No dejar a nadie atrás
Es el lema elegido este año por Naciones Unidas para situar en la agenda política y mediática la reivindicación de los pueblos en la defensa de este derecho humano, la igualdad en el acceso al agua limpia. Descendiendo a lo local, sin desmerecer un ápice los grandes datos sobre el número de personas que carecen de acceso a agua potable o los datos de reservas hídricas (instrumentalizados por el mundo político para avalar sus tesis a favor o en contra), nos encontramos en una situación autonómica que exige la mayor de las atenciones y el más amplio de los consensos.
Afortunadamente, se han superado mensajes pretéritos como “Agua para todos” o la permanente instrumentalización de este bien para mercantilizar conflictos entre autonomías. Un bien que se ha utilizado como cortina de humo ante una forma de hacer política que ha de servirnos para reaccionar en nuestras posiciones, de cara a los próximos comicios a celebrar.
Resulta evidente, y en CCOO PV participamos en la iniciativa #FridaysForFuture, que sin la movilización constante no se atienden los compromisos necesarios para el cumplimiento de la Agenda 2030 de la ONU. En ámbito autonómico, el reciente informe de la Comisión No Permanente sobre la contaminación de acuíferos concluye que dieciocho masas de agua subterráneas de la Comunitat Valenciana presentan contaminación por nitratos superior a 50 mg/l, y cinco de las cuales, además, contaminación por herbicidas. Si bien en los últimos decenios se redujo el número de personas expuestas, resulta imprescindible mayor transparencia para una adecuada vigilancia y control.
Por sectores, la agricultura merece especial dedicación por su idiosincrasia, sobre todo en lo concerniente a la implementación de la digitalización, sin perjuicio de que la industria y el turismo requieran un mejor tratamiento del ciclo integral del agua. En este último nos detendremos.
Las grandes cifras del sector difuminan el permanente riesgo de caminar sobre el alambre en el que nos movemos. Continuar hablando del aumento del número de visitantes y, por ende, del crecimiento de instalaciones hoteleras y extrahoteleras que se anuncian, nos hace perder la perspectiva del agotamiento de los recursos y el impacto que tendría en un sector en el que la imagen y las etiquetas son fundamentales. A modo de ejemplo, hace casi 40 años, en una de las cíclicas crisis hídricas de la Marina Baixa, hubo tal restricción, que un segmento de mercado completo nunca se ha recuperado.
Es por ello que, para CCOO PV, urge pasar de la literatura a la acción concreta, posibilitando mecanismos de participación corresponsable que atiendan los riesgos del cambio climático en el natural decrecimiento del consumo al que hemos de hacer frente. No solo por ideología, que también, sino porque no hay alternativa. Construir normas garantes de esos derechos humanos y que formen parte del nuevo contrato social, tan reclamado desde tantas perspectivas, exige urgencia ante el futuro del trabajo y del planeta que queremos. Y el momento es ahora.
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