Caos político en San Antonio de Benagéber: tránsfugas, división, moción de censura y un exalcalde que vuelve
Los giros de guión, el caos político y el juego de las sillas que se vive en el Ayuntamiento de San Antonio de Benagéber bien darían para una temporada de una serie en cualquier plataforma de televisión. Pero lo que a un espectador ajeno atornillaría al sillón de su casa ante la pantalla, a los vecinos que sufren los tumbos no les hace disfrutar del mismo modo el transcurso de la vida política.
El último capítulo que se consumó este miércoles fue una moción de censura que ha devuelto la alcaldía a un anterior poseedor de la vara de mando en esta localidad del Camp de Túria, Enrique Santafosta, que ya fue primer edil entre 2015 y 2023 con el partido que fundó él mismo, AISAB (Agrupación Independiente de San Antonio de Benagéber). Con este mismo partido Santafosta volvió a ganar las elecciones en 2023, pero no pudo fraguar un gobierno municipal debido a que el resto de partidos se unieron para impedirlo.
Para este mandato se unieron el PP (3 ediles), Vox (2), Guanyem-SAB, la marca de Compromís y Podemos (2) y UCiN (1), que eligieron a una persona de consenso, precisamente la del partido con menos representación, Eva Tejedor. Pero la votación, realizada inesperadamente con voto secreto, tuvo un voto en blanco de un edil del PP, Enrique Celda, y Guanyem-SAB prefirió quedarse en la oposición. El mandato se preveía movido, y así está siendo.
El primero en flaquear fue el PP, y el 'díscolo' Enrique Celda pasó a formar parte de los no adscritos aunque manteniendo la militancia en el partido, mientras que sus otros dos compañeros se mantenían en el grupo popular, pero el PP les ha abierto un expediente de expulsión. Con todo al PP lo representan estos dos ediles y el tercero mantiene el acta como no adscrito.
Ante esta descomposición del PP ¿cuál fue la decisión de la dirección? Ofrecerle el liderazgo del partido a aquel que había sido el más votado en las tres últimas elecciones, el líder de AISAB, Enrique Santafosta. Fue una oferta que no pudo rechazar y Santafosta decidió cambiarse de chaqueta, pero primero tenía que hacer unos cambios en los estatutos de AISAB que él mismo creó en la formación, y así retirar el apartado que prevé una multa de 30 veces el salario mínimo interprofesional vigente si se deja el partido y no el acta. El resultado: Santafosta y Celda militan en el PP, pero no están en el grupo popular en el ayuntamiento con el que están enfrentados.
La geometría todavía no daba para dar un vuelco en el gobierno del ayuntamiento, pero el goteo de transfuguismos todavía no había terminado. La propia alcaldesa se ha desvinculado del que fue su partido, UCiN, para acercarse a la formación Unión Municipalista, liderada por el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez. Este cambio no alteraba el estado de gobernabilidad, pero el siguiente sí lo iba a hacer: la división de Vox.
Santafosta, militando en el PP, conseguía el apoyo de su ex partido AISAB, y de su compañero en el PP (pero no en el grupo popular municipal) y de una de los dos concejales de Vox, el de María José Esteve. Esteve firmaba la propuesta de moción de censura con la que ya salían los números, y la consecuencia fue la expulsión de esta del partido de extrema derecha por no haber consultado la decisión con la dirección. Con estos mimbres se ha podido tejer una moción de censura con la que Santafosta recupera una vara de mando que perdió hace más de dos años.
Pleno de reproches
El ya nuevo alcalde ha sido tajante en sus críticas al gobierno de Tejedor, calificando a su equipo de “débil” y “poco sólido”. Según Santafosta, “el tiempo va poniendo las cosas en su sitio” y, en su opinión, la gestión del anterior gobierno ha sido ineficaz. En su intervención, acusó a Tejedor de no ser capaz de “formar un equipo” y de basar su gestión en “la revancha y el reproche”, en lugar de estar alineada con un “proyecto de futuro para el pueblo”. Santafosta se mostró convencido de que su propuesta de gobierno responde a lo que los ciudadanos realmente necesitan, destacando que el municipio ha vivido durante la legislatura “sin presupuestos” y con “proyectos paralizados”.
Desde el otro lado, la ahora exalcaldesa Eva María Tejedor no ha escatimado en calificativos hacia los promotores de la moción de censura, acusándolos de traición y de actuar por “interés personal”. “Se ha votado el peor futuro posible para San Antonio de Benagéber”, lamentó Tejedor, quien recordó que su gobierno había llegado con el objetivo de poner fin a una etapa de “personalismos”. A su juicio, lo sucedido el miércoles no es una moción contra ella, sino contra el pueblo, ya que acusó a Santafosta de recurrir al “transfuguismo” y de haber alcanzado un pacto “oculto” que solo levanta una gran incertidumbre sobre los “costos” de este cambio.
La división en Vox
Uno de los momentos más tensos durante el pleno fue el discurso de María José Esteve, concejala de Juventud, Cultura y Fiestas, quien fue expulsada de Vox por haber impulsado la moción de censura. En su intervención, Esteve defendió su decisión de firmar la moción, afirmando que era el “único camino” para dar al municipio un gobierno “útil y activo”. Sin embargo, su discurso fue interrumpido por gritos de “traidora” por parte de miembros del público y de su antiguo partido, que la acusaron de haber actuado sin la “disciplina” que le exigía su formación.
Esteve, que fue parte del gobierno de Tejedor, dedicó gran parte de su intervención a señalar la traición de su exalcaldesa por haberse aliado con Unión Municipalista, un partido que según ella, representa “la ideología de ultra izquierda”.
Reacciones desde la oposición
Por otro lado, los partidos de la oposición han expresado su preocupación por la inestabilidad institucional que se vive en San Antonio de Benagéber. El concejal de Guanyem, Pau Andrés, lamentó que este tipo de maniobras “alimentan la desafección de los ciudadanos hacia la política”.
En cambio desde AISAB, su portavoz Andrea Méndez, justificó su apoyo a su antiguo líder Santafosta, afirmando que la moción de censura no era un “capricho”, sino una decisión “necesaria” para evitar que el municipio retrocediera en la gestión.
En cuanto al PP, los concejales que apoyaron a Tejedor en su momento, Luis Trejo y otros, mostraron su disconformidad con el regreso de Santafosta al poder. Trejo calificó este giro como un “retroceso” hacia los “periodos más oscuros” de la gestión pública en San Antonio de Benagéber, acusando a Santafosta de representar “la opacidad y el autoritarismo”.
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