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La guerra de la paella

Un momento del rodaje de "El valenciano que no sabía hacer paellas" / Kids

Voro Maroto

Dacsa, un empresa valenciana dedicada al cultivo y distribución de arroz, ha lanzado una campaña publicitaria basada en un vídeo de nombre sugerente: 'El valenciano que no sabía hacer paellas'. En menos de dos días, el vídeo ha sido visto en sus dos versiones por mal de 50.000 personas y ha sido mayoritariamente alabado (135 votos favorables y tan solo cuatro negativos a la hora de escribir estas líneas.

Este es el cortometraje, de apenas cuatro minutos.

Hace ocho meses, otra marca de arroz, Arroz La Fallera, lanzó una campaña para conseguir que la paella tuviera su emoticono o imagen en whatsapp, la aplicación de mensajería para móviles. La iniciativa, personalizada por un popular showman valenciano, Eugeni Alemany, que llegó a viajar a Estados Unidos para cumplir su misión, fue un bombazo en Twitter (trending topic valenciano, español y a nivel mundial en varias ocasiones) y ha sido considerado un caso de éxito.

“Queríamos modernizar la imagen del arroz, ir contra clichés y romper los tópicos que rodean a la paella y la publicidad que se hacía en torno a ella. Además, queríamos, en vez de hablar, hacer. Y así surgió el proyecto Paella Emoji”, cuenta Guillermo Navarro, director estratégico de La Mujer del Presidente. Esta pequeña agencia de publicidad, con 7 personas, defiende su trabajo y alaba el vídeo de “El valenciano que no sabía hacer paellas”. “Está muy bien”, dice Navarro, que bromea con la 'guerra publicitaria' entre La Fallera y Dacsa. “La competencia es muy sana”.

Carlos García-Janini, de la agencia Kids, es uno de los responsables del vídeo de Dacsa, utilizado para vender su arroz a través de la recien creada escuela de paellas. Como el trabajo de la competencia, el corto supone, en cierta manera, una ruptura con otros anuncios anteriores, basados en estereotipos sobre la paella vinculados a un mundo rural irreal y grotesco. “Queríamos contar que nuestra marca está muy vinculada a Valencia, donde se concentra su producción, pero enganchar con una historia universal , contada con sensibilidad, y que, en muchos casos, responde a la realidad”.

Ese valenciano que no sabe hacer paellas esconde otros mensajes, dice García-Janini, que también elogia sin ambages la operación desplegada por La Mujer del Presidente. El protagonista es un hombre “porque ahora mismo los hombres, también los jóvenes, somos 'ama de casa'”. Un cantautor mítico pero marginado por las instituciones gobernadas por el PP, Pep Gimeno Botifarra, “reivindica lo genuino”. Y, en definitiva, la campaña reivindica “el arroz y la marca Valencia, tan denostada últimamente”. A diferencia del resto de conflictos, la guerra de la paella puede ser positiva.

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