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València declara ZAS el barrio de El Carme y obliga a los hosteleros a retirar las terrazas media hora antes

Una terraza de la plaza de la Reina

Carlos Navarro Castelló

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El barrio de El Carme de València ha sido declarado Zona Acústicamente Saturada, lo que se denomina ZAS. El pleno municipal lo ha acordado este jueves con el apoyo del equipo de Gobierno, la abstención del PP y de María Jiménez, concejala no adscrita a ningún grupo, y el voto en contra de Ciudadanos.

Con esta decisión el Ayuntamiento consolida las medidas cautelares que, desde 2010, se aplican para proteger a la ciudadanía de la contaminación acústica incrementada, según los registros de los sonómetros instalados, por el ruido de las terrazas de los locales de ocio.

El documento elaborado por el Govern de la Nau, “con el visto bueno del vecindario de este barrio”, prevé, por ejemplo, que el horario general de apertura de las terrazas será, con excepciones, desde las 09.00 hasta las 00.30 horas, lo que supone una reducción de media hora.

La concejala de Medio Ambiente, Pilar Soriano, ha añadido una enmienda para alargar media hora más el horario de las tiendas de venta de alimentos y ultramarinos.

Soriano, ha explicado que estas y otras medidas se aplicarán a mediados de enero, una vez se publique en los boletines oficiales, en el barrio de El Carme y adyacentes, que incluye también las calles de El Pilar, el Mercat, la Seu y la Xerea.

En su intervención ha destacado “que todas ellas son fruto del diálogo con los vecinos y vecinas del barrio, y con el resto de agentes implicados”.

Los representantes vecinales han hecho uso de su derecho de palabra para manifestar su agradecimiento al Ayuntamiento. El portavoz de la asociación de vecinos Amics del Carme, Lluís Mira, ha recordado “el valor patrimonial de este barrio, que hay que proteger, y justifica su declaración como ZAS”.

Además, ha explicado “que el fenómeno de las terrazas es nocivo como lo es el crecimiento de los apartamentos turísticos o la reducción y pérdida de los comercios tradicionales”.

“Con la declaración de El Carme como Zona Acústicamente Saturada queremos recuperar el barrio como un espacio vivo y habitable”, ha añadido.

En nombre de la Federación de Asociaciones Vecinales de València, Antonio Cassola, ha asegurado que “las medidas municipales son justas y han sido ampliamente debatidas”.

“Antes, otros barrios se han visto con el mismo problema y siempre han sido los jueces los que han tenido que regular porque la saturación de locales de ocio es incompatible con una buena calidad de vida del vecindario que, incluso, sufre dolencias a consecuencia del ruido”.

“Los que pedimos el derecho a descanso no lo hacemos en contra de los bares, queremos recuperar las calles y las plazas para hacer ciudad”, ha explicado antes de instar “el voto positivo del dictamen propuesto por el equipo de gobierno”.

En el transcurso del debate plenario también se ha hablado de algunas de las alegaciones presentadas a la propuesta defendida por el ejecutivo. Concretamente, en representación de los hosteleros ha intervenido el gerente de la Federación Empresarial de Hostelería de València, David Izquierdo, quien ha rechazado “la reducción de los horarios de apertura de las terrazas de los locales que en su día ayudaron a cambiar la fisonomía del barrio que estaba degradado”.

“Necesitamos nuevas fórmulas, más innovadoras, como la figura del alcalde de noche para que el ocio conviva con el descanso del vecindario”, ha explicado al lamentar “el hecho de que el Ayuntamiento proteja el horario de las tiendas que son un foco de botellón”.

En nombre de la asociación de Empresarios de Ciutat Vella y del barrio de El Carmen 'Albarca', Gema Piqué también ha argumentado “que la hostelería ha contribuido a la revitalización del barrio que ha pasado a ser una referencia turística”.

“Hemos pedido la aplicación otras medidas como, por ejemplo, el incremento de policía en la calle y el fomento de políticas educativas para concienciar la juventud y no un castigo como el que supone la reducción de media hora de la actividad a las terrazas que generará la eliminación de 150 puestos de trabajo”.

En la misma línea se ha manifestado la asociación de vecinos de Ciutat Vella, Rafael Mampel, quien ha agradecido “la tarea desarrollada a lo largo de los años por los restauradores de El Carme, uno de los barrios con más proyección”.

En el debate de los grupos políticos, el regidor José María Bravo, de Ciudadanos ha asegurado “que existen carencias técnicas importantes que aportarían mayor información a la hora de tomar medidas, puesto que estas afectan al conjunto patrimonial más importante de la ciudad”.

Por eso, ha presentado una enmienda, (posteriormente rechazada) para aplazar la decisión hasta que se conozcan más datos “y mientras tanto –ha propuesto- que se apliquen medidas como, por ejemplo, la introducción de la figura del mediador nocturno que podría colaborar con la policía local y recordar la ciudadanía que hay una ordenanza que no permite elevar el tono de voz”.

La edila popular Lourdes Bernal ha asegurado que en el mandato anterior “se hicieron muchas acciones para mejorar la convivencia en Russafa, Juan Llorens, Cedro y El Carme; y ha destacado lo complejo que resulta conciliar intereses contrapuestos”.

Con todo, ha propuesto, “habría que intentar impulsar nuevas medidas aplicadas a los nuevos problemas como los apartamentos turísticos, y por supuesto aplicar las cautelares que los técnicos han reconocido como eficientes”.

La concejala de Medio Ambiente, Pilar Soriano, ha explicado “que el Govern de la Nau ha afrontado los problemas pendientes de solucionar durante muchos años con diálogo y voluntad de consenso hasta llegar acuerdo histórico para el barrio que pondrá fin a la contaminación acústica que han sufrido los residentes de esta zona de València durante muchos años”.

El documento, que ya ha superado todos los trámites previos necesarios para su aprobación definitiva, “recoge peticiones vecinales que venían haciéndose desde hace muchos años en el Ayuntamiento”.

No habrá nuevas zonas de mesas y sillas que ocupan espacios de peatones y aceras, puesto que se estima que el nivel actual es ya el máximo que puede absorber el barrio, se impulsa un censo de viviendas turísticas para actuar contra los que no cumplan la normativa y no se autorizarán las charangas.

“En definitiva -ha concluido- hemos trabajado para asegurar media hora más de descanso por la ciudadanía que vive a esta parte de la ciudad”.

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