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Los mercados vascos prueban un miércoles antiinflación con descuentos en productos básicos

Itsaso, charcutera en Vitoria, detrás del cartel de los descuentos.

Belén Ferreras / Iker Rioja Andueza

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Los mercados tradicionales principales de Euskadi, el de la Ribera en Bilbao, la plaza de Abastos de Vitoria y la Bretxa de Donostia, llevan varios miércoles ofreciendo ya productos más económicos como un guiño contra la inflación, que lleva meses golpeando a sus clientes. Cada puesto ofrece una especialidad rebajada, desde chuletas hasta medallones de bacalao pasando por el pan, el queso o las acelgas. El resultado es “una cesta un poco más económica”, dice Asier Beato, presidente del mercado de la Ribera y también de la Confederación de Mercados Tradicionales de Abastos.

En el mercado bilbaíno hay este miércoles un hervidero de gente haciendo compras. Se trata de un día especial. Es la antesala de la Semana Santa, unos días en los que muchos vascos dejen su vivienda habitual por destinos vacacionales. Ésa es la razón por la que muchos de los puestos adheridos a la iniciativa ‘La cesta de los miércoles’, que es como se llama, no hayan colocado esta semana el cartel con la oferta concreta para un producto.

Aquí son treinta los puestos que se han sumado a esta iniciativa. Cada puesto elige el producto que quiere poner en oferta con un precio más económico, “que suele estar en el entorno de un 20% menos”, señala Beato. Se coordinan entre ellos para que los productos sean diferentes en cada puesto y no compitan entre ellos: “Intentamos que sean productos básicos, los que se compran con más asiduidad”. Beato regenta la panadería y pastelería Rosi. “La oferta es la barra grande a 1,10 euros cuando habitualmente está a 1,40. No se ponen de oferta los pasteles o los bizcochos”, señala.

La iniciativa surgió en el mercado de la Boquería, en Barcelona, y poco a poco se está extendiendo por el resto de los mercados tradicionales de abastos. “En Euskadi nos hemos coordinado con el mercado de la Bretxa en Donostia y también con el de Vitoria con la idea de que haya un día concreto de ofertas en los mercados. Los comerciantes están muy contentos, sobre todo porque se trata de una iniciativa que atrae gente nueva que viene a ver si encuentra alguna oferta que le interese. Y los clientes también, porque pueden acceder a mejores precios. El objetivo es ayudar al cliente a sobrellevar la alta inflación”, afirma Beato. Pero también es una medida que intenta contrarrestar las ofertas agresivas de algunas superficies comerciales que les ponen muy difícil la competencia.

“Hay que denunciar la estafa que hacen las grandes superficies a los consumidores. Sacan a la venta las piezas al peso con el kilo mucho más caro de lo que lo tengo yo y lo venden como una oferta”, pide Mikel Rojo, de la carnicería La Riojana, que vende este miércoles el lomo fresco de cerdo a 9,5 euros el kilo. Ayer estaba a 10,25 euros. Uno de sus clientes José, asiente ante la crítica de su carnicero a las grandes superficies y se queja de que “todo está muy muy caro”. Sin embargo, no opta por el lomo. “Está muy bien lo de la oferta semanal”, dice. “Si me interesa lo cojo, pero la verdad es que normalmente vengo con una idea de lo que voy a comprar ya desde casa”, añade.

Esa sensación de que el cliente tiene pensado lo que va a comprar y que la oferta, salvo en productos muy determinados, pasa un poco inadvertida se tiene en otros puestos como en la charcutería, donde los filetes a las cinco pimientas a 8,5 euros pierden la batalla frente a otros productos como el lomo adobado. “Bueno, siempre que sea bajar el precio es interesante, pero vengo con una idea clara de lo quiero comprar”, insiste una de las clientas interpelada sobre por qué no opta por la oferta. Otro de los puestos de charcutería vende chuletas de cabezada de cerdo a 5,20 euros.

Este miércoles en las pescaderías de La Ribera no hay precios rebajados por ser víspera de fiesta, pero lo habitual es que vendan las piezas “a precio de coste”. “Las ponemos a la venta al mismo precio al que la compramos en el mercado”, aseguran. Y Miren tiene en su frutería las acelgas de oferta, a 2 euros, cuando ayer estaban a 2,60, aunque este miércoles no ha tenido tiempo de colocar el cartel para avisarlo a sus clientes. “Aquí la clientela es bastante fiel”, dice. Y se congratula: “La mayor parte de nuestros clientes viene independientemente de nuestras ofertas”. Esa fidelidad es algo en lo que coinciden los responsables de muchos puestos. Se mantiene pese a que el mercado se ha convertido también en un punto de reclamo turístico de Bilbao, cada vez con más visitantes. Pero a la vez destacan que iniciativas como esta sí están permitiendo atraer a gente nueva a estos mercados. “Y eso siempre está bien”, recalcan.

“Sólo sé que está todo carísimo”

En Vitoria, la plaza de Abastos también tiene una mitad de puestos de toda la vida y otra con gastrobares y enotecas más modernos y enfocados al ocio. Comparte también espacio con un supermercado de una gran cadena y con El Corte Inglés. A las 9.30 de la víspera de Jueves Santo hay ya un cierto trasiego, incluso un pequeño atasco de carros en los comercios con mejor género. Una mujer asegura haberse enterado por un grupo de Facebook de clientes del mercado de la campaña de descuentos, aunque admite que aún no ha hecho uso de ella. “Sólo sé que está todo carísimo”, explica otro hombre de paso por los puestos. Una mujer de Bilbao se lleva pescado, pero muy a su pesar, ya que cree que en la Ribera es mucho más barato llevarse frescos.

Los puestos adheridos a la campaña muestran un cartel en el mostrador con el producto o productos en oferta. En la charcutería Carlota, por ejemplo, son dos las propuestas. El chorizo casero extra está a 12 euros el kilogramo. Y la longaniza fresca a 8,50. “A ver si podemos hacer la cesta de la compra más barata y que llegue a más gente. Queremos ayudar, en definitiva. Éste es el segundo miércoles en que lo hacemos. Nosotros elegimos dos productos, no uno. Los tenemos con un descuento de más del 20%. Los clientes habituales lo agradecen”, explica Itsaso, pertrechada con mandil rojo, mientras corta una pieza de embutido.

Joaquín Izaguirre, carnicero, es menos optimista. “Llevamos dos semanas pero de momento no se nota mucho. No sé si no se ha hecho propaganda porque no hay mucha animación”, explica en un momento sin fila ante su mostrador. Cree que el miércoles “suele ser un día muy flojo” y que “esto es para animarlo un poquito”. Cree que la clientela más joven no se acerca a este tipo de establecimientos. Él ofrece chuleta de ternera a 23 euros el kilo, “dos euros más barato de lo normal”. Y asegura que no es su única medida anticrisis: “Prácticamente desde hace dos meses tenemos igual la carne. No hemos variado precios, aunque a nosotros sí nos ha subido algo”.

En Donostia, una veintena de puestos llevan tres semanas con “la cesta de los miércoles” en la Bretxa. Además, en el mercado de San Martín han optado por el “Ostegun ero”, un juego de palabras que puede significar o ‘jueves loco’ o ‘cada jueves’ y en el que se ofrecen básicos a “precio de coste”. “Todos los miércoles los clientes podrán distinguir los puestos con descuento gracias a un cartel naranja, en él se podrá leer cuál es el producto rebajado y su precio”, señaló en Onda Vasca Salvador Aguirre, presidente de la asociación de comerciantes del recinto de la Bretxa.

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