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El exdirector general del Servicio Vasco de Salud, Juan Diego, salta en menos de tres meses a una filial de Petronor

Juan Diego, el segundo a la izquierda del lehendakari (derecha en la imagen), en un acto en el hospital Santa Marina de Bilbao

Iker Rioja Andueza

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El hasta noviembre director general del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), Juan Diego, saltó en menos de tres meses a dirigir una filial de Petronor, marca del grupo Repsol, cuyo consejero delegado es el exconsejero de Industria y expresidente del PNV Josu Jon Imaz. Diego es el nuevo CEO de Edinor, creada a principios de 2020 para la puesta en marcha de proyectos de eficiencia energética como la instalación de placas solares y que ya ha intervenido en San Mamés o el seminario de Derio. Antes, fueron polémicas las contrataciones de otros tres excargos de la Sanidad vasca, incluido el que fuera consejero, Jon Darpón, por la aseguradora multinacional Keralty, la antigua Sanitas Internacional.

“Edinor es una empresa de reciente creación que durante los primeros meses de andadura fue gestionada por el propio equipo de Petronor. El ritmo de crecimiento y expansión hizo necesario crear un equipo propio de Edinor. Juan Diego es un profesional con formación de abogado economista, por la Universidad de Deusto, que cuenta con más de 35 años de experiencia en gestión de empresas públicas y privadas con un alto índice de innovación, como en la dirección general de Beaz donde estuvo durante cuatro años dirigiendo temas de desarrollo de start-ups, así como la presidencia del centro tecnológico Vicomtech-IK4 y de la alianza tecnológica IK4”, explican fuentes de Petronor. Añaden que “también se valoró positivamente su conocimiento sobre Europa –para la presentación y gestión de los fondos europeos– ya que cuenta con 10 años de experiencia en instituciones europeas”, aunque más bien su cargo era el de director de Asuntos Europeos del Gobierno vasco.

Según estas fuentes, se incorporó a Edinor “el 28 de enero de 2021” y “tras la aprobación en el Consejo de Administración”. Fue en noviembre cuando se conoció que Rosa Pérez Esquerdo asumía la dirección de Osakidetza. Diego se caracterizó por mantener un perfil muy bajo durante los primeros meses de pandemia hasta el punto de que la consejera Nekane Murga tuvo que aclarar que no había ningún problema de confianza hacia él. No realizó ni una sola comparecencia. Sin vinculación con la gestión sanitaria, este gestor aterrizó en Osakidetza en 2018 siendo un hombre de la máxima confianza del lehendakari, Iñigo Urkullu, de cuyo equipo había formado parte. Fue trasladado allí tras la polémica investigación en torno a las filtraciones de exámenes de las oposiciones médicas de 2018, que continúa abierta pero que acabó con la carrera de Darpón y de su predecesora al frente del Servicio Vasco de Salud, María Jesús Múgica, entre otros cargos.

El currículum público de Diego muestra que fue letrado de Educación de 1984 a 1986, en Presidencia de 1986 a 1990, asesor de Educación en 1990, asesor de Presidencia en 1991 y director de Asuntos Europeos de 1991 a 1999. Después fue director gerente de EiTB de 1999 a 2009 y, después, director general de una empresa proveedora de EiTB, Media for Future, vinculada con Vilau Media, etapa en la que llegó a ser imputado. De 2011 a 2015 pasó a la sociedad pública BEAZ, dependiente de la Diputación de Bizkaia, antes de regresar al Gobierno vasco, primero como asesor de Cultura (2015-2017) y luego ya como responsable de Coordinación en Presidencia (2017-2018) en el círculo más cercano de Urkullu.

Precisamente este jueves en el Parlamento Vasco se ha debatido una propuesta de EH Bildu, apoyada también por Elkarrekin Podemos-IU, para frenar una fundación denominada Opengela compartida entre Repsol y el Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, dirigido por el socialista Iñaki Arriola. La oposición entiende que esta entidad de mayoría privada va a controlar un importante proyecto de regeneración urbana y que aspira a ser financiado también con fondos europeos. “El debate de hoy no va sobre la necesidad de regeneración o sobre la colaboración público-privada. No. Va de la fundación privada Opengela, en la que Repsol tendrá el 60% y el Gobierno vasco solamente el 40%. No lleva el liderazgo, ése es el problema”, ha explicado el parlamentario de EH Bildu Unai Fernández de Betoño, que ha asegurado que en caso de pérdidas la Administración sí tendría más responsabilidad que la compañía petrolera. Los partidos de Gobierno, PNV y PSE-EE, han defendido este modelo y, merced a su mayoría absoluta, no ha prosperado la propuesta de paralización.

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