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Un exdirector de Puertos de València reclama una nueva evaluación ambiental para la ampliación por su afección a las playas

De izquierda a derecha, Antonio Montiel, Pascual Pery y Joan Olmos

Carlos Navarro Castelló

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“La decisión sobre si es necesaria una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para la ampliación norte del Puerto de València debe de tomarse bajo criterios técnicos y no políticos”.

Este es uno de los argumentos más repetidos por empresarios y responsables de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) partidarios de ejecutar la infraestructura con la DIA del año 2007, pese a que el anteproyecto aprobado en 2018 incluye notables diferencias con respecto al proyecto inicial que incumplen la mayoría de condiciones de ese informe ambiental.

Precisamente, la 'Comisió Ciutat-Port', integrada por entidades vecinales y ecologistas, ha presentado este lunes un demoledor informe técnico elaborado por el catedrático de puertos de la Universidad Complutense de Madrid, Pascual Pery Paredes, el cual concluye que es necesaria una nueva DIA por las importantes afecciones que pueden conllevar las modificaciones introducidas en el proyecto de ampliación en las playas del sur.

Pery Paredes fue director del grupo de Puertos de València (1965-76), director general de Puertos y Costas del Ministerio de Obras Públicas en el que promovió el Plan de Puertos de Interés General (1982-84), y jefe del área de Ingeniería Ambiental del Centro de Estudio y Experimentación de Obras Públicas (1993-94).

En relación a las principales diferencias entre el proyecto sometido a la DIA de 2007 y el anteproyecto de ampliación de 2018, el informe señala, entre otros, que “solo mantienen en común el dique de abrigo ya construido e incluso este elemento se modifica con una prolongación de 500 metros”.

El análisis del catedrático destaca que “en el proyecto inicial (el de 2007) se dragaba la canal de acceso a 18 metros y la dársena a 17,5 metros, sin afectar al actual canal de acceso a la Dársena Sur ya que tenía este mismo calado”.

Sin embargo, “en el nuevo proyecto se draga un nueva canal (de la Dársena de la Ampliación Norte) en parte superpuesta a la actual, a 22,5 metros de profundidad y se amplía el dragado del canal de la Dársena Sur hasta los 22 metros, debido a que los buques considerados en el actual anteproyecto tienen un calado superior a los considerados en el proyecto original”.

Estos cambios de profundidad y área de dragado hacen que el volumen a dragar pase de 1,5 millones de metros cúbicos a 21,3 millones de metros cúbicos: “por consiguiente, se concluye que el volumen a dragar según el Anteproyecto 2018 es más de 14 veces superior al autorizado en la DIA 2007”.

Según ha explicado Pery Paredes, quien ha estado acompañado por el portavoz de la Comisión y profesor de la Universitat de València, Antonio Montiel, y, por el ingeniero de Caminos, Joan Olmos, el área del dragado necesario para realizar ese canal de acceso, “modificará el fondo del mar y eso tiene una incidencia directa en el oleaje que será más fuerte y de más altura, lo que afectará a las playas del sur”.

El informe refleja que “este dragado en mar abierto crea una zanja de unos 1.200 metros anchura en dirección perpendicular a la de los oleajes más frecuentes, modificando de forma importante las condiciones de propagación del oleaje incidente en las playas de Pinedo y de El Saler”.

Según ha comentado Pery Paredes, “esta circunstancia se obvia en el Anteproyecto 2018 diciendo que los diques no cambian los efectos de la difracción del oleaje y que, por tanto, no es necesario hacer nada en este campo”. Sin embargo, se ignora que “más importantes que la difracción y de mayor impacto en cómo se propaga el oleaje, son los fenómenos de refracción (cambio de dirección), celeridad (velocidad) de la ola y su peralte (incremento de altura), todos ellos directamente relacionados con las profundidades de los fondos que recorre el oleaje, efectos que se prolongan a mucha más distancia llegando hasta la misma playa”.

Por tanto, concluye el estudio que “estos nuevos dragados suponen un incremento importante en la transformación de dichas playas al sur del Puerto de València que incrementará los efectos perniciosos que éste viene causando desde su construcción al cortar el flujo de arena norte sur, reteniendo al norte las aportaciones que debían recargar estas playas”.

El documento destaca además como diferencias más sustanciales entre el proyecto inicial y el anteproyecto de 2018 que justifican la tramitación de una nueva DIA la prolongación del actual dique de abrigo en 500 metros, la demolición del contradique y del actual muelle de cruceros, el refuerzo de los diques norte y este antiguos y el ambio de ubicación de las explanadas y muelle de atraque.

Pery Paredes afirma en su estudio que “en virtud de las principales diferencias identificadas, se concluye que el anteproyecto constructivo 2018 vinculado al concurso promovido por la APV en relación con la Terminal Contenedores Norte del Puerto de Valencia es distinto a la Alternativa 4 seleccionada y aprobada mediante DIA favorable en el año 2007, y, por tanto, no ha sido evaluada a efectos medio ambientales”. Al respecto, ha puntualizado que “una nueva DIA que no debe considerarse como una traba, sino que es una norma para garantizar que se hacen bien las cosas”.

Sobre la posibilidad de que la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) renuncie a realizar el dragado del canal de acceso a una profundidad de 22 metros tal y como se ha deslizado, Pery Paredes ha considerado que es “incompatible con la entrada de buques de 24.000 contenedores en la que se sustentan los cambios en el proyecto ya que con el calado previsto de 18 metros podrían quedarse atascados”.

Además, ha adevertido de que “las administraciones hablan por escrito y todo lo que no quede por escrito, por mucho que se puede decir, no vale”.

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