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Menos alumnos por aula, grupos estables de convivencia, distancia de seguridad, días alternos en Secundaria: así serán (de momento) las clases con el coronavirus

Alumnos de Bachillerato durante durante las pruebas de acceso a la universidad realizadas en los institutos.

Miguel Giménez

València —

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Esta semana se han dado a conocer las directrices que, con carácter excepcional, marcarán el comienzo del curso y el regreso a las aulas de los alumnos valencianos a partir del próximo 7 de septiembre. Para intentar garantizar la presencialidad de los alumnos “al cien por cien”, la Conselleria de Educación invertirá 207 millones de euros que se destinarán, entre otras cuestiones, a mejoras en los centros, adquisición de dispositivos con conexión a internet o la contratación de 4.374 nuevos docentes, lo que supone un incremento del 7% de la actual plantilla de maestros y profesores, tal y como apuntaba el secretario autonómico, Miguel Soler, y que cada uno de los 1.847 centros educativos valencianos cuente, al menos, con un docente más que el curso pasado. Todas estas medidas han sido consensuadas en el Fòrum Valencià Educatiu y se ha realizado una “radiografía” de cada colegio e instituto para poder atender sus necesidades de forma personalizada para garantizar la salud y seguridad de alumnos y docentes.

El próximo curso, en Infantil y Primaria y hasta cuarto se ha definido un modelo de grupos estables de convivencia de hasta 20 alumnos por aula para intentar asegurar la trazabilidad en caso de detectarse algún positivo. Para asegurar que esto sea posible, los centros deberán habilitar nuevos espacios utilizando equipamientos como pueden ser gimnasios, comedores, bibliotecas, laboratorios... En quinto y sexto, con carácter general, los grupos se configurarán siguiendo el modelo de distanciamiento social de un metro y medio.

En Secundaria, cuyas instrucciones se publicaban este jueves en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana, se aplicará el distanciamiento social de metro y medio y está previsto que los alumnos de primero, para facilitar la adaptación a la nueva etapa educativa, asistan todos los días a clase. Para el resto de cursos, si no existe suficiente espacio en el centro para que todo el alumnado mantenga ese metro y medio, los estudiantes acudirán al instituto en días alternos, priorizando la presenciabilidad al cien por cien en segundo de Bachillerato y cuarto de Secundaria al resto de cursos. Es decir, desde segundo se establecerán turnos para prevenir contagios, aunque la formación se plantea “presencial para todo el alumnado” y, por tanto, se intentará garantizarla al máximo. También será cien por cien presencial en Formación Profesional Básica, PAC, PMAR y PR4.

Esta misma semana, la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública comunicaba el protocolo de protección ante la COVID-19 a los centros educativos, que incluye medidas tanto para el entorno del centro -clases, comedor, extraescolares...- como para las actividades relacionadas con el transporte escolar o el acceso a los edificios.

No obstante, desde el departamento de Educación también se contemplan otros escenarios. En el caso de que se detectara positivos que obligaran al confinamiento de “una aula, un centro o un municipio”, desde la Conselleria tienen elaborada una hoja de ruta -con las correspondientes herramientas digitales a disposición de alumnado y profesorado- para que las clases puedan proseguir de forma telemática manteniendo los mismos horarios instaurados en el comienzo del curso.

Buena acogida de la comunidad educativa

Las decisiones adoptadas por la Conselleria de Educación han sido bien acogidas por la comunidad educativa, que reconoce que se han negociado “intensamente”. Como asegura Marc Candela, de Intersindical Valenciana, las medidas organizativas “no gustan a nadie, pero son las que se han tenido que implementar siguiendo las directrices sanitarias para garantizar las mejores condiciones laborales posibles y la máxima seguridad”. El portavoz sindical reconoce que su capacidad negociadora ha estado muy limitada, pero que aun así el incremento de las plantillas “es muy importante” y, “en general”, se han cumplido las necesidades de los centros. “Los profesores, sobre todo en Secundaria, tendrán más carga de trabajo, y más teniendo en cuenta que el próximo va a ser un curso complicado por la pandemia”.

Candela insiste en que ellos son partidarios de la presencialidad, “pero sin vacuna es imposible garantizarlo”. A partir de septiembre, y ya con la situación real del comienzo de curso, “continuaremos dialogando y negociando con la Conselleria”. Con las directrices marcadas, en principio, se asegura que no sucederá cuando el confinamiento del mes de marzo, “que nos pilló de un día para otro y sin capacidad de reaccionar”.

Por lo que respecta a las familias, Rubén Pacheco, presidente de Fampa Valencia, realiza un análisis “bastante positivo” de las medidas adoptadas desde el departamento de Educación, “se ha hecho un esfuerzo considerable, tanto económico como personal, y más si vemos lo que está sucediendo en otras comunidades autónomas, donde el panorama es dantesco”. “Aquí se nos escucha y se nos tiene en cuenta”, se congratula Pacheco, quien insiste en que evidentemente, el desarrollo del próximo curso “va a distar mucho de lo que sería un panorama ideal”.

Condiciones “lejos de lo deseable”

Desde Fampa destacan que la crisis provocada por la pandemia “deja en evidencia” la situación en la que estaba la educación valenciana antes de la COVID-19, después de años de recortes y con unas condiciones mínimas “muy lejos de lo que sería deseable”, con “centros saturados, que se quedan pequeños recién inaugurados, aulas que superan las ratios que serían deseables...”. Precisamente, considera Pacheco que la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto que es necesario bajar la ratio de alumnos por aula, y lamenta el hecho de que se vayan a perder espacios como gimnasios, comedores, bibliotecas, salones de actos que se van a utilizar para dar clase cuando esa no es su función, “esos lugares no están preparados, además de que quedarán inutilizados servicios que forman parte de la educación de los menores”, y lo mismo con las extraescolares, “no sabemos cómo se van a desarrollar, pero deben ser viables”. “No se puede tener una educación pública y de calidad yendo a mínimos”, sentencia el presidente de Fampa, que lamenta que no se van a tener las mejores condiciones posibles: “Este curso va a estar lastrado, y es una situación que se va a mantener el próximo curso y no sabemos cuánto tiempo la arrastraremos”.

Respecto a la brecha digital, Pacheco cree que van a ser necesarias muchos más de los 29.000 dispositivos electrónicos con conexión a internet de los que dispone actualmente la Conselleria: “Confiamos en que estén realmente trabajando en adquirir más, porque si no, se corre el riesgo de llegar tarde cuando realmente se necesiten”.

Así están las cosas a día de hoy, a comienzos de agosto, dentro de un mes, cuando comiencen las clases, habrá que ver cuál es el desarrollo de la pandemia y cómo afecta al curso.

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