Misa por Franco el 20N en Simat: Polémica por lo que permite la Ley de Concordia de PP y Vox
Cuando una persona fallece, sus familiares y allegados suelen celebrar en su parroquia una misa de sufragio, es decir, una ceremonia para ayudar a su alma. Estas misas se celebran después de la vigilia de velación, a los siete días de los funerales o incluso cada año, como sucede en el caso del dictador Francisco Franco, pese a que hayan pasado 50 años de su muerte. Estas celebraciones continúan surgiendo en distintos puntos del territorio español.
El último caso conocido en el País Valenciano es la misa que se celebrará en la parroquia de Sant Miquel Arcàngel de Simat de la Valldigna este jueves 20 de noviembre, coincidiendo con el 50 aniversario del fallecimiento del dictador. La misa, anunciada en la hoja parroquial, también incluye el nombre del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, ejecutado el mismo día del mismo mes, pero 39 años antes. En el País Valenciano, según la Fundación Francisco Franco, también está prevista otra misa ese día en Alicante, aunque no se ha especificado el lugar.
En el caso de Simat, parece que una persona tiene como costumbre sufragar una misa en esta fecha cada año, y este año ha vuelto a hacerlo. Sin embargo, aunque sea una práctica repetida, sigue siendo un acto que genera sensibilidad y rechazo entre las víctimas del franquismo.
El presidente del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de la Comunitat Valenciana, Matías Alonso, ha asegurado que este tipo de misas vulnera la Ley de Memoria Democrática, “que prohíbe expresamente cualquier acto público que exalte y homenajee la dictadura y a personajes que participaron en el golpe o defendieron sus valores”.
Además, Alonso advierte de que estas misas representan “un ejemplo de los conflictos que puede generar la hipócrita Ley de Concordia de PP y Vox, a la que podrían acogerse porque no especifica nada, mientras que la ley estatal sí prohíbe estos actos con claridad”. El portavoz memorialista añade que “estos homenajes contrarios a la Constitución están amparados por el nacionalcatolicismo en espacios que deberían ser de todos, como las parroquias financiadas con dinero público”, y concluye que “la mal llamada Ley de Concordia se ha creado precisamente para lo contrario: para generar conflicto con la ley estatal”.
Respecto a la posición de la Iglesia, Alonso afirma que “debería evitar estos actos anticristianos, honrando a genocidas y a personas que, tras ganar la guerra que provocaron, no trajeron paz, ni piedad, ni perdón a España, sino venganza, odio y exclusión”.
“Todos somos iguales ante la muerte”
Fuentes de la Iglesia en el País Valenciano han negado que estas misas supongan un acto de exaltación y han querido diferenciar entre “actos espirituales, como es una misa, y actos públicos, como cualquier evento organizado para realizar homenajes”.
Estas fuentes también desvinculan a la Iglesia de la promoción de estas celebraciones y señalan que siempre se realizan a petición de particulares, y que no pueden ser rechazadas “porque todos somos iguales ante la muerte, y aquí no valen distinciones sobre si se ruega por el alma de un dictador o de una bellísima persona”.
Concluyen subrayando que la Iglesia no considera ninguna misa como un acto de enaltecimiento, y menos aún en lo referente a una dictadura.
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