Cuatro de las siete funcionarias del Juzgado de Violencia de Género de Castellón piden el traslado por la sobrecarga de trabajo
Cuatro funcionarias del Juzgado de Violencia de Género de Castellón han pedido el traslado a otros destinos debido el estrés provocado por la sobrecarga de trabajo. Desde el sindicato Intersindical Valencianana denuncia que tanto la jueza como las funcionarias se ven sometidas a difíciles condiciones de trabajo -y a la presión que para ellas supone no poder desempeñar su trabajo de manera adecuada– debido a la falta de personal.
“Es un juzgado que se encarga de una problemática compleja y las compañeras allí están ya desesperadas, teniendo incluso que tomar pastillas para el estrés. Desde marzo hemos presentado cuatro escritos a la Conselleria de Justicia explicando la situación y no hemos recibido respuesta”, declara un representante de Intersindical.
La compleja situación se agrava, además, con casos como el del parricida que asesinó a sus dos hijas en Castellón el pasado mes de septiembre y que afectó a este juzgado. La polémica que suscitó el archivo del proceso puso en el punto de mira la actuación de la jueza, que no creyó conveniente dictar medidas cautelares. Desde Intersindical Valenciana puntualizan que aquel suceso coincidió con un momento en el que el juzgado ni siquiera disponía de secretario judicial. “Había pedido el traslado el secretario titular y en vez de designar a un interino de la bolsa, que es lo que normalmente se hace cuando hay una vacante, lo dejaron estar. Tuvieron que turnarse los secretarios de otros juzgados de instrucción yendo uno cada semana, estuvimos cuatro meses en esta situación”, declaran desde el sindicato.
“Hay que tener en cuenta que cuando entra allí un asunto hay que decidir en el momento las medidas cautelares a tomar –órdenes de alejamiento, prisión preventiva…-. La presión a nivel personal que soportan las trabajadoras es muy grande, principalmente por el miedo a cometer algún error al tomar una decisión, debido a las condiciones en que están trabajando”.
A las difíciles condiciones en las que se trabaja en el Juzgado de Violencia de Género de Castellón hay que añadir la problemática que conlleva el cambio de plantilla. Las cuatro funcionarias que han pedido el traslado –dos del cuerpo de gestión y dos del de tramitación- llevaban tiempo ejerciendo en sus puestos. Debido a la especificidad del trabajo que se realiza en dichos juzgados es complicado que los nuevos funcionarios tengan experiencia en este tipo de asuntos, por lo que el trabajo se entorpecerá todavía más.
“El Consejo General del Poder Judicial tiene unos baremos de número de funcionarios dependiendo del volumen de asuntos que entran y demás. Es cierto que con las cifras parece ser que tiene los funcionarios que debería, pero estamos hablando de un juzgado que se encarga de unos temas especialmente delicados, que ahora mismo tienen que estar de guardia permanente y que, además, en Castellón es único –en Valencia hay cuatro y se turnan entre ellos-”, denuncian desde Intersindical.
“Ha tenido lugar ya un hecho muy desgraciado y puede volver a ocurrir en cualquier momento. Todo sigue igual. La Administración está para algo y si no se dota de medios a los juzgados, difícilmente pueden hacer bien su trabajo. Durante los últimos años han aumentado las denuncias por violencia machista. Las mujeres se atreven a denunciar más, pero nos encontramos con menos personal para atenderlas”, remarcan.