Podemos, cuatro meses después de anunciar la asamblea ciudadana, pendiente de redefinir su liderazgo valenciano
El pasado 22 de julio, digeridos los resultados de las elecciones generales, autonómicas y municipales, el secretario general de Podemos en la Comunitat Valenciana consideró que había que darle un nuevo rumbo al partido. Antonio Estañ anunció que dejaría de liderar la formación en octubre, una tarea que desempeñaba en exclusiva desde la disolución de las Corts Valencianes, adelantando tres meses la Asamblea Ciudadana Autonómica. Cuatro meses después de anunciar el cónclave, este aún no se ha convocado.
La convocatoria de unas segundas elecciones generales por parte del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, truncó el plan inicial y la dirección decidió aplazar la Asamblea hasta que pasara el shock. Todavía no se ha comenzado a trabajar en el proceso de votación, que debe pasar por la secretaría de Organización estatal -que revisa el sistema de voto telemático- ni ningún integrante de la formación ha verbalizado su deseo de liderarla. No obstante, Estañ afirma que su intención es convocar “cuanto antes” y que durante los próximos días se pondrán en contacto con sus compañeros de la dirección estatal para preparar el proceso.
El dirigente asumió el bajón electoral, que hizo a la formación desaparecer del Ayuntamiento de Valencia y bajar cinco diputados en el parlamento autonómico: “Lo más honesto es dejar paso a una nueva dirección, a nuevas personas”, señaló Estañ. Su decisión fue criticada por la corriente afín a Iglesias, encabezada por la diputada autonómica y exsenadora Pilar Lima. La diputada difundió un mensaje por los canales de Telegram de la formación morada en los que consideraba que no era el momento adecuado, dado que acaban de incorporarse al Gobierno autonómico, según informaron ABC y Las Provincias.
Precisamente la incorporación al Ejecutivo es el principal motivo que Estañ esgrimió para convocar una Asamblea. “Es necesario que ahora desde el Consell, con responsabilidad pero sin ningún tipo de conformismo, continuemos dando forma a propuestas sólidas en materia de vivienda, modelo económico, igualdad, cambio climático, vertebración y otras cuestiones en las que todavía queda un largo camino por recorrer. Para eso, es fundamental tener un proceso abierto y pausado que siga consolidando la organización y se acompase al nuevo ciclo”. Una reflexión, la del nuevo papel de Podemos en el Ejecutivo, que también apoya la portavoz parlamentaria, Naiara Davó.
Aunque Podemos empeoró sus resultados electorales consiguió ser imprescindible para la formación de Gobierno en la Comunitat Valenciana y tener una voz en el pleno del Consell, la del vicepresidente segundo y conseller de Vivienda, Rubén Martínez Dalmau, quién dejó la portavocía del grupo al ser nombrado. Davó, que había sido concejal el Alcoi, tomó el relevo de Dalmau y desde entonces es la voz de las ocho personas que representan a Unides Podem en el hemiciclo.
Desde que Estañ realizara el anuncio de la Asamblea ha ido apartándose de la agenda mediática. El secretario general se dedica más a las labores de partido y tiene pocas apariciones públicas en ruedas de prensa, parte de ellas en Alicante, y ha dejado que sean el vicepresidente segundo y la portavoz parlamentaria los referentes mediáticos del partido a nivel autonómico. El secretario general en funciones no ha participado en los actos centrales del partido en esta campaña de las generales, como sí lo han hecho Dalmau y Davó.
La portavoz parlamentaria es una de las personas elevadas por sus compañeros para continuar el proyecto de Podemos. Davó proviene de la corriente afín a Pablo Iglesias, aunque es cercana a Estañ. La portavoz autonómica expresó en una entrevista en eldiario.es que los “cuando los procesos se hacen bien, los liderazgos salen de forma natural”, preguntada por si tenía intención de presentarse a las primarias para dirigir el partido. “En una nueva etapa en la que formamos parte del Gobierno, cuanto más consenso, más fácil será”.
Davó es una de las voces en el partido llaman a la unidad de candidaturas, una tendencia que se ha buscado en los procesos internos pero que no se ha conseguido hasta ahora. Dada la coyuntura estatal, no parece que la próxima asamblea sea precisamente calmada. En el último Vistalegre se evidenció la fractura entre los partidarios de la tesis de Pablo Iglesias y las de Íñigo Errejón, que un año después forjó su propio partido (Más Madrid para las elecciones autonómicas y Más País para las generales), llevándose a parte de los cuadros de Podemos en la capital. La dualidad se fue reflejando en los distintos consejos autonómicos, también con fórmulas distintas para mejorar el proyecto político.
En el caso valenciano se presentaron tres corrientes: la pablista, la errejonista y una agrupación que abogaba por descentralizar el partido, asumiendo a parte de los anticapitalistas. Esta última, encabezada por Antonio Estañ, obtuvo la mayoría de apoyos. Estañ fue elegido secretario general autonómico con el 41% de los votos (poco más de 3.000); Pilar Lima, de la corriente de Iglesias, obtuvo el 32% de los apoyos (cerca de 2.400 votos) y Fabiola Meco, afín al exsecretario Antonio Montiel, más errejonista, el 25% (1.920 votos). Ahora, con un Iglesias más fuerte, a punto de entrar en el Gobierno central, no sería de extrañar que sus afines se sintieran reforzados.