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Tendencias

Eduard Amorós Kern

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Comparar o inferenciar los resultados de unos comicios europeos con una elecciones municipales o de ámbito nacional puede presentar un alto sesgo. No obstante son muchos los que se han aventurado a estimar cuál será el resultado electoral de algunas fuerzas políticas en función del resultado obtenido en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo.

Aspectos asociados a la participación y la relevancia e importancia de la votación condicionan en gran medida el resultado. Más si contamos que asistimos a un momento social en el que los paradigmas tradicionales se han visto truncados por la actual coyuntura.

Sin lugar a dudas para todos resultó una gran sorpresa la irrupción de la marca política Podemos en el actual escenario político, y algunos de los motivos que habían contribuido a su éxito los esgrimíamos en un artículo publicado hace algunos meses en este diario, en el que además de la ventaja que les otorgó y otorga la televisión – medio de comunicación preferente para el lanzamiento de cualquier marca- también existían otros recursos favorables y que contribuían a su éxito.

En este sentido cabe apuntar que es el aumento del share y las audiencias son los que condicionan a que Podemos está presente en todas las televisiones a todas la horas del día y en todos los canales de televisión, indistintamente de la “línea editorial” del medio de comunicación. Por el contrario no soy de la opinión de que exista una conspiración “judeo masónica comunista” para anular al PSOE. La explicación es mucho más simple, esto es, al igual que entrevistar a Julián Muñoz o al Pequeño Nicolás genera incrementos significativos del share y por tanto mejoras en la rentabilidad de una determinada cadena o grupo empresarial, lo mismo ocurre cuando se genera algún contenido referido con Podemos, más allá de que sea noticia o se genere la noticia por parte del medio. En definitiva es el mercado, como siempre, el que el manda.

Todo y así, el crecimiento espectacular de la marca política también a empezado a sufrir alguna limitación, ya que si hasta el momento se consagraba con una alternativa sin límites en su crecimiento electoral, hemos podido comprobar que empieza a connotar un posible techo. Así, el último barómetro publicado por Metroscopia para el diario El País, Podemos tendría una estimación de voto del 25%, (2,7 puntos menos que en la oleada anterior) y superado por el 27% del PSOE (1,5 puntos más que en la oleada anterior) y con un PP que marca mínimos con un 20% en intención de voto directa.

Cierto es que todavía es pronto para hablar de tendencias en lo que se refiere a lo que será la evolución de estos tres partidos, pero algunos de estos motivos los podríamos sintetizar en lo siguiente:

  • 1) La marca del PP (con un 20%) se está viendo profundamente afectada por los interminables escándalos de corrupción y la terrible crisis que atravesamos en las que por mucho que se empeñe el Gobierno de Rajoy por hacernos creer que estamos saliendo del hoyo, lo cierto es que los datos en la economía real, esto es en la que afecta a la mayoría de las personas, no reflejan el mantra de esa “leve mejoría” que nos repiten una y otra vez. La realidad dibuja un mercado laboral cada vez más precario y en el que la tasa de desempleo no decrece considerablemete y el número de afiliados a la seguridad social no experimenta una crecimiento significativo. Es más, la solución está pasando por la concreción de un mercado laboral en el que cada vez es mayor el número de empleos precarios que se van generando.
  • 2) La marca Podemos experimenta una contención en su crecimiento probablemente fruto de que hasta el momento sí que ha sido una catalizadora de todo el malestar social existente, pero que podrían ser dos los elementos que contribuyan a esta ralentización: a) la falta de propuestas concretas, ya que hasta el momento la repetición de mantras y mensajes comerciales han tenido su contrastado éxito, pero que cuando se ha empezado a exigirles concreción se ha podido comprobar que esta concreción es bastante pírrica; b) víctimas del éxito, ya que de la misma manera que la televisión ha sido su gran aliado, en el momento que se han convertido en alternativa política, han empezado a ser objetivo de sus competidores políticos y mediáticos, lo que en gran medida va a condicionar su crecimiento como se empieza a demostrar. No son casuales la campaña a la pareja de Pablo Iglesias o la polémica surgida en torno a la beca de Íñigo Errejón.
  • 3) Un nuevo líder que empieza a connotar la tenue mejoría de la marca PSOE con su aparición a través de múltiples espacios de televisión y no precisamente convencionales como El Hormiguero o Sálvame, y aumentados por la polémica de los adversarios políticos. Lamentablemente todavía pesan algunas rémoras del pasado (la última etapa del gobierno Zapatero, el denostado liderazgo de Rubalcaba…), pero que por mi parte me atrevo a aventurar que desde la concreción de propuestas ilusionantes que conecten con la ciudadanía y el tiempo, esta tendencia tenue comenzará a consolidarse como la alternativa más solvente para la ciudadanía. En este sentido, no es casual el eslogan de la última campaña de PSOE “Ser socialista es hacer”.

En política un año es una eternidad y el espectro mental de las personas pueden diferir de manera considerable a partir de determinados hitos. Resulta llamativo observar como la imagen que tenemos sobre un determinado partido, marca o candidato puede menguar o cambiar aleatoriamente en función de los mensajes que se puedan ir generando a través de los medios de comunicación. Y no deja de ser impactante el inmenso poder de los medios de comunicación para generar (crear) la opinión o algunas opiniones de la ciudadanía. Un poder tan grande tanto para crear, como para destruir. Y si no tiempo al tiempo.

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