Feria del libro en las Corts Valencianes: Gramsci, Preston y Miguel Hernández llenan el debate
El Pleno de las Corts Valencianes se ha convertido en un lugar de intercambio de recomendaciones. En vísperas de las ferias del libro que llenan plazas y jardines en abril, las dos últimas sesiones de control al Consell han estado repletas de títulos de marcado carácter político, que, en el marco del debate, han servido para manifestar la discrepancia. Las recomendaciones culturales cuentan con un fin claro: señalar a la ultraderecha y su ambigüedad para condenar el franquismo, que ha aflorado en las últimas semanas.
La semana pasada inició el intercambio el propio president, que le entregó al portavoz socialista José Muñoz el libro de Manuel Chaves Nogales sobre los abusos de la guerra civil, A Sangre y Fuego (Libros del Asteroide), e instó a la oposición a “permitirse el lujo de estar en contra de todos los odios y dictaduras”. Muñoz le había dado previamente una foto del poeta Miguel Hernández para manifestar su reproche a la ley de “concordia” de PP y Vox. Después fue Mercedes Caballero, del grupo socialista, quien llevó al escaño el volumen Indignas hijas de su patria, de María Palau y Marta García, editado por la Institució El Magnànim, una denuncia de los abusos del franquismo en el patronato de protección a la mujer. La diputada de Compromís Isaura Navarro también citó varias veces a José Saramago para hablar de la importancia de la memoria.
En la sesión de control de este miércoles, cita a caballo entre Sant Jordi y la inauguración de la Fira, las recomendaciones han regresado al hemiciclo. La tanda la ha empezado el portavoz del PSPV, que ha recomendado a Mazón Ciudadano Zaplana (Ediciones Akal), del periodista Francesc Arabí, una crónica sobre “la construcción de un régimen corrupto” del expresidente valenciano, aunque el volumen que ha llevado al escaño es El fascismo: la sombra negra de cien años de barbarie, de Antonio Gramsci, un conjunto de ensayos recopilados por Altamarea. Además, ha mostrado la fotografía de la sesión pasada, del presidente con una imagen de Miguel Hernández mientras se debatía la ley que “blanquea el franquismo”: “Esta imagen marcará la legislatura” y “demuestra su falta de moralidad”, ha criticado el socialista.
Como contrarréplica, Mazón ha defendido que el Consell quiere velar por “todos los que hayan sufrido la violencia política por igual” porque “eso es la concordia” y ha citado un poema de Miguel Hernández para instar al PSPV a ser “un partido trasvasista”: “Donde no haya río habrá canales a agua y granito, que están pidiendo en un grito el Tajo y el Ebro ya”, un fragmento de Pastor de la muerte. El dirigente popular referencia habitualmente al poeta de Orihuela, algo que para la oposición roza el mal gusto, dados los pactos de Mazón con la ultraderecha.
Tras Muñoz, ha sido nuevamente la socialista Mercedes Caballero quien ha llevado otro ejemplar a la Cámara: el del historiador Paul Preston -uno de los investigadores de cabecera de los socialdemócratas- sobre la represión en la guerra civil española. La obra El holocausto español le ha servido a la parlamentaria para denunciar la postura de Vox, cuya consellera de Justicia ha venido esquivando la crítica al franquismo.
La nota final la ha puesto el diputado de Compromís Juan Bordera, también activista contra el cambio climático, que ha llevado su propio libro: El final de las estaciones.
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