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Las familias obligadas a conciliar sin ayudas se rebelan

Las impulsoras de la plataforma minutos antes de entregar los recursos de alzada.

Natalia González de Uriarte

Al Gobierno vasco se le ha acabado el dinero para las ayudas a la conciliación y a las miles de familias afectadas se les ha agotado la paciencia. Sus planes de vida a corto plazo se ven totalmente trastocados. Contaban con una subvención para poder compensar la merma en sus salarios que supone una excedencia o reducción de jornada que, sin previo aviso, después de haber sido aprobada, se les deniega por falta de fondos. Una resolución del viceconsejero de Políticas Sociales, Íñigo Pombo, del 22 de agosto pasado, informaba de que se había agotado el crédito presupuestario consignado para este fin, 17,3 millones de euros, la mitad de la dotación destinada por el anterior ejecutivo. El Gobierno, al parecer, no ha hecho bien las cuentas. Y ahora no le cuadran los números a las familias afectadas. Esta repentina situación a la que se ven abocados les preocupa, les indigna pero no se resignan a acatar en silencio sin oponer una mínima resistencia este “ataque” a la conciliación.

Esti es el nombre elegido por una madre afectada para esconder su identidad. Lo que no oculta es su inquietud ante el difícil panorama que se le presenta. Tiene dos hijas. Una de dos años, otra de meses. “Sin la reducción estoy perdida. No puedo tener a mi hija de meses en la guardería todo el día y la mayor está en el colegio hasta las cinco. ¿Quién cuida de mis hijas si a partir de esa hora si yo no tengo reducción? Yo no salgo hasta las siete de trabajar y mi marido tampoco. Sus abuelos, que por otra parte no estoy de acuerdo que debamos traspasarles esa responsabilidad, no están en condiciones. Son muy mayores. ¿Cómo lo hago?”, se pregunta. “Se les llena la boca hablando del sistema de coberturas sociales y es mentira. Además lo han hecho todo de una forma cobarde y chapucera. Primero por soltarlo así, en mitad de las vacaciones y sin avisar a los afectados y segundo porque la falta de previsión. Entiendo que el Gobierno contará con unas estimaciones. Sabían que no les iba a llegar y reducen la partida. Para otros asuntos sí hay dinero, para las familias, no. Está claro cuáles son sus prioridades”, les reprocha.

“ Sin reducción ¿quién cuida de mis hijos ?”

Pocos se plantean renunciar a las reducciones o excendencias. No disponen de comodines que puedan hacerse cargo de sus hijos. Necesitan de ese tiempo para atenderles. Tampoco quieren dar marcha atrás y alterar las medidas emprendidas en sus respectivos trabajos para adaptarse a sus reducciones o excedencias. “No están las cosas como para revolver más. Ya te ponen pegas cuando pides una reducción. Hacen el esfuerzo y cuando está toda la maquinaria en funcionamiento no puedes ir tú y pararla porque te han quitado la subvención. No lo entenderían. Las cosas no están como para crear más problemas”, relata Laura Payueta, que hace cuatro meses presentó los papeles para la excendencia de su segundo hijo y ahora se arrepiente del paso. “Si lo hubiese sabido habría optado por una reducción. Para nuestra economía el dinero que vamos a dejar de percibir era muy importante”, lamenta.

Una causa común, recuperar el apoyo comprometido desde el Gobierno vasco para la conciliación laboral y familiar, les une y para aunar fuerzas se han reunido en la Plataforma de afectados por el impago de las ayudas para la conciliación laboral y familiar, que dispone de su propia página en Facebook. Son varias las acciones que han diseñado para su particular batalla que afecta, según sus estimaciones, a 10.000 familias. La primera, la presentación de forma conjunta más de 500 recursos de alzada contra la resolución del Gobierno vasco que daba por finalizada la partida y anunciaba el rechazo de nuevas solicitudes.

Falta de voluntad política

También recogen en la plataforma Change.org firmas de apoyo a una doble petición dirigida a Juan María Aburto, el consejero vasco de Empleo Y Políticas Sociales. Le piden que habilite una nueva partida para poder abonar las Ayudas para la Conciliación solicitadas en 2014 y aumente la partida en los presupuestos de 2015 para que no se repita la misma situación. Ya llevan recopiladas 600 firmas de apoyo. “La conciliación es un engaño. Tendría que darnos vergüenza ofrecer sobre el papel miles de horarios, ayudas … en pro de la conciliación y luego no poder hacer uso de ello. Llevo un año con reducción de jornada en la propia Administración. Cobro un tercio menos de mi sueldo pero no me han quitado un tercio de la carga de trabajo. Y encima tengo que dejar de cobrar un dinero con el que contaba al solicitar la reducción. Quiero mi dinero, ya que me roban mi salud teniendo que hacer el mismo trabajo cobrando menos”. Así expone su enfado Rosana Larruri, una de las afectadas por el impago de ayudas firmante de la petición.

Los afectados quieren contar para su lucha con la alianza de los grupos parlamentarios para que lleven su denuncia a la Cámara vasca. “No descartamos reunirnos con ellos. Sabemos que alguno ha presentado alguna pregunta el Gobierno y seguiremos insistiendo para que se aclare nuestro futuro”, asegura Nerea Gallastegui, una de las portavoces del movimiento. En un comunicado, la Plataforma señala los errores cometidos en este proceso y critican “la falta de voluntad” para arreglarlo. “La decisión del Viceconsejero incumple el compromiso de profundizar en las políticas de conciliación que presentaba en su programa Gobierno el PNV; no es capaz de realizar una gestión adecuada y eficaz. Puesto que la partida presupuestaria no solo no se amplió en los presupuestos del 2014, si no que se redujo un 7% a sabiendas de que aún quedaban por abonar solicitudes presentadas de septiembre a diciembre del 2013; ignora los problemas y es incapaz de proponer soluciones a corto y largo plazo ya que ha anunciado que no se habilitará una nueva partida y ningunea, menosprecia y deja es situación desamparo a miles de familias que contaban con ese dinero”.

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