La familia de Miguel Hernández critica a colectivos de la Vega Baja por usar la imagen del poeta contra el valenciano sin su consentimiento
La nuera de Miguel Hernández, Lucía Izquierdo, cree que la plataforma que engloba a madres, padres y docentes de la Vega Baja contrarios a la Ley del Plurilingüismo debería haberle consultado a la familia del poeta a la hora de utilizar el icónico retrato de dramaturgo.
“Por deferencia podrían haberme llamado y seguramente les hubiéramos dado el permiso sin problema”, asegura una de las herederas del legado del poeta oriolano. Considera que “así no se hacen las cosas” pero añade, a preguntas de este diario, que descarta emprender acciones legales contra la plataforma.
Asimismo, Izquierdo no ha querido valorar la postura de la plataforma contraria al aprendizaje del valenciano en la comarca ni el uso que se está haciendo de la imagen “porque esto por desgracia es más habitual de lo que se piensa”. “Yo solo digo que no nací en esta tierra, pero quise aprender el valenciano porque me parece maravilloso”, ha señalado desde Elche, donde trabaja actualmente.
La imagen en cuestión es el famoso retrato a carboncillo que Buero Vallejo le hizo en la cárcel de Conde Toreno (Madrid) al también periodista, donde ambos compartieron celda en 1940. Un dibujo cuyo original pertenece a la familia de Miguel Hernández y que está incluido en el amplio fondo documental que adquirió la Diputación de Jaén gobernada por el PSOE en 2012 por tres millones de euros tras la renuncia del Ayuntamiento de Elche, entonces en manos del PP.
Sin embargo, la plataforma educativa no piensa lo mismo. Cuenta uno de los padres, José Antonio Canales, que ellos sí que han pedido permiso, pero no a la familia del poeta, sino a los herederos de Buero Vallejo, a quienes considera que ostentan los derechos de autor. “Le preguntamos a uno de los hijos y nos autorizó a usar el dibujo tras exponerle los motivos para los que lo íbamos a usar”, responde a este medio.
Ahora el rostro del poeta incluido en un cartel junto con el lema “Queremos aprender en la lengua de Miguel”, en alusión al castellano, y el lema “Libertad de elección”, lo pueden adquirir las madres y padres para lucirlos en sus balcones por entre 6 y 12 euros, según el tamaño, explica Canales, “para sufragar gastos de imprenta”.
“Tal vez sí que podríamos haberle consultado a la familia de Miguel Hernández por deferencia, pero nos habían dicho que pertenecía a Buero Vallejo”, se excusa este padre de dos alumnos de Rafal. “Pero ya te avanzo que si hubiésemos tenido que pagar por derechos de autor hubiésemos desistido porque no tenemos recursos”, concluye.
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