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CV Opinión cintillo

Parir no es ofender

20 de enero de 2021 17:10 h

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El titular con el que arranca este artículo parece una obviedad pero no lo es. Si lo fuera no estaría ahora mismo sentada en el ordenador intentando razonar cómo es posible que en pleno siglo XXI la imagen de una mujer pariendo pueda levantar una polvareda en redes sociales y saltar a los platós de televisión nacional hasta llegar a la Fiscalía de València. Seguramente, ya casi nadie recuerde a qué me refiero porque en esto, como en todo lo que sucede en el marco de esta asquerosa pandemia que no nos da tregua, el tiempo pasa a una velocidad de vértigo y una noticia sepulta a otra en cuestión de segundos. 

Refresquemos la memoria. Estas Navidades dos mujeres tuvieron un especial protagonismo en las redes sociales por compartir imágenes que se convirtieron en polémicas. La primera fue la televisiva Carolina Ferre, quien coincidiendo con el discurso de Felipe VI, decidió versionear el retrato de Felipe V que cuelga de las paredes del Almudín, de Xàtiva. ¡Oh, osadía! Compartió una foto del Rey cabeza abajo.  

A partir de ahí, fue diana de monárquicos enfurecidos e ignorantes que arremetieron contra la presentadora sin filtro, desconocedores de la tradición dels socarrats. En su momento álgido de la polémica, su tuit recogió más de 14.400 me gusta y más de 3.000 comentarios generando un debate bronco ante el que ella misma reclamó “poder debatir sin insultos”. 

Pocos después, de nuevo una imagen y de nuevo una mujer sacudía las redes sociales. En esta ocasión, la vicealcaldesa de València, Sandra Gómez, era quien compartía una imagen que se viralizó, en una red social que utiliza de manera más íntima y personal. Empezó a correr el bulo de que se trataba de una felicitación navideña, lo cual era absolutamente falso, y a partir de ahí su recorrido fue imparable.  

Se trataba de una obra de la fotógrafa Natalie Lennard que representaba a la Virgen María en el momento del parto. Ese momento crucial para la humanidad y que en muchos lugares del mundo continúa siendo tal y como aparece en la imagen. La polémica estaba servida. ¿El pecado de Sandra Gómez? Mostrar a una mujer pariendo para, tal y como ella misma tuvo que explicar, “recordar lo maravillosas, increíbles e importantes que son las mujeres”.

Pero aunque parezca algo transgresor, solo hay que bucear en la historia del arte para también aquí encontrar que todo está inventado. De hecho, la polémica en torno a este Nacimiento fue muy instructiva ya que hubo quien compartió su análisis sobre la evolución de esta representación. Aportaciones que corroboraban que no siempre fue un momento milagroso. De la misma manera que Jesucristo no tuvo siempre barba, su madre también apareció en época del románico y el gótico tumbada, con evidentes síntomas de cansancio. Hasta que el sueño de Santa Brígida lo cambió todo y empezó a dar forma a la representación actual.

Llegados a nuestros días, cuando se supone que la humanidad debería haber evolucionado hacia estándares de conocimiento y tolerancia que nos permitieran debatir sin insultar ni amenazar, como pedía Carolina Ferre, sucede todo lo contrario. La intransigencia y la intolerancia son el pan nuestro de cada día. Tanto es así que la Fiscalía de València ha tenido que pronunciarse sobre una denuncia por delito de odio presentada contra Sandra Gómez. 

“Es inasumible que mostrar la imagen de una mujer pariendo provoque en nadie el odio a las personas católicas, ni a ninguna otra”. Así de rotunda se ha pronunciado la Fiscalía sobre un hecho, el del parto, que “en modo alguno puede constituir escarnio” y sobre un comentario, el de Sandra Gómez, sobre el que “no puede concluirse otra cosa que el citado mensaje pretendía ser una exaltación de la figura de la mujer, representada, como hace también el cristianismo, en la Virgen María”. Es inasumible que en el año 2021 haya que explicar que parir no es ofender.

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