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Un equipo de la Universitat Politècnica de València, a la conquista del espacio después de “ganar” el cielo

Los miembros del equipo 'Faraday Rocketry UPV' que participaron en la competición EuRoc, en Portugal.

Miguel Giménez

València —

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El pasado 7 de octubre, la compañía ilicitana PLD Space conseguía, después de tres intentos, lanzar con éxito desde El Arenosillo (Huelva) su cohete Miura 1, el primer transporte privado de estas características que despegaba en Europa. Se trata de un hito que demuestra la pujanza de la industria aeroespacial española, que va quemando etapas. Y parece que hay cantera...

El pasado mes de octubre se celebraba en la localidad de Constância, en la región portuguesa de El Alentejo, la cuarta edición de EuRoc (European Rocketry Challenge), una competición de lanzamiento de cohetes para equipos universitarios europeos creada en 2020 por la Agencia Espacial Portuguesa. En esta cita, un equipo de la Universitat Politècnica de València, 'Faraday Rocketry UPV', se alzó con el triunfo en la categoría Flight Award, la “más exigente y emocionante” de la competición. Su cohete, el Génesis, de 240 centímetros de longitud, alcanzó los 2.914,3 metros de altura en subida vertical rectilínea, consiguiendo además un aterrizaje “completamente controlado”.

Con un presupuesto de poco más de 3.000 euros, gracias a las aportaciones de la propia UPV y de patrocinadores privados, tanto en metálico o en especie, el proyecto valenciano se impuso a otros mucho más potentes, con presupuestos hasta cien veces superiores que oscilan entre los 250.000 y los 300.000 euros y mucha más experiencia: “La Asociación Politécnica de Múnich, fundada en 1960, tenía un presupuesto de 300.000 euros solo para el vehículo”, destaca Francesc Coello, estudiante de Ingeniería Mecánica y cofundador del equipo junto a su hermano Nacho hace dos años, cuando estaba en Ingeniería Aeroespacial.

Precisamente, Nacho resumía el éxito de esta hazaña, primeros en su categoría y quintos en la clasificación general: “En el vuelo se resume todo el trabajo realizado durante meses o años. Es el gran momento, y destacar en la categoría reina es lo máximo”. Francesc, por su parte, reconocía que aún no son conscientes de lo que han logrado, al tiempo que comentaba, en declaraciones a elDiario.es: “Cuando te presentas, a pesar de las dificultades que se preveían, es para ganar”. “Este éxito supone credibilidad y, obviamente, te abre puertas a nivel profesional”, sostiene Coello, quien celebra que, por fin, España se esté “poniendo las pilas” en un campo que va a ser clave en el futuro, como es el espacio: “Ya era hora”.

Para llegar a participar en Euroc, primero había que pasar una criba. Un tribunal evalúa los proyectos aspirantes y en esta ocasión pasaron el corte 25 de los 48 proyectos que se presentaron. Algo menos de la mitad de las candidaturas, se quedó fuera de la fase final. La competición contempla diversos parámetros: primero se valora el informe técnico del proyecto, que se debe defender ante el tribunal evaluador; posteriormente tiene lugar la prueba de vuelo, en la que solo hay un intento, teniendo en cuenta que puede haber factores incontrolables o imprevistos meteorológicos.

Una pasión convertida en una realidad

“Somos apasionados del espacio”, explica Coello, quien relata cómo nació todo hace dos años, cuando su hermano Nacho y él tuvieron la idea de formar este equipo: “Todo empezó con unos cuantos mensajes de Whatsapp y enseguida respondieron unas setenta personas”. Actualmente, el equipo Faraday UPV está compuesto por unos 40 jóvenes estudiantes –de entre 19 y 24 años– de diferentes disciplinas, la mayoría procedentes de Ingeneria Aeroespacial, Mecánica, Industrial e Informática, pero también gente procedente de Márketing, Audiovisual o Administración.

El equipo mantiene dos líneas de trabajo. La primera es la de la competición, mejorando el Génesis y trabajando en otros cohetes para “seguir cosechando éxitos en otras competiciones”, como un vehículo de dos etapas y 330 centímetros de longitud que están desarrollando y que pretenden que alcance los 8.000 o 9.000 metros de altura. La segunda línea de actuación es intentar llegar al espacio. Para ello, quieren convertirse en el primer equipo europeo de estudiantes en alcanzar con un cohete la línea Karman (100.000 metros sobre el nivel del mar), un hito que hasta la fecha sólo ha logrado la Universidad de California del Sur, en Estados Unidos. “Estamos muy ilusionados y emocionados ante la posibilidad de que podamos ser el primer equipo europeo en nuestro ámbito”, comenta al respecto Francesc Coello.

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