

Lourdes fue asesinada con 50 años el 16 de mayo de 2023 en Orio en plena calle por su expareja. El asesino actuó con una escopeta manipulada. Tenía licencia y un arma heredada de su padre y después de asesinarla con un tiro a bocajarro se suicidó. Lourdes era madre de un joven mayor de edad y de una niña menor.

Maialen

Maialen, joven de 32 años, fue asesinada el 28 de mayo por su pareja en Vitoria delante de la hija de tres años que compartían. Tras el suceso el asesino huyó y fue interceptado y detenido por la Guardia Civil cuando viajaba en un taxi por la AP-68 a la altura de la provincia de Zaragoza. La joven estaba “en riesgo extremo fuera de Euskadi -donde residía la pareja- y, cuando regresaron a Vitoria, la Ertzaintza entendió que había renunciado a la orden de alejamiento de su pareja de forma ”consenstida“. En concreto, la pareja se alojó en un apartahotel con un nombre falso, algo que llamó la atención del propietario y, al llamar a la Ertzaintza para comunicárselo, se percataron de que había un expediente de violencia de género abierto por la Policía Nacional y una orden de alejamiento interpuesta por un juzgado de Torremolinos que estaba siendo quebrantada y a la que la Ertzaintza entendió que estaba renunciando al entrevistarse con ella y que esta expresase que quería seguir manteniendo la relación.

El tratamiento de este caso por parte de la Ertzaintza y las instituciones en general provocó las críticas del movimiento feminista y asociaciones, que lamentaron que se bajara el riesgo extremo y que en lugar de investigar el caso entrevistando al agresor se enfocaran exclustivamente en la víctima. Por su parte, los familiares de Maialen difundieron un comunicado solicitando “que no se busquen más culpables que quien decidió cometer este atroz acto, porque no sería justo ni ético” y han agradecido “de corazón las muestras de cariño recibidas” por “todos los vecinos y vecinas de Vitoria”, así como “el apoyo cercano y sincero” que están recibiendo por parte de todas las instituciones. En el escrito pidieron “respeto en estos momentos tan duros” y rogaron “encarecidamente vivir en la más absoluta intimidad”. “Queremos pedir respeto en estos momentos tan duros para la familia, rogando encarecidamente a los medios de comunicación que ejerzan su derecho a la información, evitando el sensacionalismo y morbo innecesario, principalmente por los menores de la familia y, en especial por su hija, la otra gran víctima de esta situación. Por ella, para que podamos criarla en un ambiente de amor infinito, pedimos empatía y respeto a su identidad y su vida privada”, señalaron el comunicado. En el momento del asesinato Maialen era madre de una menor de tres años y estaba embarazada de gemelos.

Maria Luisa

María Luisa fue asesinada por su marido el 26 de septiembre de 2022 en Benidorm a los 68 años. El agresor le asestó dos puñaladas en el pecho y después de lo ocurrido falleció al estrellar el coche que conducía contra un camión-grúa. Cuando los agentes de la policía acudieron al domicilio del hombre a comunicar a su mujer que había fallecido en el accidente de circulación, encontraron la puerta de la vivienda abierta y a la mujer en el suelo fallecida. Ambos eran naturales de Zarautz aunque llevaban más de cinco años residiendo en Benidorm.

Rebeca

Rebeca fue asesinada por su pareja en el bar que ella regentaba de Bilbao el 27 de diciembre de 2022. El agresor tras asesinarla se marchó a casa y no llamó a la Policía hasta la mañana siguiente que regresó al bar. El juicio se celebró en 2024 y Fiscalía, que pidió 28 años de cárcel para el acusado, determinó que durante la relación sentimental “se estableció un plano de desigualdad y una situación de dominio de él hacia ella”. “La víctima sufría de manera habitual agresiones físicas y cachetes, agarrones de pelo y cuello, patadas, así como maltrato psíquico porque le controlaba el teléfono móvil y le impedía mantener trato con sus familiares”, según la Fiscalía, que recordó que había dos procedimientos en trámite incoados contra él por otros episodios violentos contra Rebeca. Finalmente fue condenado a 24 años de cárcel debido a que la Audiencia Provincial de Bizkaia rebajó la pena porque confesó el crimen al llamar a la Policía.

