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11 películas que no ganarán ningún Goya este año, pero que deberías descubrir

Tiempo después, la nueva película de José Luis Cuerda, se queda sin nominaciones

Francesc Miró

Es prácticamente imposible que en unos premios no haya olvidos conscientes o inconscientes. El mero acto de nominar exige cribar, de entre todas las candidaturas, unos pocos elegidos. En este caso, elegir a los que se pasearán el próximo 2 de febrero de 2019 por el Palacio de Congresos y Exposiciones FIBES de Sevilla, donde se celebrará la 33 edición de los Premios Goya.

En cifras, este año 151 películas competían por sus cabezones, todas estrenadas en nuestro país entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2018. De estas, 84 eran de ficción, 63 documentales y 4 de animación. También concurrían este año 47 filmes europeos, 16 cintas iberoamericanas y 32 cortometrajes. De todas, 58 eran óperas primas. Y en lo que respecta a los guiones, 119 eran originales y 28 adaptados. Todo repartido en 28 categorías, cuyos nominados se dieron a conocer este miércoles.

Así las cosas, de las 151 candidatas, solamente cuatro copan la mayoría de nominaciones. El reino parte con 13 nominaciones, Campeones con 11, y Todos lo saben y Carmen y Lola, con 8 cada una.

Algunas de las mejores películas del año han conseguido rascar alguna nominación, como es el caso de La enfermedad del domingo, que se ha hecho con la de Mejor actriz para Susi Sánchez o Tu hijo, que se ha posicionado con Mejor Actor para José Coronado. Es de agradecer que también figure Errementari: El herrero y el diablo, que opta a Mejores Efectos Especiales, o que Entre dos aguas , que aunque cuenta solo con dos nominaciones, son las dos más importantes: Mejor Dirección y Mejor Película. Premios a los que -por raro que parezca- no optará en los Feroz, habiendo ganado la Concha de Oro en San Sebastián. Con todo, muchos títulos se van sin entrar en la lista de nominados y entre ellos, algunas de las mejores películas españolas del año. Rescatamos aquellas que merecen la pena por distintas razones.

Tiempo después, de José Luis Cuerda

Tiempo después

¿Por qué? La esperada secuela de Amanece, que no es poco -una de las mejores películas de la historia del cine español-, se ha quedado sin opción alguna en los Goya a pesar de haber sido candidata en diecisiete categorías. Escribe y dirige de nuevo José Luis Cuerda pero ahora la historia se desarrolla en el año 9177.

En este surrealista futuro el mundo entero se ha reducido a un solo edificio, y a unas afueras habitadas por todos los parados y hambrientos del cosmos. Entre los segundos vive José María -Roberto Álamo-, un hombre que un buen día decide que mediante la venta de una  limonada que él mismo manufactura, puede cambiar el mundo.

¿Puedo verla? Se estrena en cines el 28 de diciembre.

Las distancias, de Elena Trapé

Las distancias

¿Por qué? Fue la gran película de la pasada edición del Festival de Málaga. Allí consiguió la Biznaga de Oro a Mejor Película, y los premios a Mejor dirección y Mejor actriz para Elena Trapé y Alexandra Jiménez, respectivamente.

Se trata de un retrato generacional tan afilado en su discurso como poco nostálgico en su mirada a un grupo de amigos con la treintena cumplida que, un buen día, se reúnen en Berlín para visitar a uno de sus colegas. Entre ellos irá creciendo un latente alejamiento emocional expuesto con sobriedad que dirá más de ellos mismos que de los demás.

¿Puedo verla? Se estrenó en cines en abril, pero el 7 de enero llega a Rakuten TV.

Petra, de Jaime Rosales

Petra

¿Por qué? Tras su paso por Cannes en la Quincena de Realizadores, Petra  ha conseguido cinco nominaciones a los Premios Feroz y ocho a los Gaudí. También está entre las películas españolas mejor valoradas por la crítica de lo que llevamos de año. Pero poco les ha importado a los Goya, a pesar de que la cinta contaba con dieciséis candidaturas. Entre ellas, parecían fuertes las de Mejor actor para Álex Brendemühl, Mejor actriz para Bárbara Lennie o Mejor actor de reparto para Oriol Pla. Pero ninguno de ellos ha conseguido nada.

Sin embargo, estamos ante una atractiva exploración de una compleja relación padre-hija con ecos de tragedia griega. Jaime Rosales compone, estructurando en capítulos su narración, un bello -y lleno de crueldad- retrato de la condición del artista y de cómo afecta a las relaciones interpersonales en el mundo actual. Más, si se usa como vehículo de la cobardía y la mezquindad.

¿Puedo verla? Aún se puede ver en algunos cines. No obstante, llega a Filmin el 8 de febrero.

