El AVE a Castellón, cerrado por obras en plena temporada turística, siete meses después de su accidentada inauguración
El pasado 23 de enero realizaba su primer viaje oficial el AVE Madrid-Castellón, un trayecto que había sido inaugurado el día anterior por el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Aquel convoy estuvo parado durante unos veinte minutos a la altura de la localidad valenciana de Sagunto por problemas técnicos, un mal augurio para una línea que debía servir de aliciente económico para la capital castellonense. Precisamente, el pasado mes de abril se cifraba en un 15% el aumento del turismo gracias al AVE (cuatro frecuencias diarias).
Sin embargo, poco ha durado la alegría. La alta velocidad 'Low Cost' a Castellón se ha convertido en transporte en autobús desde Valencia a causa de las obras del tercer hilo que estos meses, en plena temporada turística, se están desarrollando en el Corredor Mediterráneo. La implantación del tercer hilo consiste en habilitar un tercer carril en las actuales infraestructuras para que las vías puedan adaptarse al ancho europeo sin necesidad de habilitar una nueva plataforma exclusiva para el AVE.
Estas actuaciones han generado gran malestar en el sector turístico de la provincia por el negativo efecto de estas incidencias en los visitantes, ya que -al menos durante estos días- el AVE no llega a la capital de la Plana.
El pasado mes de junio, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y Renfe anunciaban que estas obras -que dieron comienzo el pasado 2 de julio- iban a tener consecuencias en forma de nuevas frecuencias de paso, suspensión de trayectos, traslados puntuales en autobús y demoras en los trenes entre Valencia y Castellón. La primera de estas actuaciones finalizó el 17 de agosto mientras que, desde el pasado día 18 y hasta finales de mes, se desarrollará la segunda fase. Esta segunda fase implica que no hay servicio de AVE entre Valencia y Castellón.
Las obras también afectan al servicio de Euromed, ya que se han suspendido ocho líneas -cuatro por sentido entre Valencia y Barcelona-, así como una de Talgo. Para mantener la oferta de plazas, Renfe dobló las plazas habituales el los servicios de Euromed que se mantienen hasta la finalización de los trabajos.
Quejas de los usuarios
Los usuarios del AVE recibieron estas modificaciones, que se van a alargar durante dos meses, con sorpresa y molestias, porque no es lo mismo realizar todo el trayecto entre Madrid y Castellón en el tren de alta velocidad que tener que realizar transbordo en la estación de Joaquín Sorolla (Valencia) para desplazarse en autobús hasta la capital castellonense -y la misma operación en sentido inverso-, más de una hora de viaje por carretera. Y todo ello, con los mismos precios.
El desastre de los Cercanías
Pero las principales quejas de los usuarios de ferrocarril en la Comunitat Valenciana las acumula el servicio de Cercanías. El trayecto entre la capital de la Plana y la ciudad del Turia oscila entre una hora y veinte y una hora y cuarenta minutos, debido a que los usuarios de la línea en algunos de los trayectos deben desplazarse entre Valencia y Puçol (unos 20 kilómetros) también en autobús a causa de las obras del Corredor Mediterráneo -el trayecto tenía una duración próxima a la hora antes del verano-. Desde algunos colectivos han llegado a solicitar la gratuidad de este servicio mientras duran las actuaciones del tercer hilo.
Las quejas por el servicio de Cercanías entre las dos ciudades no son nuevas. Desde hace aproximadamente tres años, los usuarios de la línea se han venido quejando de la pesadilla que supone este trayecto a causa de las diferentes actuaciones en el Corredor Mediterráneo, con vagones hacinados en hora punta y modificaciones e incumplimientos en los horarios.