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“Cada vez las injusticias nos parecen más normales”

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

¿Es posible una nueva revolución espiritual? Jesús María Mujika, representante Helduak Adi-Red Social para el Desarrollo del Plan Integral de las Personas Mayores, cree que sí y aboga por ella. Se trata de buscar una nueva sabiduría que al mismo tiempo “nos haga posicionarnos en contra y a favor de las nuevas tecnologías, la globalización…”. “Las nuevas tecnologías nos han ofrecido la oportunidad de tener más tiempo para pensar, pero al mismo tiempo nos han llevado a abdicar de nuestra existencia. La prueba es que cada vez las injusticias nos parecen más normales”.

Mujika ha participado en los cursos de verano que la UPV ha dedicado al movimiento social del colectivo de personas mayores y su participación en la sociedad vasca. Durante su conferencia ‘El cambio de paradigma personal, social y cultural’, Mujika ha abogado por cambiar el punto de vista sobre la realidad, donde la “soberanía personal debe estar en la base del nuevo paradigma”. La Red Social por un Plan Integral de Participación de las Personas Mayores en Euskadi integra a un colectivo de personas “jubiladas” pero socialmente activas, que pretenden contribuir a la construcción de una sociedad más justa, menos excluyente y más participativa. La aspiración de Helduak Adi Es suscitar un apoyo institucional equivalente al que actualmente pueden tener los jóvenes y las mujeres.

Según Mujika, “estamos en una época en que una nueva forma de vida ha empezado. Nos ha tocado vivir en una época en que tenemos poca fe en el futuro. Es duro enfrentarse a ello porque hemos estado durante décadas inmersos en la filosofía del progreso, y ahora tenemos la sensación de hallarnos perdidos. Esto nos ocurre no tanto a causa de la ignorancia de las grandes verdades, sino desde el desconocimiento del dispositivo clave”. Para Muijka, ese dispositivo clave sería la formulación de preguntas claves partiendo de la premisa de que entre los humanos nada se soluciona definitivamente, ni existe el fracaso total.

A la hora de analizar los nuevos tiempos que llegan, Mujika ha puntualizado muchas de las ideas y conceptos que estaban hasta hace bien poco claras, ahora están adoptando nuevos significados. Así, conceptos como el de frontera, emigrante o la función de la escuela están cada vez más en duda. Sobre la situación ecológica, el ponente ha asegurado que “estamos realmente ante un juicio global sobre nuestra forma de vivir en la tierra. Vivimos en un modelo que actualmente no es viable. Vivimos en una sociedad de riesgo y la lógica de nuestra cultura moderna es incompatible con la lógica de los procesos naturales de nuestro planeta”.

El miembro de Helduak Adi ha criticado el positivismo científico porque “ha excluido las preguntas más importantes de la vida. Esto es, ¿cuál es el sentido de la vida? Hace 200 años, cuando surgió el modernismo, nos animaron a pensar por nosotros mismos. Sin embargo, somos una sociedad que nos dejamos guiar continuamente por el pensamiento de los expertos”.

Nueva sabiduría

Nueva sabiduríaPor eso, el nuevo paradigma que ha propuesto Mujika se basa en la búsqueda de una “nueva revolución espiritual”. “Una nueva sabiduría que al mismo tiempo nos haga posicionarnos en contra y a favor de las nuevas tecnologías, la globalización….Las nuevas tecnologías nos han ofrecido la oportunidad de tener más tiempo para pensar, pero al mismo tiempo nos han llevado a abdicar de nuestra existencia. La prueba es que cada vez las injusticias nos parecen más normales”.

Para Mujika, las condiciones necesarias para conseguir la soberanía individual han de basarse fundamentalmente en el desdoblamiento del sujeto. Una nueva comprensión del sujeto que acepta su dualidad. “Soy como soy en el ámbito genético, pero también soy lo que quiero ser. Es aquí donde se sitúan los derechos y las obligaciones. En la distancia entre estas dos vertientes es donde radica la capacidad de crearnos a nosotros mismos”. Este desdoblamiento permite la relación consigo mismo y con los demás. A partir de ésta actitud surgen otros valores como la conciencia moral, el concepto de persona y el de igualdad entre todos los seres humanos. “La persona que se cierra al desdoblamiento renuncia a su soberanía y a su libertad, y opta por la mera supervivencia, por la mera vida en lugar de la buena vida. Es lo que le pasa al homo laborans y al homo consumer actual. Se convierten en víctima y verdugo de sí mismos”.

Para conseguir poner en práctica este nuevo paradigma se necesitaría una era de lo moral. “Un tiempo en que la política no sea espacio del poder y la ley, sino de lo moral. Un mundo que reconozca los derechos culturales, pero sabiendo que reconocer tales derechos es reconocer la prioridad de la libertad individual sobre toda libertad de pertenencia colectiva. Y al mismo tiempo, saber que esa libertad individual implica el reconocimiento de los derechos colectivos y sociales sin que estos sean usados como elementos de poder y dominación”.

Jesús María Mujika ha asegurado que “las personas mayores tienen mucho que aportar a este cambio. Para ello no hay que renunciar a abrirnos y reconocer que son las nuevas generaciones las que nos van a ayudar mucho en este cambio”.

Vulneración de derechos

Vulneración de derechosEn el curso de la UPV también ha tomado parte José Luis Elosua, presidente de la asociación de mayores Nagusilan de Gipuzkoa. Según Elosua, “hay una constante vulneración de los derechos de las personas mayores”.

“Debemos partir del principio”, ha recordado, “de que las personas mayores son las protagonistas y dueñas de sus vidas”. Uno de los principales problemas a los que se somete a las personas mayores, según Elosua, es que no son informados debidamente de los derechos que tienen. “Tenemos que estar integrados en la sociedad y participar activamente en la misma, especialmente en la formulación y aplicación de políticas públicas. Así, podremos influir en nuestro día a día y mejorar la calidad de vida”.

La dignidad es uno de los puntos clave en el envejecimiento de una persona. “Hay que recibir las atenciones necesarias para seguir realizándonos personalmente en el marco de una existencia digna. Si una persona mayor quiere permanecer en su domicilio tiene todo el derecho a hacerlo. Cada individuo tiene que manifestar sus preferencias y no aceptar servicios incorrectos. No pueden obligar a una persona a abandonar su hogar si ésta no está de acuerdo”.

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