Jean-François i el sentit de la vida, de Sergi Portabella

Jean-François i el sentit de la vida

¿Por qué? Sergi Portabella ya había dejado ver las particularidades de su estilo en cortometrajes como El astronauta en el tejado y El fin del mundo será en Brasil. Pero en su puesta de largo, el joven realizador catalán ha conseguido destilar una voz propia llena de filosofía, romanticismo, pericia visual y valentía que bien merecía la dirección novel para la que tenía candidatura. También optaba a actor revelación Max Megías, cuyo personaje es todo un descubrimiento. Pero no ha sido así. 

Nada, sin embargo, le resta encanto a esta propuesta entre el Wes Anderson de Moonrise Kingdom y la alargada sombra de Los cuatrocientos golpes de Truffaut. Todo para narrar una sencilla road-movie  de un chico solitario que a los trece años descubre El mito de Sísifo, de Albert Camus y decide escaparse de casa para conocer al filósofo en París. Aunque lleve muerto medio siglo.

¿Puedo verla? Actualmente en cines y, además, bajo demanda en Filmin.

Animales sin collar, de Jota Linares

Animales sin collar

¿Por qué? Otro debut en el largometraje con personalidad y pertinentes dosis de riesgo formal que se va de vacío. Acumulaba diez candidaturas y entre ellas parecía que apuntaba a Dirección Novel, aunque la mayoría de papeletas las tenía Natalia de Molina, que podía postularse como nominada a Mejor Actriz. En lugar de este, opta a actriz de reparto por su extraño papel como hija de Eva Lllorach en Quién te cantará.

Linares construye en Animales sin collar un hábil thriller de tintes clásicos y trasfondo social cuya urgencia y arrojo convierten en inteligente experimento de género. En ella Nora -Molina- es la mano derecha de Abel -Daniel Grao-, un político entregado a la lucha obrera que, justo en pleno auge de su carrera, recibe la amarga visita de viejos conocidos a quienes no les parece tan justo su progreso.

¿Puedo verla? Se estrenó el 19 de octubre y en febrero se editará en formato doméstico.

Comandante Arian, de Alba Sotorra

Comandante Arian

¿Por qué? Alba Sotorra es, seguramente, de las voces más comprometidas y prometedoras del documental patrio. En 2008 viajó de Barcelona a Pakistán en autoestop para capturar las vivencias de cinco mujeres que rompían con lo establecido en su sociedad. Poco después retrató la vida de Djlalal, un joven que se alistaba en el ejército pero tenía que volver con su familia por un conflicto mucho menos internacional. Y ahora, ha viajado hasta el mismo frente de la guerra de Siria para conocer a la protagonista de este documental con ocho candidaturas y cero nominaciones.

Sotorra retrata la realidad de Arian, una militar que guía a un batallón de mujeres para liberar a una población que vive bajo el yugo del Daésh (ISIS). La cámara de la joven realizadora se acerca hasta la intimidad de una mujer comprometida con su causa. Fascinante mirada social que va de lo particular a lo común para construir un viaje que habla en futuro porque habla de la libertad de una generación entera de mujeres.

¿Puedo verla? Se estrenó en la Seminci de Valladolid y se puede ver en Movistar +.

Con el viento, de Meritxell Colell

Con el viento

¿Por qué? Meritxell Colell es uno de los nombres propios de la nueva generación de realizadoras españolas que vienen pisando fuerte los últimos años, junto a nombres como Carla Simón o Mar Coll. En 2015 fue seleccionada por La Cinéfondation para participar en L’Atelier de Cannes con el film que ahora optaba a trece categorías y se ha quedado fuera de las nominaciones de los Goya.

Su experiencia como montadora profesional la ha llevado a componer un film que transita y borra las fronteras entre el documental y la ficción, para ofrecer un bellísimo retrato familiar. Una mujer, exitosa bailarina y coreógrafa, se ve obligada a volver a su pueblo natal donde no conoce a casi nadie. Menos a su propia familia, con quienes tiene que reconstruir una relación expuesta de forma tan delicada como emocionalmente sólida.

¿Puedo verla? Actualmente en cines.

El rey, de Alberto San Juan y Valentín Álvarez

El rey

¿Por qué? Para poder adaptar su propia obra de teatro al cine, Alberto San Juan tuvo que organizar un crowfunding  con el que consiguió 50.000€ de recaudación. Sólo así pudo convertir una de las obras más célebres del Teatro del Barrio de Madrid en un film entre la sátira, el thriller psicológico, la comedia y la performance. 

El resultado es una inclasificable pieza en la que San Juan despierta a los 'fantasmas' del pasado del monarca: Franco, Adolfo Suárez, Felipe González o Juan Luis Cebrián pasean por delante de los alucinados ojos de un enorme Luis Bermejo -que bien merece ya un Goya-, en una obra que no sólo denuncia, también reflexiona sobre qué país hemos construido, y cuál dejamos a quien nos sucede.

