La guerra de Ayuso
Por desgracia para Ayuso y quienes mueven los hilos, MAR, Aguirre y quienes armaron la muñeca, aún somos much@s testigos de lo que la 'Real Casa de Correos' significó para la inmensa mayoría del Pueblo español durante décadas.
No hablo de tiempos de guerra sino de lo que acontecía allí en la 'paz' de Franco, cuando ya en España no había guerras ni bandos sino todo un Pueblo sometido al terrorismo de Estado que silenciaba a diario a quienes se atrevían a 'meterse en política'. El edificio desde el que hoy manda Ayuso fue una pieza fundamental en aquella maquinaria del terror en pleno funcionamiento hasta el final del franquismo, en los 70 del pasado siglo.
Somos muchos los que siendo jóvenes sabíamos muy bien que cualquiera podía acabar allí si tenías la desgracia de caer en manos de la Político-Social, atrapado por militar en partidos prohibidos, que eran todos por aquél entonces. No hablamos de ninguna guerra civil ni de combatientes de ningún Ejército sino de luchadores sin armas, de militantes clandestinos por la vuelta de las Libertades a España; civiles cuyo delito consistía en pensar diferente y luchar para que España fuera un país normal en una Europa democrática.
Proclamar Lugar de Memoria ese lugar tétrico cuyos sótanos siempre tendrán impregnada en sus muros sangre y dolor de tantos amigos y amigas nuestr@s es un acto de justicia también para nosotros, que tuvimos la suerte de no haber caído como cayeron ellos. Es justicia y reconocimiento a toda una generación que se propuso derribar aquél Régimen genocida y que, como yo, nunca dejó de sentir inquietud cada vez que pasaba por la puerta por donde hoy entra y sale Ayuso con total indiferencia.
Dice Ayuso que con este tratamiento estamos volviendo a la Guerra Civil… no quiere hablar de las decenas de miles de víctimas demócratas que pasaron por allí en tiempos de teórica paz en los 50, 60 y 70 del pasado siglo. Quien sigue en aquella guerra es Ayuso, y lo demuestra a diario, poseída aún por la falangista que lleva dentro desde su militancia fascista de adolescencia.
Sólo desde esa óptica se puede hablar con tanta hostilidad contra la decisión valiente del Gobierno de declarar ese terrible lugar como Lugar de la Memoria. Es preocupante que Ayuso ya ni se moleste en disimular su hostilidad contra simples demócratas, militantes y sindicalistas obreros que no luchaban por ninguna República sino por mejorar las condiciones de vida de los humildes. Ojalá y este Gobierno tenga los arrestos de hacer imperar la Ley a la que el fascismo sociológico español no quiere someterse. Es una deuda con los demócratas luchadores antifranquistas y con toda una generación que supo liberarse de lo que ese edificio representa. Denunciar esos lugares es una forma de combatir el fascismo incipiente que personajes como este difunden cada vez más… les quita argumentos basados en la desinformación.
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