Conchi

Conchi fue asesinada por su marido en Sestao el 12 de febrero de 2021. El agresor la atacó con un hacha mientras ambos estaban en su vivienda y después se lanzó a la ría, donde la Ertzaintza encontró su cuerpo fallecido a la altura del muelle de la Benedicta.

Erika

Erika, de 37 años, fue asesinada por su marido en Vitoria el 12 de octubre de 2021. El agresor la asesinó con un cuchillo y, después, con ese mismo arma se quitó la vida. Fue uno de sus dos hijos quien, al ver la situación, alertó a la Ertzaintza. Al llegar, en la vivienda se encontraban los dos hijos menores de edad, de 13 y 17 años y los agentes certificaron el fallecimiento de la mujer, que tenía una herida mortal del cuello. Sin embargo, el agresor seguía con vida, por lo que trataron de salvarle sin éxito. Falleció poco después.

Miren y Paola

Miren y Paola, madre e hija de 56 y 24 años, fueron asesinadas por su marido y padre en Abanto- Zierbena el 11 de marzo de 2020. Tras los asesinatos, el agresor huyó primero a Santurtzi y después a Portugalete. Le arrestraron tras dos horas de búsqueda en unos trasteros de Portugalete. Tuvo que ser trasladado a un centro sanitario por estar semiinconsciente, ya que al parecer ingirió un número indeterminado de pastillas. En el juicio, celebrado en 2022, el acusado confesó haberlas matado porque “no aguantaba más” y pensaba suicidarse. “Ellas no iban a poder aguantar sin mí y no quería que sufrieran”, alegó.

Durante el juicio quedó probado el relato de la Fiscalía de que el acusado golpeó con una maza de 8 kilos en la cabeza a su esposa, le tapó la boca con un trapo y la degolló con un cuchillo, lo que le causó la muerte. A continuación, fue a la habitación de su hija, le ató las manos con una brida y también le golpeó la cabeza con el mazo por lo que sufrió el estallido del cráneo, y después le cortó el cuello con un cuchillo de sierra.

Finalmente, fue condenado a 44 años de cárcel tras ser declarado culpable de dos delitos de asesinato con alevosía, con los agravantes de parentesco y de género en los dos casos, y sin ningún atenuante. Además, una vez cumplida la pena de prisión se le impone la medida de libertad vigilada durante 10 años con la obligación de participar en programas formativos contra la violencia machista.

María José y Florentina

María José y Florentina, hija y madre de 43 y 69 años, fueron asesinadas por la expareja de la primera en Vitoria el 20 de abril de 2018. A la mujer la asesinó asestándole 33 puñaladas y a la madre de ésta, 38 puñaladas.  Después, prendió fuego a la vivienda y saltó desde la ventana del octavo piso cayendo sobre una lona colocada por los bomberos minutos antes. María José murió prácticamente en el acto y Florentina en un centro sanitario horas después. La pareja tenía dos hijos, de once y nueve años. En un juicio celebrado en 2022, el agresor fue condenado a 47 años de cárcel por los dos asesinatos con alevosía con la agravantes de género y ensañamiento y también a 7 años y medio por quemar la vivienda.

Maguette

Maguette, de 25 años, fue asesinada por su marido el 24 de septiembre de 2018 en su vivienda en Bilbao. Según la autopsia, 83 cuchilladas y degolló a la joven en presencia de sus hijas de dos y cuatro años, a las que después dejó durante más de un día solas con el cadáver de su madre. Después, huyó en autobús a Mutriku, donde fue detenido horas después de que una vecina hallara el cuerpo sin vida de Mbeugou en el domicilio. En el juicio, celebrado en 2021, el agresor fue condenado a 25 años de cárcel por el asesinato de Maguette; a dos años y seis meses por un delito de abandono de menores, al haber dejado a sus dos hijas, que por entonces tenían dos y cuatro años, más de un día solas con el cuerpo sin vida de su madre; a un año y ocho meses por maltrato habitual y a ocho años por lesiones psíquicas a las menores, que como se probó en el juicio, fueron testigos de los hechos en los que su padre acabó con la vida de su madre tras asestarle más de 80 puñaladas. Todos los delitos suman una condena de 37 años y dos meses de prisión, además de una indemnización de 390.000 euros a cada niña y de 110.000 euros al hermano de Maguette, quien se hace cargo de las niñas desde el suceso.

