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Bibliotecas cerradas. Bibliotecas olvidadas

Javier Caro

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La biblioteca estaba cerrada y la verdad es no sabía dónde meterme a estudiar, los exámenes, ¡ay malditos exámenes!, son inmisericordes y angustiosos, pero algunas bibliotecas de Valencia siguen con un horario de Navidad pese a haber pasado ya más de una semana. Algunas solo abrían por las mañanas aunque desconozco el motivo porque que yo sepa la Navidad pasó.

Desde que regresé a la capital desde la preciosa Elche, me he dado cuenta de las muchas diferencias que existen entre las dos ciudades respecto a los servicios que ofrecen cada una, y la verdad es que me ha hecho sentir que en todos lados no se valora de igual forma a los ciudadanos.

Cuando pisé suelo ilicitano por primera vez me quedé petrificado, ¿las biblioteca, todas, abren al mediodía y todas lo hacen también los sábados por la mañana?. Aquí se alternan entre biblioteca para abrir, así que no todos los barrios tienen a la vez sus bibliotecas abiertas los sábados por la mañana. Lo de abrir los sábados siempre, era algo impensable para mi, pero allí sus ciudadanos lo tenían como algo normal. En Valencia existen 32 bibliotecas municipales, más la biblioteca pública de la ciudad, pero en todas, menos en ésta última, los horarios son de todo menos flexibles. Otra de las cosas que me sorprendió fue eso de las salas de estudio, bajos que están en todos los barrios y que abren todos los días hasta las doce de la noche, y, ¿quién está atendiéndolos?, nadie y todos. Las salas de estudio son lugares que se abren y se cierran y que son autogestionados por los usuarios, nadie del ayuntamiento está allí controlando, la gente es responsable y sabe para lo que sirven, en Valencia se podría hacer lo mismo, no hace falta que se tenga que ir a estudiar a centros juveniles, sino a lugares habilitados para ese uso todo el año, ¿o es que sólo estudiamos en época de exámenes?, ¿y los opositores o la gente que se está preparando por libre alguna cosa?.

Las salas de estudio allí las cierra la policía por la noche, a eso de las doce, el resto del día están abiertas con wifi, con sillas, mesas y luz, en realidad no es costoso ni un lujo, es algo sencillo que se mejora la calidad de vida de la gente. ¿Se imaginan caminar con una mochila llena de libros pesados, un portátil, comida, bebida...hasta tres barrios más allá del tuyo todos los días sólo para estudiar, cuando se puede hacer algo al respecto?. Puede que alguien piense que siempre se pueden quedar en casa a hincar codos, pese a que un hogar puede estar lleno de distractores para mucha gente o simplemente porque a alguien le guste o le motive estudiar en una biblioteca. ¿Acaso no sirven para estudiar, y si alguien no puede hacerlo en su casa por problemas familiares u otros?. Casi el 70% de las bibliotecas de Valencia cerraron en agosto de 2015, es decir, de las 32 que existen (algunas muy pequeñas para la población residente en los barrios) 22 estuvieron cerradas. Los ciudadanos que tuvieron el infortunio de vivir en los barrios que no tenían sus bibliotecas abiertas se quedaron sin el acceso a sus servicios, pero en cambio los que vivían en las zonas donde se abría en ese mes, pudieron disfrutarlo, ¿doble rasero, ciudadanos con más privilegios que otro, igualdad?.

Las bibliotecas de la ciudad tienen acceso a Internet, algo que por ley deberíamos tener todos pues, ¿cómo entregar un currículum cuando la empresa te dice que has de enviarlo por correo o cuando tienes que hacer un trabajo para clase por su aula virtual y sólo se puede entregar por esa vía, entonces qué?. La mayoría de biblioteca de la capital tienen un ordenador por sala, menos la municipal que tiene algunos más, en Elche, una población con 227.312 habitantes, tienen en sus bibliotecas varios ordenadores por sala. Quizás debería los ayuntamientos ser menos cerriles y mirar más a otro municipios, tal vez así lo que funciona y es normal en un lugar pueda servir para otro. ¿Por qué Elche cuenta con mejores servicios de biblioteca que Valencia?, bastante fácil: voluntad.

En la biblioteca municipal convive la zona infantil con la de adultos, algo que a priori para normal, no deja de ser complicado de gestionar porque una biblioteca infantil tiene que tener más elemento de atracción que los meros libros, es importante la actividad cognitiva, manipulativa, trobadores, cuentacuentos y madres y padres mostrándoles a los niños los libros.¿No merecen los niños una biblioteca propia, grande, espaciosa y llena de juegos donde puedan aprender a amar la lectura, en vez de compartirla con la de adultos en un lugar pequeño?. No hace falta marcharse tan lejos como a Elche para encontrar otra forma de trabajar, en Burjassot existe una biblioteca infantil donde los pequeños disfrutan de la lectura y de los dibujos, donde la diversión se abre paso para estimular sus sentidos y sus deseos de encontrar más historias. Ahí tienen un espacio para ellos solos, para que interactuen con sus padres o amigos, y por descontado está los libros, que sirven de soporte a esa simbiosis. Aparte de esa zona para niños tienen una bebeteca, donde los todavía más pequeños tienen su primer contacto con los libros, toda una experiencia que sin duda puede marcar el futuro de esos niños.

Podría ser que las biblioteca, convertidas en ludotecas instructivas, tuvieran más uso, pero ¿y si un padre trabaja y no puede ir entre semana a la biblio?, una buena solución podría ser abrir más días, como los fines de semana, tener una agenda cultural amplia, pero que no se ciñera por completo a los días laborales, y sino hay personal, que se contrate, que tal vez así bajaría el paro, subiría el amor por los libros y se podría consolidar, entre los menores y sus padres un ocio alternativo fuera de los centros comerciales. Este gobierno quiere mejorar los servicios, habla de más talleres, de más cuentacuentos, que la biblioteca vuelva a vertebrar la cultura de un barrio, pero sin más horas abierta, para otros menesteres no tan sociales ni coloridos, pero igual de reconfortantes, no se podrá avanzar en la consecución de llevar a las bibliotecas a la gente.

Cuando vi el cartel que anunciaba que la biblio todavía estaba cerrada por Navidad me quedé perplejo, una chica hizo lo mismo que yo, mirar incrédula la hoja pegada a la puerta. ¿Todavía hay gente en Navidad?, fue la pregunta que seguro se le pasó por la cabeza.

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