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Alfonso Rus: de barón del PP a epicentro de la trama Imelsa

Alfonso Rus, durante la rueda de prensa

Carlos Navarro Castelló

Altanero, chulesco y socarrón. Son algunos de los adjetivos que mejor casan con Alfonso Rus, uno de los personajes más peculiares dentro del panorama político valenciano. Nacido en Xàtiva hace 65 años, empezó dedicándose a la música como promotor de conciertos, después pasó al comercio de electrodomésticos y finalmente presidió una mercantil del mueble.

Su andadura política comenzó a los 33 años. Con un discurso tan populista como campechano, consiguió ganarse el favor de los vecinos de Xàtiva (Valencia), una ciudad de 30.000 habitantes. Pese a que sus formas nunca han sido del agrado del PP, pocos han sido los que se han atrevido a enfrentarse a él públicamente. Y es que, sus continuas victorias electorales le han hecho fuerte ante el sector más crítico de su partido.

En el año 1995 se hizo con la alcaldía de la localidad por el PP, cargo que ha ido revalidando con mayoría absoluta hasta el año pasado. A la vara de mando local sumó en 2004 la presidencia del PP en la provincia y en 2007 la de la Diputación. La pasada legislatura ocupó también un escaño en Les Corts.

Durante todo este período, Rus ha dejado perlas de todo tipo. Desde llamar “gilipollas” a los profesores por decir palabras que considera catalanas como “gairebé” y “aleshores” (insulto por el que fue juzgado y absuelto), hasta prometer a los vecinos de Xàtiva que si le votaban haría llegar la playa a la localidad, llamándoles “burros” posteriormente por creérselo.

Entre los sueños que le han quedado por hacer realidad, están alcanzar la presidencia del Valencia, algo que ha intentado hasta en dos ocasiones, y traer un concierto de U2 a la capital, lo que llegó a anunciar en el año 2009.

A lo largo de su carrera política, Rus no solo supo ganarse el apoyo de los ciudadanos de Xàtiva. El secreto de su éxito como presidente del PP de la provincia primero y de la Diputación después se ha basado en una continua e intensa relación con las bases del partido en todas las localidades de la provincia.

Esto le ha valido para arrastrar una gran masa de votos que han sido claves para el PPCV en sus victorias electorales, sobre todo en la etapa de Francisco Camps, y para lograr una posición de fuerza en el partido. Una fuerza que empezó a tambalearse tras las elecciones locales de 2011, cuando hasta última hora estuvo a punto de perder la mayoría aboluta y el gobierno del Ayuntamiento de Xàtiva en favor de la izquierda.

Sin embargo, precisamente esa posición y ese poder que logró obtener en la formación popular a nivel provincial, ha podido ser el detonante de su decadencia final. Unas grabaciones conocidas en mayo del año pasado en la investigación judicial sobre presuntas irregularidades en Imelsa, empresa pública de la Diputación de Valencia, en las que se escuchaba a dos personas contar dinero de presuntas comisiones por adjudicaciones de contratos a dedo, obligaron a su partido a suspenderlo de militancia.

Rus en todo momento negó haber cometido irregularidad alguna y aseguró que todo se trataba de un complot. Ahora, tras la operación 'Taula', la más importante desarrollada en la Comunidad Valenciana contra la corrupción, ha quedado en libertad provisional, acusado de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, cohecho y blanqueo de capitales. El rusismo pasará así definitivamente a la historia.

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