Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Los whatsapps que guardaba Pradas como última bala implican de lleno a Mazón
La polarización revienta el espíritu de la Constitución en su 47º aniversario
OPINIÓN | 'Aquella gesta de TVE en Euskadi', por Rosa María Artal

CV Opinión cintillo

Putrefacción

0

He encontrado un nuevo curro, sin influencias, ni trapicheos políticos; sin enchufes obscenos. Un trabajo muy duro, extenuante, donde podré quizá realizarme en el plano personal. Mi nuevo cometido laboral es el de cazador de corruptos. Os lo digo en voz muy queda porque es bueno guardar el anonimato. Debo trabajar en la sombra, moverme con cautela y de forma reservada, y encarnar a personajes dispares.

La mía es una profesión muy útil para cómo se ha puesto el patio. Por las mañanas me acicalo, me unto con la colonia de un actor famoso y salgo a la busca y captura, es un decir, porque salgo a pactar negocios asquerosos con concejales mugrientos extraídos de una base de datos que de momento nunca me ha fallado. Cuando llego al despacho de mi posible víctima, le hablo de la revisión de la concesión del alumbrado del municipio y del mantenimiento de la red eléctrica. El concejal me dice que imposible, que ese contrato es de uno del partido al que no pueden dejar en la estacada. No hay manera, lo siento. Vuelvo a la carga. Le adulo su trayectoria política. Luego le escucho una hora en silencio con aparente interés, el político se viene arriba y narra todos sus logros pretéritos hasta llegar a su posición actual. El pueblo merece gente seria como tú, le suelto a bocajarro. Eso lo desarma. Le digo algo que siempre funciona: tú eres la persona indicada para ser alcalde. Se revuelve en la silla y con la mano deja entrever que todo se andará, que es cuestión de tiempo. Entonces le sugiero una cena de amigos para hablar de negocios.

Al restaurante de postín acudo con dos putas despampanantes que lo dejan con la mirada ida de vicio y con el hablar en cámara lenta. Allí le propongo una suma desorbitada de comisiones, para el partido por supuesto y algo para ti por las gestiones, le justifico. Te lo has ganado. En la sobremesa, al segundo gin-tonic, decide arrebatarle la concesión al amiguito del alma y hacer negocios conmigo. A ese pavo ya le daremos un negocio de aparcamiento low cost que tenemos pendiente de adjudicar. Mientras, voy grabando con disimulo la conversación. ¿Con quién te apetece irte a la cama?, le interpelo al oído más libidinoso.

Una vez arriba, la mujer le soba la entrepierna. Está ya a punto, calcula. Está ardiendo como una hoguera de San Juan. La prostituta le pide si puede pasarle una raya de coca. Claro, mujer. Estaba tan cachondo que se me había olvidado. Mientras él prepara el avituallamiento de sustancias ilícitas, ella se quita la blusa con parsimonia y se baja los vaqueros ajustados con dificultad manifiesta. Una vez han esnifado las rayas, ella se abalanza sobre el político cachondo. ¿Tienes ganas de que juguemos un rato? El concejal chusco asiente. En ese momento, ella le coloca las esposas. ¿Qué haces, loca? Amigo, la has cagado. Esparcidas por la habitación hay cámaras de video minúsculas camufladas prestadas por la UCO. Ella le muestra la credencial de agente policial. Hoy te quedas sin follar, listillo.

Ha sido un día agotador, pero lo tenemos todo: imágenes, videos, grabaciones, drogas y una confesión en toda regla. Hay días en que las cosas no salen como las habíamos planificado. Hay políticos más timoratos que dicen que si el de arriba no da permiso, él no puede tomar esas decisiones; eso retrasa todo el operativo. El de esta noche ha ido de perlas. Hace poco, sin embargo, fracasé con la venta de unas palmeras para un parque cívico. El de los viveros del pueblo amenazó con tirar de la manta. Cada vez más diputados y alcaldes se huelen la tostada, se han vuelto demasiado precavidos.

Cuando llego a casa reventado y me acuesto, imagino que viajo en el tiempo y que cazo a corruptos de forma retroactiva. Me figuro en el siglo pasado sentado en un restaurante sevillano con el hermano de Alfonso Guerra sonsacándole gestiones turbias y descubriendo cómo aquel vicepresidente omnipotente que hoy sale en las portadas del ABC mirándose al espejo, trajinaba con muchas comisiones de forma simultánea: quizá fuera un auténtico corrupto ambulante. Un ladrón con mucho gracejo. Al poco me quedo dormido como un tronco y no llego a echarle el guante por los pelos.

Mi profesión se ha vuelto complicada. Las mordidas han subido su porcentaje por encima del IPC, el alquiler de los Tesla está por las nubes y en los restaurantes de lujo comer decente es ya prohibitivo. A mi jefe le pediré un aumento de sueldo. Las tarifas por cada corrupto que capturo han quedado desfasadas, ya no me salen a cuenta…

Espero, por su bien, que lo entienda.

Etiquetas
stats