Ana Belén

Ana Belén, natural de Álava de 44 años, fue asesinada por su exmarido el 3 de septiembre de 2017. El agresor la golpeó con un martillo mientras estaba en su coche, pero no fue detenido hasta dos días después, el 5 de septiembre, en la planta de Mercedes de Vitoria donde trabaja. Al día siguiente, el 6 de septiembre, ya en dependencias policiales de Miranda de Ebro, donde ocurrieron los hechos, confesó la autoría del crimen que habría cometido con un arma contundente de grandes dimensiones.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ratificó la condena de 30 años de prisión, emitida por la Audiencia Provincial de Burgos, contra el agresor. 21 años de cárcel por el asesinato de Ana Belén y el resto por dos delitos de tentativa de homicidio. Según quedó probado en el juicio, el agresor atacó a dos mujeres de forma aleatoria los días previos a cometer el crimen contra su exmujer.

Según se indicó en la sentencia, el acusado, “teniendo pensado acabar con la vida de su esposa, realizó los anteriores hechos, con la finalidad de que las Fuerzas Policiales no sospechasen de que había sido él quien habría dado muerte a Ana Belén, sino que los tres hechos podrían haber sido realizados por otra persona, que se dedicaba a dar martillazos a mujeres en la localidad de Miranda de Ebro”.

Por estos hechos la Audiencia Provincial lo condenó “como autor de dos delitos de asesinato, en grado de tentativa, con las agravantes específicas de alevosía y evitar ser descubierto”. La sentencia condenaba a quince años de prisión por cada uno de los delitos.

Noelia Noemí

Noelia Noemí, de 32 años, fue asesinada por su marido en Sestao el 28 de septiembre de 2017. El agresor atacó a la mujer con una arma blanca y avisó a la Policía. Después, se arrojó por la ventana. Cuando la Ertzaintza acudió al domicilio hayó los dos cuerpos sin vida, el de Noelia Noemí dentro de la vivienda y el de su marido en la calle.

Mª Aranzazu

Mª Aranzazu, de 51 años, fue asesinada por su pareja el 23 de julio de 2016. El agresor fue quien alertó a la Policía asegurando que su pareja no daba signos de vida y se encontraba tumbada en el sofá. Sin embargo, el cuerpo de Mª Aranzazu se encontraba amoratado y con restos de sangre en su boca y en el suelo y la autopsia determinó que se trató de una muerte violenta. Finalmente detuvieron al agresor que ya contaba con seis detenciones anteriores, una de ellas del año 2004 por violencia de género sobre la fallecida. A raíz de aquel arresto, interpusieron una orden de alejamiento sobre la víctima hasta 2007. Sin embargo, desde entonces no había interpuesta ninguna denuncia ni medida de protección.

A pesar de lo ocurrido, el agresor fue absuelto después de que el jurado le declarara “no culpable” por la falta de “evidencias para determinar la autoría” de la muerte de la mujer. La Fiscalía, la acusación particular en nombre de la hija de la mujer -de 25 años y fruto de una relación distinta-, la acción popular en representación del Ayuntamiento de Bilbao, y la Abogacía del Estado pedían una pena de entre 20 y 25 años de cárcel por asesinato con la agravante de parentesco y especial vulnerabilidad de la víctima. El jurado otorgó validez a las declaraciones de los forenses de que la víctima murió de asfixia por obstrucción de las vías respiratorias por otra persona, lo que ya se recogió en el informe forense, que fue el que provocó la investigación de una muerte que al principio se consideró natural. También admitió la existencia de “marcas digitales” en el cuello de la mujer fruto de “cierta presión” ejercida, pero señaló que la Ertzaintza no pudo encontrar ni huellas ni restos de ADN ni en la cara de la víctima ni en el escenario de la muerte. Al no haber “evidencias para determinar la autoría” el jurado decidió declarar al acusado “no culpable” del “hecho delictivo” de matar a su compañera sentimental.

