“Para tener la capacidad de ser una fuerza hegemónica y poder encabezar gobiernos necesitamos una estructura municipal sólida”
Fernando Navarro (Castellón, 1993) es secretario general de Podemos en Castellón, único concejal de la formación morada en el Ayuntamiento, con competencias en Transición Ecológica. Con la candidatura 'Un podem al capdavant', tras el proceso de avales, es el tercer candidato que compite por la Secretaría General de Podem en la III Asamblea Ciudadana Valenciana.
¿Por qué decidió presentarse?
Las personas que hemos lanzado la candidatura 'Un Podem al capdavant' llevamos trabajando muchos años en Podem y llevábamos pensando semanas como nos comportábamos ante la asamblea ciudadana valenciana. Tuvimos conversaciones con quienes impulsaban las candidaturas, pero finalmente consideramos que, dado que el predebate de la asamblea se estaba enquistando demasiado y no abriéndose a los retos estratégicos que tenemos estos meses por delante, era interesante presentar una candidatura para tratar de poner el foco del debate del proceso congresual, por un lado en la necesidad de arraigo municipal sobre propuestas orgánicas concretas; por otro lado sobre la necesidad de tener un rol en la política más exigente, estirar al Botànic II hacia políticas más transformadoras.
¿Considera que este primer año no se ha estirado lo suficiente hacia las políticas que plantea Podem?
Hemos hecho un esfuerzo grande para adaptarnos al nuevo rol de gobierno. A nivel autonómico y de municipal. Creo que ha sido un primer año de adaptación lógica, pero el coronavirus nos obliga a ser más ambiciosos e influyentes. Tenemos retos decisivos para el futuro de nuestra comunidad: la modernización y adaptación a criterios climáticos de nuestro modelo productivo, la necesidad de avanzar a una sociedad más redistributiva... Eso se hace más urgente con la crisis económica. Y en cierta manera hay sinergias legítimas en el PSOE que le llevan a ver con cierta prudencia esa necesidad de cambios estructurales y nosotros tenemos que estirar al PSOE más que nunca.
En los distintos niveles en los que Podemos tiene responsabilidades, ¿Están cumpliendo las expectativas?
Creo que es pronto para hacer esa evaluación. Las expectativas de hace 6 meses a la realidad han cambiado bastante. Nacimos por una base social desconectada del PSOE por su gestión de la crisis de 2008 y es la que nos otorga nuestro poder político e institucional. No nos vale hacer una gestión continuista de esta crisis; la presión para Podem es más alta.
¿Cómo ve que el vicepresidente segundo de la Generalitat se posicione en el proceso?
Es legítimo que tome partido. Está inscrito en Podemos desde el principio. Lleva desde que le llamamos para encabezar las primarias tratando de implicarse en la estabilización del partido y puede tomar parte por quien considere.
Visto el proceso de avales y las tendencias y proyectos que plantea cada candidatura, ¿Ve posible llegar a un acuerdo entre candidaturas? ¿Temen que el proceso pueda ser tan tenso como el de 2017?
Creo que es deseable que haya una candidatura de unidad. Significará que la futura ejecutiva y el consejo ciudadano incorporará todas las sensibilidades. Estos días que hablamos tanto de unidad tenemos que recordar que la unidad está bien, pero tiene que partir desde el derecho a reconocimiento de las diferencias. Creo que en Podem ya hemos perdido a mucha gente en estos años y cada vez que hay un proceso la organización se tensa y se estresa mucho. Creo que es posible la unidad porque no estamos viendo diferencias estratégicas irreconciliables entre el equipo de Naiara Davó y Pilar Lima, hay dos equipos que quieren dirigir. Si se hace un esfuerzo por sintetizar esos dos equipos y priorizar las capacidades y los mejores perfiles aún se está a tiempo de llegar a un acuerdo desde la negociación, el debate y sin imposiciones.
¿Y desde su perspectiva, se sienten cercanos a alguna candidatura o ven posibilidad de integración?
Nosotros nos sentimos muy cerca de todo el mundo porque militamos en Podem. Tenemos un marco ideológico e intelectual marcado por una preocupación sobre la construcción de las fuerzas hegemónicas, sobre cómo relacionarnos con la identidad valenciana, sobre cómo Podem puede arraigar el proyecto estatal con propuesta propia valenciana, que es lo que nos diferencia.
En la última Asamblea se hizo hincapié en federalizar Podemos y que Podem tuviera autonomía, que no fuera tan dependiente de Madrid. En estos tres años, ¿Se ha dado algún paso en ese sentido?
