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Cerco al tráfico de droga e incivismo en el Marítimo de València: 630 incautaciones y 323 detenciones en 2020

Una plantación de marihuana desmantelada en el Marítimo.

Carlos Navarro Castelló

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“El trabajo que se ha hecho para recuperar niveles de convivencia similares a otros barrios de la ciudad ha sido importantísimo y se ha basado fundamentalmente en una elevada presencia policial en coordinación con la Policía Nacional, en la atención a las particularidades del barrio para patrullar y el incremento de los contactos con las asociaciones vecinales de todo el tejido social de los barrios del Marítimo”.

Así han explicado fuentes de la Policía Local de València los pilares sobre los que se han apoyado para abordar los problemas de seguridad ciudadana y de convivencia que han venido sufriendo años atrás especialmente los barrios del Cabanyal, Canyamelar y la Malva-rosa, que dieron lugar a una serie de manifestaciones de las entidades vecinales, en las que también participaron asociaciones de otras zonas aledañas como es el caso de Beteró.

Las movilizaciones dieron lugar a diferentes reuniones entre las entidades y las autoridades policiales, las cuales se comprometieron a aumentar la presencia policial y a mejorar la coordinación entre los diferentes cuerpos.

Desde el mencionado cuerpo policial, cuyo responsable es el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, han explicado que entre las nuevas medidas que se han aplicado para mejorar la respuesta destacan “la prospección de redes sociales y la atención a los nuevos mecanismos de participación ciudadana para la detección temprana de problemas sobre los que tomar medidas inmediatas para solucionarlos o evitar que estos aumenten; la identificación de aspectos y problemáticas con más incidencia en la convivencia y la inseguridad y establecer dispositivos específicos en cada uno de ellos; la promoción de la mediación policial como herramienta fundamental para la transformación de conflictos y la organización de los recursos policiales para conseguir una presencia policial efectiva”.

Como resultado de todas estas iniciativas, en lo relativo a la seguridad ciudadana se ha realizado 323 detenciones, de las cuales 175 han sido en las zonas de actuación prioritaria de Cabanyal-Canyamelar y Malvarrosa, 15 detenciones por delitos contra la Salud Pública, 72 detenciones relacionadas con la violencia de género y/o doméstica y se han levantado 630 actas de intervención de drogas.

En cuanto a las actuaciones relacionadas con la buena convivencia y el respeto de las ordenanzas municipales, se han impuesto 369 sanciones, la mayoría por contaminación acústica (91), por ocupación de vía pública con tendederos, piscinas o enseres (60) y por infracción a las ordenanza de limpieza (44). También se han atendido 976 servicios humanitarios.

Además, se ha establecido un dispositivo para el control de los perros potencialmente peligrosos con un resultado de 149 denuncias por diversas infracciones (llevarlos sin correa, sin bozal o sin la documentación necesaria).

Los apartamentos turísticos, sobre los que solo se actuaba se forma puntual, también han sido objeto del control. Desde el 20 de agosto que se inició el trabajo se han inspeccionado 59 viviendas y se han impuesto 71 denuncias.

En cuanto al servicio de mediación, a pesar de la pandemia ha obtenido un 86% de los 58 casos atendidos con un acuerdo satisfactorio entre las partes. En cuanto al tipo de casos, destacan las molestias de ruido con más del 62% del total, y un 10% por molestias por animales o mascotas que muchos son realmente a su vez problemas por las molestias de ladridos, problemas de convivencia y uso del espacio público.

Por otra parte, se han realizado un total de 5.416 denuncias por infracción de las obligaciones y prohibiciones derivadas de la COVID-19.

Los vecinos reconocen el esfuerzo policial, pero piden más medios

Consultados los vecinos de las zonas del ámbito de actuación, todos coinciden en que se ha notado un mayor esfuerzo y una mayor voluntad por atajar los problemas endémicos, aunque también afirman que faltan medios para conseguir erradicarlos por completo.

Por ejemplo, desde la asociación de vecinos Amics i Amigues de la Malva han comentado que la presencia policial “es muy desigual dependiendo del día, e incluso de la franja horaria” y que “sigue siendo una constante que el consumo de drogas se produzca en espacios públicos”. Además, han advertido de que “se pueden mencionar puntos negros en cuanto a las actividades ilícitas, como por ejemplo la Casa de Apuestas que se encuentra en la avenida de la Malva-rosa, que se ha convertido en un punto de encuentro y además produce un efecto llamada” y de que “en las últimas semanas han proliferado los robos mediante tirón, y en varios garajes, y actos vandálicos como pinchazos de ruedas de coches”. Con todo, han constatado “el esfuerzo de la policía de barrio y policía nacional por tener presencia en la zona”.

Por su parte, fuentes de la asociación vecinal del Cabanyal-Canyamelar han explicado que las cosas están “mejor que hace unos años”, aunque han destacado que las medidas restrictivas de la COVID también han tenido un efecto disuasorio sobre determinadas actividades molestas en la vía pública, como fiestas o botellón. En cuanto a los medios policiales, han explicado que ahora “los dos agentes de proximidad que tiene la zona también hacen labores de mediación y eso resta efectividad, porque mientras realizan un servicio, no pueden atender los otros, por lo que debería de haber personal diferente para unas labores y otras”.

Sobre la situación del problema del tráfico de droga, han afirmado que “persiste porque es un problema que está aquí enquistado y que está focalizado en unas calles muy concretas por las que no se puede pasear tranquilamente como en cualquier calle de la ciudad, por lo que también es un espacio público que pierden los vecinos y vecinas”.

Desde la asociación de vecinos y vecinas de Beteró han asegurado que “la mejora se ha notado con los dos agentes de barrio de la Policía Local asignados porque se han implicado muchísimo”, pero han lamentado que “no hay vigilancia preventiva de patrullas dentro del barrio, por lo que las zonas conflictivas siguen sin mantener una convivencia adecuada”.

Natzaret pide agentes de proximidad y mediación

Aunque el barrio de Natzaret no ha estado incluido en este dispositivo especial de la Policía Local, como parte del Marítimo sus vecinos también exigen más atención. Por ejemplo, la asociación de vecinos Natzaret Unidos han lamentado la pérdida del policía de barrio por la labor que realizaba en cuanto a control de circulación y estacionamiento de vehículos y han alertado de la falta de control en los accesos al futuro parque de Desembocadura, donde se ha habilitado un circuito de pumptrack, aún sin inaugurar: “Hay grupos que saltan la valla para entrar en las pistas con el monopatín y ya ha habido tres accidentes que han requerido de la asistencia de ambulancias”.

Desde la asociación de vecinos y vecinas de Natzaret, también han destacado los problemas que se están dando en este recinto y además han comentado que han detectado botellón en la plaza del Levante U. D., junto al polideportivo, y que echan de menos “la labor de mediación” que venía realizando un oficial: “Se jubiló y no ha tenido repuesto, no hay nadie ahora que haga esas funciones de mediación”.

Además, han recordado que tienen pendiente una reunión con el concejal Aarón Cano para que informe al vecindario del protocolo y el plan de emergencias ante la cantidad de vehículos pesados con mercancías peligrosas que entran por el acceso sur del Puerto de València.

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