Una conservadora del IVAM declara que la obra que ofreció el heredero de Gerardo Rueda “era una copia”
La conservadora del IVAM Marta Arroyo ha declarado como testigo en el juicio contra la exdirectora del museo Consuelo Císcar y ha confirmado que la obra El gran relieve que vendió el heredero de Gerardo Rueda “era una copia realizada a posteriori” y no la obra original expuesta en 1996. La mujer, una reconocida trabajadora del museo, ha relatado que dimitió de su puesto con la llegada de Císcar a la dirección del museo por “incompatibilidad”. “Me fui porque no compartía los gustos artísticos ni la gestión”, ha agregado.
Arroyo también ha señalado que no recordaba que el IVAM haya adquirido esculturas que se debiesen fundir tras la compra. Jose Luis Rueda, heredero del artista, le remitió un correo, que se ha exhibido durante el juicio, en que exponía en referencia a la obra El gran relieve: “Quiero informarle de que esta obra fue realizada por su autor precisamente con destino al IVAM de València, con ocasión de la exposición antológica que sobre su obra se llevó a cabo en el museo entre marzo y mayo de 1996”.
El hijo del artista ofreció la escultura por 360.000 euros. Arroyo ha puntualizado que durante el proceso de adquisición de la obra no observó ninguna “irregularidad aparente”, igual que otra testigo, la exjefa del departamento de gestión administrativa Ana Valls. María Luis Cañamás, también conservadora del IVAM, ha confirmado que la decisión de las adquisiciones del museo corresponde a la dirección. Marta Arroyo ha señalado que, en una fecha que no puede precisar, descubre que la obra se estaba realizando en una fundición “porque es post mortem” y que el original estaba en el Museo Reina Sofía de Madrid.
La mayoría de las obras monumentales de Gerardo Rueda que adquirió el IVAM permanecen actualmente en el aparcamiento del complejo logístico que la Generalitat Valenciana mantiene en la localidad de Riba-roja de Túria. Cristina Mulinas, jefe del departamento de Registro del IVAM, sostiene que “es evidente que las reproducciones de otros autores, como las de Julio González, están a escala, mientras que las de Rueda son de otras dimensiones”.
La sesión de este miércoles del juicio ha contado con la declaración del exministro de Cultura José Guirao. El testigo, exdirector del Reina Sofía, ha mostrado su admiración por Gerardo Rueda (“Lo consideraba un gran artista y una persona de educación y una finura extraordinaria”, ha dicho) y ha explicado que el museo madrileño adquirió obras del escultor por 160 millones de las antiguas pesetas.
El exministro ha explicado al tribunal las diferencias entre las obras post mortem y las originales: “Hay criterios distintos, en España tradicionalmente se ha seguido el criterio francés, que contempla hasta siete reproducciones de un original, y en algunos casos con alguna prueba de artista (entre dos y cuatro piezas más)”.
“Normalmente se le da más valor a las reproducciones que hizo el artista en vida que a las de después. Eso no quiere decir que no sean originales, simplemente a efectos de valoración económica, pero no hay ningún texto legal que diga hasta siete, sino que es una costumbre que viene de Francia”, ha agregado.
Guirao ha explicado que, en general, los museos públicos o privados (a diferencia de coleccionistas privados) negocian al máximo el precio de las obras ya que “siempre andan escasos de dinero”. También ha incidido en diferenciar el mercado del arte privado del público.
El galerista Diego López de Aragón ha comparecido como testigo a petición de las defensas. El testigo puso en contacto. un coleccionista privado de nacionalidad belga con el heredero de Gerardo Rueda para la adquisición de una escultura. Sobre el debate a cuenta de la originalidad de las obras post mortem, el hombre se ha remontado en su explicación hasta el Renacimiento y ha concluido que “se puede cambiar en dimensión o tamaño pero no la obra de arte en si”. “A casi todos los museos a nivel escultura las han vendido los herederos y han sido post mortem”, ha agregado.
López de Aragón ha contado que se preocupó por su cliente cuando se inició la instrucción de la pieza 2 del 'caso IVAM' sobre las obras de Rueda. “Si se determina que las obras hasta 12 no sn originales va a haber que desmantelar muchos museos de arte contemporáneo”, ha advertido. Además, también ha criticado la cobertura informativa del caso. “Lo que estoy leyendo en prensa aniquila el mundo del arte contemporáneo”, ha lamentado el galerista.
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