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El 'Acord del Botànic', del pacto de investidura al de gobierno

El socialista Manolo Mata llega a la comisión de seguimiento del pacto del Botànic

Adolf Beltran

Valencia —

De lo genérico a lo concreto. La evolución del Acord del Botànic, el pacto político sobre el que se sustenta el Consell que preside Ximo Puig, se ha plasmado en un documento que la comisión de seguimiento aprobó el martes y que, según se ha anunciado, incluye unas 200 medidas nuevas.

Hasta cierto punto, esa ampliación obedece al empeño del líder de Podemos, Antonio Montiel. La formación morada puso sobre la mesa 128 medidas elaboradas a partir de una consulta popular, pero el documento ha ido más allá de sus propuestas y en la mesa de negociación se han barajado incluso informes de impacto económico aportados desde diversas consellerias para decidir si se apostaba o no por una u otra medida.

Como explica uno de los integrantes de la comisión de seguimiento, si en la firma del pacto, en junio de 2015, la negociación se ciñó a un “acuerdo de investidura” por expreso deseo de Podemos, que decidió entonces no entrar en el Ejecutivo liderado por Ximo Puig y Mónica Oltra y se limitó al apoyo parlamentario, después de un año y medio se ha elaborado algo que “se aproxima bastante a un acuerdo de gobierno”.

Es “casi” un acuerdo de gobierno, entre otras cosas, porque Podemos no se ha incorporado al Consell, pese a la manifiesta voluntad de Montiel y otros dirigentes por conseguirlo, pero recoge ahora medidas más concretas que pretenden alimentar el resto de la legislatura.

Las tres formaciones implicadas en el Pacte del Botànic coinciden en que el ambiente interno es “bueno” y en que la negociación se ha desarrollado “sin dificultades”, pese al malestar que ha causado el apoyo de Ximo Puig a la decisión del PSOE de abstenerse para permitir la investidura de Mariano Rajoy. Tanto Compromís como Podemos han criticado a los socialistas esa decisión y estos últimos se han defendido de forma no siempre afortunada. Las declaraciones del portavoz parlamentario del PSPV, Manuel Mata, tildando de “postureo” esas críticas no han sentado bien en las otras dos fuerzas, que señalan el perfil más suave del propio presidente Puig.

Podemos, el socio parlamentario que no se ha integrado finalmente en el Consell a causa de unas discrepancias internas que han hecho que no llegara a pedir formalmente esa incorporación, mantendrá el perfil crítico y la distancia que ha ensayado en el primer tramo de la legislatura, pero su implicación en las políticas del Pacte del Botànic seguirá siendo notable.

Como ejemplo de esa implicación, destaca la redacción de los Presupuestos de la Generalitat para 2017. La formación de los círculos ha mantenido reuniones con todas las consellerias de la Generalitat de cara a la preparación de las cuentas autonómicas del año que viene. Eso no impedirá que Podemos presente sus propias enmiendas a los Presupuestos para marcar su margen de acción política, como ha ocurrido con otros debates legislativos, pero el Consell tiene garantizada la estabilidad en lo fundamental de sus políticas.

Precisamente el apoyo al Ejecutivo autonómico desde las Corts Valencianes, en las que ha habido durante el primer año y medio tensiones y desajustes, se ha abordado también en el marco de la comisión de seguimiento del Pacte del Botànic. Las tres formaciones implicadas han acordado un mecanismo de “coordinación parlamentaria” para los debates de mayor importancia.

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