Los trabajos en las fosas de Paterna generan efecto llamada y Diputación duplica las ayudas para las exhumaciones
La primera fase de los trabajos en la fosa 113 del cementerio de Paterna, la más grande exhumada por completo en la Comunidad Valenciana, ha concluido. El equipo de ArqueoAntro, responsable de las exhumaciones, ha logrado sacar 49 cuerpos de los 62 que buscaban, que han sido enviados al centro forense de la Universidad Complutense de Madrid para ser identificados.
Las pruebas de ADN, el cotejamiento con las muestras de la familia y las pruebas antropológicas tardarán alrededor de un año, según ha explicado Miguel Mezquida, responsable del equipo. Mezquida, Santi Vallés, presidente de la asociación de familiares y Rosa Pérez, diputada de Memoria Histórica, han ofrecido un balance de los trabajos este miércoles en el que han vuelto a insistir a las familias a aportar testimonios orales y muestras de ADN para poder identificar los cuerpos. De momento, 26 familias han acudido a esta llamada.
Los trabajos realizados durante tres meses en el cementerio valenciano, subvencionados por la Diputación, han generado efecto llamada. Según Rosa Pérez, decenas de municipios y asociaciones han solicitado las ayudas para exhumar a víctimas del franquismo, que sobrepasan lo presupuestado. Por ello, la corporación abrirá una nueva convocatoria de subvenciones, dotada con 300.000 euros, para que quienes queden fuera de la primera línea de ayudas puedan optar a la segunda. En total, más de medio millón este año.
Los cuerpos, a falta de que se confirme la investigación, se corresponderían con los fusilamientos producidos el 18 enero de 1940 y del 19 de septiembre de 1941 en el paredón del cementerio. Las víctimas de las dos sacas fueron, principalmente, alcaldes, sindicalistas y trabajadores. “Su único delito fue defender los valores democráticos”, señalaba Vallés, quien inició los trámites para buscar a su tío abuelo.
De las exhumaciones, según ha explicado el responsable del equipo antropológico, han podido constatar diversas sospechas. En primer lugar, que los fusilados eran regados con cal viva, cuyos restos han encontrado en las tumbas. Además, según el tipo de proyectil encontrado en algunos cráneos, un 9 milímetros -posiblemente de un subfusil-, y la fecha de los fusilamientos, creen que fueron ejecutados por la Guardia Civil.
Los trabajos se han guiado por las investigaciones de Vallés, basadas en el libro del historiador Vicent Gabarda, los registros de los cementerios y testimonios orales de familiares. Asimismo, se pide que sus narraciones sean grabadas y custodiadas por la Administración, para que puedan ser de utilidad en otras pesquisas. Tras reuniones con distintos representantes políticos, desde la asociación solicitan la anulación de los juicios sumarísmos, que Compromís ha trasladado al Senado. Mientras, los familiares de las víctimas esperan que se cree el centro de interpretación de la memoria democrática y poder, al fin, llevar el duelo.