Menos de los que hubiesen sido deseables. Cuando lanzamos la propuesta de 'Aprofundir el canvi' hicimos hincapié en esa necesidad de arraigo territorial. Creo que se ha avanzado poco, a nivel estatal tampoco se ha puesto el foco en el despliegue de la organización autonómica... Es cierto que hasta hace prácticamente nada no se había estabilizado el segundo ciclo electoral de Podemos y ahora quiero pensar que se ha generado unanimidad en la necesidad de tener propuestas regionales adaptadas y sólidas.
El apoyo de Àngela Ballester a la candidatura, poco después de ser destituida de la vicepresidencia segunda, y el programa que reclama una identidad más autónoma os coloca bajo la perspectiva crítica... ¿Se sienten como una rama crítica en Podemos?
No somos una rama crítica con las últimas decisiones estratégicas de la dirección estatal. Creo que hay unanimidad en valorarlas como correctas porque han permitido implementar políticas que nunca antes se habían tenido en el país. Si en algún momento hubo discusiones sobre los horizontes estratégicos, y en ese momento Pablo Iglesias podía encarnar una de ellas, la realidad, y así se ha visto en la asamblea estatal, es que nadie discute que las decisiones estratégicas que se han tomado han sido acertadas. No nos consideramos una candidatura crítica estatal, sencillamente tenemos una serie de planteamientos sobre cómo se debe dar la consolidación autonómica y municipal distintas al resto.
¿Y con la dirección autonómica?
Todos tenemos diferencias. Creo que no hay una propuesta estrictamente continuista. Yo estuve en el equipo de Estany; Ferrán, que ahora forma parte de la candidatura de Naiara, también... No hay una propuesta continuista de la dirección previa. Nosotros planteamos que no podemos caer en el conformismo de pensar que todo lo estamos haciendo bien y especialmente en los últimos meses de gestión de la crisis de la pandemia. Es cierto que el Gobierno de la Generalitat ha sumado éxitos, pero también errores, pero en Podemos no nos podemos permitir que el Gobierno de la Generalitat esté satisfecho con conseguir la hibernación del establishment económico previo a la crisis. Hace meses nos estábamos planteando ir hacia un modelo económico que no basase su competitividad en la precariedad y en la depredación del territorio, que no condicionase tanto la viabilidad del territorio y eso hoy es más necesario que ayer.
Todas las candidaturas reivindican de un modo u otro la necesidad de reforzar el territorio y las organizaciones locales ¿Se ha dejado de lado a los ayuntamientos?
Completamente.
¿A qué cree que se debe?
Esto lo he dicho en espacios internos y no tengo problema en decirlo públicamente. Nosotros tuvimos que negociar un gobierno municipal y el partido no estuvo acompañándonos en las lineas estratégicas. Llevamos un año de gestión en el gobierno y prácticamente no hemos tenido trabajo coordinado con otros niveles para multiplicar la capacidad de gestión. Es cierto que todos los partidos tienen una coordinación muy mejorable. Pero nosotros, que las elecciones de 2019 fueron una derrota municipal, no podemos permitirnos este nivel de interinidad constante de lo local. Hasta ahora, el foco se ha puesto en otro sitio. Y que las candidaturas que parecen con más opciones de vencer procedan del grupo parlamentario corren el riesgo de que la dirección no sitúe el despliegue municipal como prioridad. Para bien o para mal, la política valenciana no tiene una capacidad de penetración muy grande sobre la ciudadanía por muchos motivos, pero para tener la capacidad que pueda tener Podemos de estar en condiciones de ser una fuerza hegemónica, no ser una fuerza del 12% y poder encabezar gobiernos y por tanto, metiendo una marcha más a a las transformaciones que necesita el país, necesitamos una estructura municipal sólida. Al final, como se combaten los prejuicios, las falsedades e inconcreciones es desde el trabajo de lo local. Es ahí cuando te puedes ganar a tus vecinos, cuando haces políticas inmediatas, cuando demuestras lo que puede hacer tu organización. Y ese trabajo no se está haciendo.
¿Y qué puede hacer Podemos en los ayuntamientos? ¿Por qué es importante su presencia?
Los ayuntamientos son la primera puerta de entrada a los derechos de la ciudadanía y tienen una capacidad de transformación enrome. Parece que la política municipal no tenga ideología ni trasfondo intelectual y eso me desespera bastante. Que las propuestas políticas de la Agenda urbana 2030 centren cierta hoja de ruta de respuesta al cambio climático nos están recordando la importancia de los ayuntamientos. Los ayuntamientos fueron básicos para desplegar el modelo de pelotazo, depredación del territorio y de casino. Y los ayuntamientos tienen la capacidad de proteger el territorio, generar políticas de rehabilitación urbana, de promover un cambio en el consumo energético, cómo nos movemos, qué comercio se fomenta y qué se desincentiva, de destinar más o menos recursos a unos servicios sociales más eficientes que permitan que el ingreso mínimo vital llegue o no a más gente... El ayuntamiento es la entrada al Estado de bienestar y al Estado de derecho. Y si no nos creemos que esa puerta debe ser bastante ancha para que todo el mundo entre se va a dejar a muchas personas fuera.
