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Partidos independientes en las elecciones municipales vascas: “Una lucha como la de David contra Goliat”

Arriba los alcaldes de Zambrana y Karrantza, abajo el candidato independiente de Hondarribia y el alcalde de Zalla

Maialen Ferreira

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Cada vez son más los ciudadanos que, cansados de las gestiones de los partidos políticos tradicionales, optan por agruparse y crear partidos independientes en sus municipios. Se trata de agrupaciones vecinales que deciden emprender acciones “por el bien del pueblo”. Apuestan por políticas locales, cercanas, centradas en la gente. Como en Zambrana, un municipio alavés de 400 habitantes, donde su alcalde, Aitor Abecia, quien es la cabeza de una agrupación independiente que lleva doce años gobernando el municipio, ha asegurado a este diario que es consciente de que los partidos independientes “molestan” a las grandes formaciones políticas y es “una lucha parecida a la de David contra Goliat”. La clave del éxito de su gestión, ha explicado, reside en pequeños gestos que cambian la vida de sus ciudadanos: 

“Un señor mayor me dijo una frase que se me quedó clavada: Aitor, no se te ocurra cometer el mismo error que los partidos tradicionales. No construyas frontones cuando los ciudadanos no tenemos raquetas para jugar en ellos”, ha señalado. 

Abecia ha indicado que mientras los grandes partidos políticos “se pelean” por ver quién construye mayores y mejores infraestructuras, desde su formación optan por “anécdotas”, como ir a casa de una señora que vive sola porque sus hijos están en la capital, para explicarle la factura eléctrica o ponerle una antena de televisión para que, en lugar de uno, tenga la posibilidad de ver 25 canales. “Pequeños gestos que puede que estén fuera de nuestra competencia pero que cambian la vida de la gente. A esa señora no le importa que le hagas un frontón o un centro social, pero con esto le has cambiado la vida”, ha manifestado el alcalde de este municipio donde “hace poco” han instalado conexión Wi-Fi pero aún no hay ni un sólo cajero automático.  

“Son ese tipo de anécdotas a las que los partidos políticos no saben llegar. Es un hecho que la mayoría de los partidos independientes cuando conforman gobierno repite. Algo haremos bien”, ha indicado Abecia. 

Al igual que Abecia, Igor Enparan, candidato a la alcaldía de Hondarribia por la asamblea Abotsanitz, principal fuerza de la oposición desde 2015, apuesta por su partido “local” e “independiente” como forma de gobernar un municipio. 

“Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Por ejemplo, a nivel de comunicación, con los medios, tenemos muchas dificultades, pero también tenemos esa ilusión de trabajar por lo cercano y sentirnos cerca de la ciudadanía”, ha argumentado a eldiarionorte.es Enparan, quien esta legislatura ha sido uno de los tres concejales del partido independiente Abotsanitz. 

Un auge que se expande por toda Euskadi 

En la actualidad, de las 251 alcaldías que componen el País Vasco, un total de 41, lo que supone más del 15%, están regidas por alcaldes de partidos políticos independientes. Javier Portillo, quien llegó al Ayuntamiento de Zalla gracias al auge de la plataforma independiente Zalla Bai, o Raúl Palacio, alcalde del Valle de Carranza y líder de Karrantza Zabala, partido que lleva en el Ayuntamiento desde 2012, son otros dos ejemplos de este tipo de gestiones independientes. 

En ambos casos, al igual que en el resto de plataformas independientes, la falta del respaldo político que supone el no tener a un gran partido detrás, la escasa financiación y la falta de formación acerca de la gestión política municipal, son las principales barreras con las que se encuentran estos vecinos al llegar al poder. 

Palacio, quien gobierna el Valle de Carranza, un municipio vizcaíno de 2.715 habitantes, opina que uno de los principales problemas son las trabas que ponen a su partido desde la Diputación y el Gobierno Vasco. Un trato que es “diferente” y “más favorable” en municipios gobernados por el PNV. Aun así, es consciente de que esa situación también puede llegar a ser beneficiosa, ya que “la independencia de estos partidos al no tener que obedecer a un ente superior” es mayor“. 

Por su parte, Portillo, alcalde de Zalla, municipio también de Bizkaia de no más de 8.500 habitantes, ha criticado que antes de que su plataforma vecinal llegara al poder, el alcalde de Zalla llevaba 24 años de gestión a la cabeza del Ayuntamiento y otros cuatro como teniente de alcalde. Ciertos colectivos del pueblo no estaban contentos con su gestión, y el hecho de que se perpetuaran las mismas personas en cargos públicos, según estos ciudadanos, “no favorecía al mejor gobierno”. Por ello, decidieron crear la agrupación vecinal Zalla Bai. 

En Gipuzkoa, concretamente en Arrasate-Mondragón, municipio de 22.019 habitantes, ha surgido la agrupación vecinal Arrasate Aurrera! que se presenta a las elecciones municipales del próximo 26 de mayo y está formada por ciudadanos del pueblo. Esta formación aglutina a vecinos “afectados” por las decisiones del Ayuntamiento, ahora con el PNV a la cabeza, pero históricamente vinculado a la izquierda abertzale. 

El líder de Arrasate Aurrera!, Ramón Ugalde, ha sido durante muchos años profesor de Historia y Geografía en el Instituto de Arrasate. Ahora, ya retirado, ha creado esta propuesta que llevaba formándose durante “varios años de frustraciones personales y colectivas por la gestión del Ayuntamiento”. 

“Hemos constatado que los grupos políticos que tienen concejales en el Ayuntamiento no nos representan o no nos defendían, y que en el Ayuntamiento tenían demasiado protagonismo los funcionarios, que el trato que daban hacia las grandes constructoras era uno y al pequeño empresario o emprendedor era otro”, ha explicado Ugalde, quien ha asegurado que “no se identifican” con ninguna fuerza política. 

Leyes discriminatorias 

Otro de los factores que dificultan la gestión a las agrupaciones vecinales son las sanciones por el gasto electoral. Los Ayuntamientos gobernados o que cuenten con concejales de plataformas municipales independientes recibieron multas superiores a los 50.000 euros por los gastos electorales que tuvieron en 2015. El tope de gasto electoral es de 0,11 euros por vecino con derecho a voto. En el caso en el que esta cantidad se supere más de un 10%, supone una infracción grave y la sanción mínima por ello son 50.000 euros, la máxima ronda los 100.000, según indica el artículo 17 bis de la Ley Orgánica sobre financiación de los partidos políticos. 

En el caso en el que un partido político se presente en la mitad de los municipios que forman una provincia, a los 0,11 euros por vecino se les suma 150.301 euros adicionales de gasto electoral por provincia, una cantidad con la que los partidos independientes no cuentan al ser agrupaciones vecinales concretas y que se presentan para gobernar un único municipio, el suyo. Estas sanciones afectaron a 26 agrupaciones independientes en Euskadi y más de 500 en España. 

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