Edu Galán (Mongolia): “El artículo del Código Penal sobre los sentimientos religiosos es vergonzoso”
“Es la primera vez que venimos a Sevilla y no tenemos en la puerta una manifestación de macarenos”. Edu Galán, fundador del semanario satírico Mongolia, aún recuerda la que se montó cuando la Hermandad de la Macarena les reprochó el “uso indebido y deplorable” de la imagen de la virgen al anunciar su musical. Sobre este y otros límites del humor en los medios de comunicación ha debatido con el magistrado Joaquim Bosch y su compañero Darío Adanti en una nueva edición de 'Diálogos en el Consejo Audiovisual de Andalucía'. “El artículo del Código Penal sobre los sentimientos religiosos es vergonzoso”, ha querido dejar claro.
El recuerdo de aquella polémica le ha servido a Galán para abordar este tipo delictivo, al hilo también de la última portada de la revista que protagoniza el Papa Francisco con un niño y donde puede leerse 'Comed y bebes todo de mí' junto a la frase 'Liberad a Willy'. “Nos referimos a la orca”, ha bromeado. “Yo no creo que la portada tenga gracia, porque el Papa no ha estado en ningún caso de abusos a menores... los ha encubierto”.
“Los de la Macarena no saben por comerciar con la imagen de la virgen van a ir al infierno”, ha dicho acerca del reconocimiento registral del rostro que planteó la hermandad en su momento. Galán, que ha querido distinguir entre sátira y humor, ha defendido que se tomen licencias. “La ficción es ficción y, si no te gusta, puedes cambiar de canal”. “Estamos ante la ambición totalitaria de la religión. No sólo quieren influir en la totalidad de la vida de la gente, si no que además tampoco les apetece que ejerzamos nuestra libertad de expresión para criticar unas creencias para nosotros aberrantes”
Acerca de la reciente polémica que ha envuelto al humorista Rober Bodegas por un monólogo sobre las personas de etnia gitana, Galán ha animado a un organismo regulador como el Consejo Audiovisual andaluz ha analizar cuánto se ha hablado en los medios de “la marginación histórica” del pueblo gitano y cuánto se ha hablado del citado monólogo. “Seguramente se nos caería la cara de vergüenza”, ha opinado.
La intención prevalente y el riesgo potencial
Para el magistrado Joaquim Bosch, portavoz de la asociación Jueces para la Democracia que ha abierto los Diálogos, “debería derogarse el delito de ofensa contra los sentimientos religiosos” porque “vulnera la libertad de expresión”. “La involución en este sentido es preocupante. Lo que debe protegerse es la libertad religiosa”, ha comentado, insistiendo principalmente en la idea de que la libertad de expresión que no suponga comisión de un delito debe ser protegida aunque moleste“.
“Porque, por ejemplo, no creo que la revista Mongolia quiera incitar a ningún delito con la portada del Papa”, se ha preguntado. “En ese caso no”, ha respondido irónicamente Edu Galán. “Es una situación problemática y lo va a seguir siendo. Tenemos a decenas de personas condenadas por usar la palabra sin animar a la comisión de ningún delito, y pronto podrían ser centenares. Este es el clima actual”, ha señalado respecto a la judicialización de este tipo de cuestiones y con referencias continuas a casos recientes como el de Valtonyc.
“Por mucho que hable de ponerla, un rapero de Mallorca no creo que tenga una bomba nuclear”, ha ejemplificado respecto a “la intención prevalente”, un concepto sobre el que ha incidido al explicar que la libertad de expresión no solo ampara aquello con lo que podemos estar o no de acuerdo sino aquello que puede molestar, herir o desagradar siempre que no suponga la comisión de un delito.
“Se está extendiendo el derecho a la ofensa y eso es peligroso. No existe en Europa o en Estados Unidos un derecho a que yo no quiero ser ofendido por algo que digan los demás”, ha comentado. “El humor siempre ha tenido problemas con el poder. El humor es un bien escaso. Hay que felicitar a Mongolia porque hacen que la gente se sienta mejor. El humor es una cosa muy seria en la configuración de nuestros derechos y afecta a una realidad nuclear como es la libertad de expresión. No hay pluralismo sn libertad de expresión”, ha indicado el magistrado.
“Cambios sociológicos peligrosos”
Al margen del actual marco jurídico tras la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana ('Ley Mordaza'), Bosch ha dicho que “se están empezando a dar cambios sociológicos peligrosos de querer meter a alguien en la cárcel si me me molesta lo que ha dicho”, insistiendo en que no se puede castigar cualquier menosprecio sino que hay que valorar previamente el riesgo potencial de la supuesta ofensa. “No podemos confundir el mal gusto con el delito”, ha zanjado, concluyendo que “el ruido de las democracias son las bromas, los chistes, el gag... Lo contrario es el silencio de las dictaduras”.
Darío Adanti, por su parte, ha comentado que “el humor es universal pero es relativo: no todos se ríen de lo mismo, porque es absolutamente subjetivo”. También ha dicho respecto a la última portada de Mongolia que “no se puede cambiar la realidad, el hecho de que haya habido abusos o violaciones. Al final de burlas de ello y lo sacas de manera catártica”.
Asimismo, ha comentado de manera general que los humoristas “no siempre están expresando lo que piensan” sino que “muchas veces solo se le ocurrió contar el chiste”. “Necesitamos un espacio para volver a ser salvajes y ese espacio es la ficción. En el humor podemos permitirnos decir las barbaridades que incluso no pensamos”.
Anterior a la intervención de los invitados, la presidenta del CAA, Emelina Fernández, ha agradecido su presencia y ha señalado que “el humor está ligado a la inteligencia y no sé si vamos por buen camino si se cercena desde el Código Penal”, recordando que “antes” no se ponían los chistes “en permanente tela de juicio”. “Para asombro de muchos y alarma de organismos internacionales de defensa de los derechos humanos, nuestra legislación prevé penas de cárcel y fuertes sanciones económicas para unas conductas que la propia ley describe de forma muy genérica”, ha comentado también.