¿Cuáles son sus propuestas para fortalecer la estructura municipal?
Hicimos algunas propuestas antes de plantear la candidatura. El documento organizativo estatal abre la puerta a una estructura intermedia entre autonómico y municipal y pensamos que es una idea acertada. Creemos en una estructura autonómica multipolar, que no esté centrada en Valencia y que tenga nodos de poder en Castellón, en Alicante-Elche-Orihuela. Significa que los equipos no estén todos trabajando en Valencia, que la estructura autonómica se preocupe de que los principales equipos municipales tengan voz en la Ejecutiva autonómica.
Una de sus propuestas programáticas incluye formación a la militancia. ¿En qué se traduce?
Hemos puesto el foco en la formación municipal en un sentido que nos atraviesa ideológicamente y nos diferencia en otros espacios: la importancia de la batalla sociocultural que se está dando ya en el país y se va a seguir dando. Podemos tuvo en sus primeros tiempos capacidad de construir imaginarios que movilizaban mucho a la gente y esa capacidad la hemos ido perdiendo. En un contexto donde la derecha y la extrema derecha hacen de la oposición cultural y nacional un ariete y las estructuras progresistas tenemos que dar esa batalla identitaria y cultural. Tenemos que explicar la importancia de las instituciones, de nuestra idea de país. Desde ese trabajo tenemos que exigir más a los gobiernos para que lleguen más lejos. Ese despliegue del tejido social va a ser importante en los próximos meses porque la situación política se está poniendo convulsa. Y esa batalla, si no la da Podemos, el PSOE no la va a dar y Compromis está en una posición legítima, pero no está en esa estrategia de salir a confrontar con la idea de España que está dando el bloque de la derecha.
Como concejal competente en transición ecológica, ¿qué papel cree que tendrá esta perspectiva en la reconstrucción post-COVID?
Creo que central. Parecía que la agenda del cambio climático estaba marcando la agenda política en los últimos meses del año y ahora hay cierta tentación de dejar los planes de descarbonización para después. Cuando el president de la Generalitat arma una comisión de reconstrucción y trata de poner el foco en el turismo y la construcción, creo que está cometiendo un error político y económico; cuando confía que con un keynesianismo de mínimos la economía se resuelve, creemos que se está equivocando. Es una discusión que estamos teniendo en el gobierno local, qué papel ocupa en las políticas de transición ecológica en el presupuesto, las renovables, la conservación de la diversidad... Es cierto que son proyectos difíciles, son proyectos que la administración no está entrenada en hacer, pero si no lo hacemos ahora probablemente lleguemos tarde.
Creo que la situación es compleja y no sabemos hasta qué punto la temporada turística será mala, si habrá un rebrote en octubre... Todo dificulta las previsiones. Vámonos al peor de los casos, donde el turismo tarde en recuperarse y veamos cómo podemos reactivar la economía con sectores que sí tienen capacidad de crecer, con sectores sostenibles y que diversificarán el modelo económico. Estamos poniendo foco en la rehabilitación urbana con un fondo rotatorio para rehabilitar viviendas con criterios de eficiencia energética y autoconsumo... Y es una decisión económica si creas un fondo rotatorio o si te contentas con hacer obra civil clásica como respuesta a la crisis. Y el segundo es la política agroalimentaria: en base a estudios, tratamos de hacer políticas de comercio que favorezcan al pequeño y no al grande. Ahí vamos a chocar con una parte del establishment económico, el mismo que se opuso al SDDR y que hoy no es partidario de que hagamos una estrategia de transformación agroalimentaria que trate de compensar a los productores del sector primario.
Sus compañeras han puesto el foco en el feminismo para la organización ¿Cómo cree que se puede abrir la reflexión para despatriarcalizar Podem?
Es una cuestión central. El feminismo nos ha enseñado a todos y ha situado a compañeras en posiciones protagonismos. Sin ánimo de hacer mansplaining, con otras compañeras hemos analizado que la dimensión feminista ha estado lejos de la primera página política. Muchas conquistas del feminismo sacadas de la esfera privada a la pública en el momento del confinamiento han regresado a la privada y hace imposible la conciliación; las medidas de conciliación han sido insuficientes, han estado fuera de la agenda pública. Tenemos que tener la capacidad de abordar los procesos internos con más calma, menos violencia y voluntad de dialogar sin atacarnos. Cuando las organizaciones se convierten en el estado natural primitivo donde todo vale, hay mucha gente, muchas mujeres, que se apartan. Es importante que ocupen espacios de poder, creo que se han presentado muchas candidatas mujeres y es una buena noticia. Nuestras compañeras están dispuestas a arrebatarnos espacios de poder que habían estado masculinizados.
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