'El año que hay primavera', exposición de Arancha Goyeneche en el Museo de la Naturaleza de Cantabria

Tras la pandemia y el encierro del 2020 plasmado por Arancha Goyeneche en 'El año que no hubo primavera', ahora, en 2022, la artista cántabra presenta en el Museo de la Naturaleza de Cantabria su trabajo 'El año que hubo primavera', el corolario natural de aquel confinamiento.

Arancha Goyeneche, Premio de Artes Plásticas de Cantabria, inaugura muestra este sábado en el Museo de la Naturaleza de Carrejo, en un acto que tendrá lugar a partir del mediodía.

La exposición se titula 'El año que hay primavera' y es la segunda parte de un proyecto surgido durante la pandemia por coronavirus. La primera, que no se encuentra recogida en Carrejo, respondía a los confinamientos y estados de alarma decretados en 2020. La segunda, que es la que se exhibe en Carrejo, data del año 2021, cuando empieza a despejarse la situación por la pandemia. De ahí, el título de ambas: 'El año que no hay primavera' y el citado 'El año que hay primavera', respectivamente.

La muestra de Carrejo se compone de piezas en pared, gestadas durante la primavera de 2021. En su particularísima visión está la naturaleza que siempre emerge, flores silvestres como en la composición 'Acianos y amapolas en el trigal'.

De ahí precisamente que sea el Museo de la Naturaleza de Cantabria el que haya acogido la expresión artística de Goyeneche, firmemente anclada en lo natural, lo que entronca con el discurso museográfico.

Según la propia artista: “Esta serie de 11 piezas que comencé en febrero de 2021 proviene de la observación directa de la floración silvestre de los meses de febrero hasta julio en la que ese año fue, como ocurrió en 2020, especialmente exuberante. Es una reinterpretación del género del bodegón floral mediante la incorporación de formas tridimensionales, así como una catalogación de las distintas especies que crecen en estado salvaje”.

Cada obra alude a una flor o conjunto de flores: Escobas, escajos y espinos; Botón de oro, flor del sol con amapola; Margarita; Arroyo con lirones; Gordolobo; Culebrera; Acianos y amapolas en el trigal; Prímulas; Prado multicolor; Diente de león entre la hierba y Cardos y cardillos.

Goyeneche recorrió más de 1.500 kilómetros en bicicleta y exploró los campos y montes de Cantabria durante el cierre perimetral, además de la montaña palentina, una vez que se abrieron las limitaciones territoriales.

Aunque el hecho de ir en bicicleta parezca anecdótico, “para mí es importante porque el acercamiento a la naturaleza se produce en un tiempo más lento, donde se disparan los sentidos y añade sensaciones que no ocurren en otro medio de transporte. Este trabajo ha sido muy gratificante en todo su proceso, especialmente en cada salida al campo por la expectación de encontrar floraciones silvestres en toda su plenitud. En definitiva, la fuerza de la vida en estado puro”. El resultado de esta experiencia puede ser visitado por el público hasta el 31 de agosto.