¿Puedo verla? Actualmente en cines.

Formentera Lady, de Pau Durà

Formentera Lady

¿Por qué? Aunque es más conocido como actor, Pau Durà ha dirigido ya varios cortometrajes y una tv-movie. Su primer largometraje de ficción, sin embargo, lo ha puesto en el mapa de autores en toda regla gracias a su savoir faire, su inteligentísima apuesta de recursos formales y su plantel de actores de alto copete.

Durà se rodeó de José Sacristán, Jordi Sánchez y Nora Navas para construir con ellos la tristemente irónica historia de un hippie de los 70 que sigue sin adaptarse al mundo que le rodea. Vive sin luz y toca el banjo en un garito, sin más aspiración que seguir vivo. Hasta que un día recibe la inesperada visita de su hija, una mujer que, a causa de la crisis, se ve obligada a marcharse a Francia y dejarle a su hijo con él.

¿Puedo verla? Se estrenó en junio, pero se puede ver en Filmin y pronto también en Movistar +.

Jaulas, de Nicolás Pacheco

Jaulas

¿Por qué? Con Jaulas, Nicolás Pacheco ha aterrizado en el cine español con una fuerza difícil de describir. Su proyecto no se parece a ninguna de las nominadas a Dirección novel, porque no se parece a casi nada en nuestro panorama actual. Y tal vez por eso no ha conseguido nominación de ninguna de sus nada menos que veintidós candidaturas. 

Sin embargo, Estefanía de los Santos, Belén Ponce de León y Antonio Dechent, componen tres protagonistas cautivadores en esta casi-road-movie en la que se dan la mano el thriller íntimo de Saura, el surrealismo de la escuela de Cuerda y la poesía visual de Víctor Erice. Todo, en un complejo entramado de voluntades narrativas y visuales que componen un debut de lo más sorprendente.

¿Puedo verla? Se estrenó en junio, pero se puede ver en Filmin y pronto también en Movistar +.

I hate New York, de Gustavo Sánchez

I hate New York

¿Por qué? Aunque se estrene ahora, I hate New York es el resultado del trabajo de nada menos que una década. Gustavo Sánchez ha seguido las vidas de cuatro activistas transgénero desde el Nueva York post 11-S al de la victoria de Trump. Y a través de sus vidas, ha compuesto un documental de una profundidad y altura de miras ciertamente extraordinario. Pero se ha quedado fuera de la nominación de mejor película documental.

A través de pedazos de vida y memoria de Amanda Lepore, Sophia Lamar, Chloe Dzubilo y Bibbe Hansen, Sánchez ha conseguido con pocos recursos y sin guión, un magnífico documental que aborda sin prejuicios la realidad transgénero. Pero también, que se atreve a tocar las teclas políticas del mero hecho de pertenecer al colectivo trans: personas combativas que con solidaridad y lucha han conseguido superar los prejuicios de la sociedad en la que han crecido, y tejer una red de creación y activismo. 

¿Puedo verla? Se estrenó en noviembre aunque ya no está en cines. Esperemos que alguna plataforma en VOD coja el relevo.

Mudar la piel, de Ana Schulz y Cristóbal Fernández

Mudar la piel

¿Por qué? A veces, las mejores historias se guardan en un cajón remoto de la memoria de sus protagonistas hasta que están preparados para abrir las puertas de su intimidad a unos desconocidos. Pueden pasar décadas o siglos. Pero, por suerte, Juan Gutiérrez solo ha necesitado treinta años para confesarse delante de una cámara: concretamente, la de su hija Ana Schulz.

Mudar la piel cuenta la extraña relación que se fraguó en los años 80 y 90 entre Juan, mediador entre ETA y el gobierno socialista de Felipe González, y Roberto, un periodista de investigación de una agencia de noticias. No sería rara de no ser porque Roberto no era reportero. Era un agente del servicio de inteligencia CESID (ahora CNI) destinado en Euskadi para espiarle a él y a su familia. 

Schulz no solo tiene en su mano el privilegio de la confianza con los protagonistas, al fin y al cabo se trata de su padre y una especie de tío lejano, sino el de un pulso dramático que convierte una anécdota familiar en un thriller político. Mudar la piel es una lección de historia encapsulada en una farsa, pero sobre todo es el homenaje a una figura valiosa que no recibe atención ni en los libros ni en la prensa: la de mediador. Quizá muchas situaciones inexplicables de la actualidad se resolverían mejor con más Juanes y menos Robertos.

¿Puedo verla? Se podrá ver bajo demanda en la plataforma Márgenes.

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