Durante el juicio los dos ertzainas instructores de la investigación declararon que “una vez descartadas el resto de hipótesis, no cabía otra” que el autor de su muerte fuera su pareja, con antecedentes por violencia machista hace años, porque “en la casa solo estaban los tres (el acusado, la víctima y su madre ya mayor y con problemas de movilidad), no se forzó la cerradura de la puerta, no se robó ninguna pertenencia, no había desorden, la víctima no se defendió y no hubo gritos de auxilio”. Al ser un veredicto de no culpabilidad, el tribunal de la Audiencia de Bizkaia dictó “in vocce” la sentencia absolutoria.

Alicia

Alicia, una bebé de un año y cinco meses, fue lanzada por una ventana por un “conocido reciente” de la madre de la bebé, de 18 años, el 25 de enero de 2016. Durante el juicio el agresor, de 30 años alegó que lanzó a la bebé por la ventana porque vio en ella a la “semilla del mal” y porque se sentía como un “ángel” que tiene la misión de “salvar el mundo”. La madre de Alicia declaró que también trató de asesinarla a ella cuando se negó a mantener relaciones sexuales con él. La Audiencia de Álava lo condenó a prisión permanente revisable. Se trató de la primera vez que se dictó esta pena en un tribunal vasco.

María Ana

María Ana, de 29 años, fue asesinada en Vitoria por su expareja el 2 de abril de 2015. El agresor la agredió con un arma blanca mientras estaba en su domicilio y después se acercó caminando hasta una patrulla de la Ertzaintza para denunciar lo que había hecho. María Ana tenía tres hijos, dos niños y una niña, de entre 10 y 2 años que presenciaron su asesinato. El agresor fue condenado a 17 años y medio de cárcel y a indemnizar con 200.000 euros a cada uno de sus tres hijos y con 100.000 euros a los padres de su mujer.

Leyre

El 8 de agosto de 2015 Leyre, de 34 años, fue asesinada por su exmarido en Bilbao. Según la sentencia, que le condenó a 25 años de cárcel por asesinato con alevosía, el condenado de forma “sorpresiva, le tapó la boca y la nariz, y presionándola fuertemente con las manos” la llevó al baño, donde la golpeó “hasta un mínimo de seis veces en la cabeza con el escalón de la bañera”. Con esos golpes, según recoge la sentencia, Leyre quedó semiinconsciente y el agresor la llevó al pasillo del piso. Pasadas tres horas cargó con ella y la introdujo en el maletero de su coche, estacionado frente a la vivienda, para llevarla hasta una carretera del barrio de La Peña, dirección Arrigorriaga, donde la dejó tendida en la cuneta. Las pruebas practicadas por los médicos forenses que declararon en el juicio recogen que Leyre todavía estaba con vida cuando su exmarido la dejó en la carretera. Después, tal y como recoge la sentencia, el condenado, tratando de simular un accidente con la finalidad de acabar definitivamente con la vida de la joven y “persiguiendo provocarle la muerte, la arrolló varias veces”, pasando por encima del cuerpo de su exmujer. La resolución pone de manifiesto que la forma en que pasó con el vehículo sobre el cuerpo “fue una conducta tendente a asegurarse la muerte de la víctima”, quien ante la forma “sorpresiva” del ataque que sufrió no tuvo ninguna posibilidad de defenderse. El asesino, después fue arrollado por un tren, ya que se tiró a las vías con intención de suicidarse. A pesar de que estuvo grave en el hospital, no murió. Tenían dos hijos en común de 2 y 6 años aunque la sentencia retira la patria potestad de sus dos hijos menores y le prohíbe comunicarse y aproximarse a ellos y a los familiares más próximos a la víctima en un plazo de treinta años.