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CaixaBank ficha a Broseta para que defienda en los tribunales su compra del Banco de Valencia por un euro

Rosa Vidal, Manuel Broseta y Alejandro Ríos, socios y presidente (centro) de Broseta Abogados.

Sergi Pitarch

València —

CaixaBank ha fichado al despacho Broseta Abogados para que le defienda en la demanda interpuesta por un accionista del Banco de Valencia (BdV) por la compra por un euro de la histórica entidad financiera valenciana en 2012. El bufete es un gran conocedor de este proceso puesto que fue el asesor externo del Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria (FROB) tras la intervención de BdV y por la que se inyectaron 5.498 millones de euros de dinero público, diluyento el capital de los anteriores propietarios privados.

Este asesoramiento a la entidad dependiente del Ministerio de Economía ya fue polémica en su día puesto que el despacho que preside Manuel Broseta podría tener un conflicto de intereses, según denunció Aguas de Valencia. El Frob presentó una querella por las operaciones entre Aguas de Valencia y Banco de Valencia mientras el bufete valenciano asesoraba a Agbar en la pugna por la propiedad de la histórica firma de aguas valenciana. La investigación de esta denuncia sigue abierta.

También fue llamativa la actuación del que fuera administrador y posteriormente director general del Banco de Valencia desde 2012 hasta marzo de 2013, José Antonio Iturriaga, nombrado por el FROB.Iturriaga acabó de consejero en dos empresas vinculadas a CaixaBank.

El juzgado de primera instancia número 20 de Valencia trata la demanda de la firma castellonense Nibema -accionista minoritaria de Porcelanosa- contra CaixaBank por enriquecimiento injusto. La empresa de Castelló reclama 3,6 millones a la entidad financiera porque «los activos del Banco de Valencia valían entre 4.595 y 5.097 millones» y no un euro como estimó el Frob. Esta la primera demanda civil por este proceso de rescate público y posterior privatización que se centra en la pérdida patrimonial de los antiguos accionistas tras el canje de títulos.

En estos momentos el proceso judicial se ha frenado después de que los abogados de Broseta hayan pedido un declinatorio a la magistrada porque entienden que la demanda no debería ir por la vía civil sino por la contencioso-administrativa al ser el Frob un actor fundamental, según fuentes jurídicas. CaixaBank también intentó que el proceso se dirimiera en un tribunal de Barcelona, aunque finalmente la magistrada del juzgado de primera instancia se declaró competente para tratar el caso en València.

Este proceso judicial puede generar importantes problemas a CaixaBank en caso de que la magistrada asumiera las tesis del demandante y concluyer que la intervención con dinero público del FROB le benefició. Como reza la demanda inicial, el FROB anunció la inyección de mil millones de euros en Banco de Valencia para su rescate, pasando a tener el 90,89 % del capital del banco, pero un año después, en 2012, comunicó que inyectaría 4.500 millones. Finalmente los recursos destinados fueron casi 5.500 millones que, según el demanadante y un informe de la Universitat de València, permitieron a la entidad con sede en Barcelona salvar las cuentas de 2012 gracias a su absorción.

Según indica la demanda, frente a la valoración de Banco de Valencia de 2.541 millones utilizada por Caixabank, la estimación del valor sería de 4.595 millones, que en un escenario más optimista llegarían a 5.097 millones. De esta manera no hubiera hecho falta una inyección de tando dinero público para su posterior venta sin un procedimiento público.

El demandante contra CaixaBank es la sociedad Nibema, cuyo administrador único es Benjamín Casanny Ripoll, hijo del que fuera abogado y diputado castellonense Benjamín Casañ -su hijo adoptó el apellido en valenciano-. Nibema es accionista minoritaria de Porcelanosa, como la familia Soriano,que era uno de los accionistas de referencia de Banco de Valencia, donde llegó a poseer algo más del 3%.

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